Bailando sobre nieve// Miriam²

Me voy

Ricky se levanto corriendo en cuanto escucho que alguien petaba en su puerta, de alguna forma la estaba esperando, aunque habia tenido una muy pequeña esperanza de que las cosas hubieran salido bien.

Se habia imaginado que estaria cabreada, llena de rabia, que lloraria pero indignada.

Pero al abrir la puerta y ver aquellos ojitos verdes que tanta vida le daban, apagados, llenos de lagrimas, rojos e hinchados. Sus labios temblando, a punto de romper. Los puños apretados aferrandose a si misma, como si en algun punto se hubiera perdido, y estuviera sola y asustada.

Y asi la sintio, como la copa que ves justo al borde de la mesa, a punto de caer, pero sabes que desde donde estas, es imposible que llegues a tiempo de evitar que se rompa, ahi era donde se sentia el, demasiado tarde, demasiado complicado, demasiado injusto.

- Rubia....- ricky abrio sus brazos para acogerla alli dentro, y ella se dejo ir, porque necesitaba un abrazo, y el de ricky para ella en ese momento, era muy importante.

Cerro la puerta en cuanto mimi entro dentro, y sin decirle nada mas, la dejo llorar, intento hacerle sentir que no estaba sola, que tan solo habia sido una mala experiencia, pero esque ricky no era tonto, y a mimi, a mimi solo hacia falta verla hablar de miriam, lo verde de sus ojos se hacia todavia mas verde, si esque eso era posible, asi que no podia ser de otro modo, querer comprarla con dinero era un error, y él intento advertirla, pero cuando los celos estan de por medio, hay poco que hacer para razonar, y menos con alguien como miriam.

- Ricky...- el mallorquin intento apartar un poco la cara de mimi de su pecho, para poder mirarla a los ojos- gracias

- Ei, peque, no tienes nada que agradecerme al reves, siento que hayas tenido que pasar por esto, quise pararlo te juro que lo intente, pero esque era imposible, supongo que tenia que haber hecho algo mas, lo siento mimi- ahora era mimi quien se apartaba totalmente de el, quedandose a dos pasos.

- No tienes que sentirlo, de verdad, intentaste avisarme, y estoy segura de que tambien quisiste evitarlo, no te preocupes, esto no es culpa tuya, de verdad ricky gracias, gracias por todo.

- ¿ quieres que nos sentemos y me cuentas?- mimi seco sus lagrimas con sus puños y le sonrio

- No, solo necesitaba darte un abrazo y las gracias, ahora quiero irme al piso, con mis amigas, es lo que necesito.

- No te preocupes, lo entiendo, de todas formas estare aqui, cuando te haga falta, sea la hora que sea mimi de verdad, y si no tienes mi telefono. - ricky la abrazaba de nuevo, dejando besos en su cabeza

- Se que mañana es domingo, y que aqui no trabaja nadie, pero no se si tu podrias hacerme un favor- ricky asintio- tengo que ver a aitana, alomejor puedo ir a su casa, no lo se, pero necesito verla.

- Yo me ocupo, llamame en cuanto te despiertes

Ricky no entendia porque queria ver precisamente a aitana, pero tampoco sintio que ese fuera el momento para interrogarla, asi que no iba a hacerlo. Estaba seguro de que mimi acabaria contandole todo, y si no era todo , al menos seria lo que ella sintiera, y eso era mas que suficiente para el, aunque mimi le habia dejado claro que no lo hacia culpable, el se sentia fatal por no haber hecho nada mas.

Mimi se despidio de ricky bastante rapido, pues no queria alargar mas la hora de llegar a junto de sus amigas, y la verdad era que ahora mismo hablar y contar todo lo que habia pasado, no le apetecia demasiado, pero las queria a ellas, las necesitaba.

Entro con sus llaves, en silencio, quizas las chicas se habian dormido.

Las luces encendidas del salon, las voces de sus amigas , el sonido de la television....todo tan normal, tan cotidiano que por un momento se sintio de nuevo en casa, segura, tranquila, parecia que todo lo que no estuviese alli , de alguna manera era un poquito irreal, porque alli dentro, nada podia hacerle daño, y no se referia a un lugar precisamente.