Nyingdu-la

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Había sido una buena idea pasar unos días en Málaga.

Miriam había dejado a casi todos sus escoltas en Barcelona, y alguna que otra persona de confianza a los que había encargado el trabajo de encontrar a Andrea con urgencia.

De haberse quedado allí, no solo se habrían expuesto mucho más al peligro, sino que seguramente entre ellas mismas la tensión les habría pasado factura, y no tenían necesidad, pudiendo alejarse, aunque solo fuesen unos días.

Habían ido incluso uno de los días a Huetor y comido con la familia de Mimi, y su madre, que, aunque estaban encantada de verlas, no podía dejar de preocuparse por el camino que estaba tomando la vida de su hija, que, en cuestión de un mes, ya les había visitado más que en los dos años anteriores.

- ¿Te apetece hacer algo especial esta noche? - la gallega acariciaba el pelo de la granadina que tomaba el sol apoyada en sus piernas, al borde de aquella piscina.

- ¿Podríamos ir al centro no? Al puerto, a cenar algo, no sé, salir un poco de aquí. - la gallega sonreía

- ¿Te aburres?

- No es eso Miriam, contigo no me aburro nunca, es simplemente que no estoy acostumbrada a pasar tantos días, de una casa a un coche, de un coche a una tienda y de una tienda a casa. Necesito un poco de aire. Estamos en Málaga ¿De verdad crees que puede haber algún peligro aquí? - Miriam abandonaba su pelo apoyando sus manos en el césped, mientras revolvía sus pies dentro del agua.

- No, si hablamos de Andrea, supongo que no tiene manera de saber que estamos aquí. Si hablamos de cualquier tipo de peligro, sí, en cualquier sitio. Pero creo que podemos arriesgarnos a ir a cenar. ¿Vale? - la granadina se giraba dejando un beso en su barriga, que era lo que más cerca tenía

- Vale, me apetece un montón presumir de ti. - la gallega torcía el gesto

- ¿De mí? - mimi se incorporaba.

- ¿tú has visto lo jodida y odiosamente guapa que estas cuando te coge el sol y te queda ese moreno doradito tan bonito que tienes? - se acercaba gateando hasta quedar a centímetros de su boca

- ¿Ah que es solo porque me ha cogido el sol? - mimi asentía- ¡¡manda carallo!! Pensé que te gustaba en todas las estaciones del año. – mimi sonreía

- Ay mi pequeño Nyingdu-la, que a mí me gustas hasta a oscuras, con las luces apagadas y gafas de sol. - la gallega se reía

-Punto uno. Luces apagadas no, entre tú y yo siempre encendidas- mimi asentía- punto numero dos ¿Qué mierda me has llamado? - la granadina se apartaba un poco de ella, sentándose a su lado

- ¿Has estado alguna vez en el Tíbet? - Miriam negaba con la cabeza frunciendo el ceño- es una especie de mote cariñoso tibetano.

- ¿Estuviste en el Tíbet? - mimi la miró riéndose

-Pero si yo no he salido de España, chiquilla quien me diera...me lo contó Ana. Ella sí estuvo un mes de vacaciones hace tiempo.

- ¿Y sabes lo que significa o me lo has puesto así sin mucha lógica como sueles hacer todo? - mimi le reprendía con la mirada negando con la cabeza

- Sé lo que significa señorita lógica. Quiere decir "el veneno más honroso de mi corazón". Y oye que no encuentro yo una manera más bonita de definirte- La gallega torció el gesto en un principio, pero termino por sonreír, era bonita, aunque no lo intentara.

- ¿Nyingdu...qué?

- Nyingdu-la- giro su vista hacia ella de nuevo, que sonreía.

- ¿El veneno más honroso de tu corazón? - asentía mientras repetía las palabras de la granadina- Creo que es una de las cosas más bonitas que me han dicho nunca- la gallega se echaba a reír ganándose un manotazo de mimi, que se levantaba apartándose de ella.

Bailando sobre nieve// Miriam²Where stories live. Discover now