Reptiles cabrones

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-Contéstale, mantenla en línea unos minutos mientras yo llamo- la granadina la miraba confusa- mimi, contéstale por favor

- ¿Qué quieres que le diga Miriam? - la gallega alzaba las manos con gesto de obviedad mientras mantenía su teléfono pegado a la oreja intentando localizar a uno de los hackers que de vez en cuando trabajaban para ella.

Mimi:

Miriam no es mi novia

¿Qué pretendes con todo esto? ¿Qué ganas tu contándome "tu verdad"?

625325....

Aquí la única que sale ganando eres tú, yo no gano nada.

Alguien tiene que ponerle freno y que deje de hacer daño a la gente.

Sigues siendo una zorra más en su lista, no me cansaré de decírtelo

Estaré esperando a que te decidas.

Mimi:

Ya me he decidido

-¡¡MIERDA!!- levantaba la vista de su móvil- Ya no le llegan los mensajes, debe haberlo apagado.

- ¡JODER ¡(Habla al teléfono) ¿Os ha dado tiempo de localizarlo? En Barcelona ya sabíamos que estaba, vale, vale esta noche te lo doy. - la gallega colgaba el teléfono llevándose las manos a la cabeza desesperada- No ha sido el tiempo suficiente, déjame ver la conversación- la granadina le ofrecía su teléfono.

La situación era un tanto extraña para mimi, por no decir muy extraña, ella no estaba acostumbrada a este tipo de vida, de haber sido por ella habría pasado del mensaje, bloqueado el número de teléfono y habría seguido con su vida con total normalidad, pero claro, era su obligación ser consciente de que su vida no era la misma, ni iba a ser la misma nunca más.

Echó la vista atrás un momento recordando aquel día que la había visto apoyada en la barandilla de su reservado, aquellos ojos mirándola, la primera vez, "esos ojos van a ser mi perdición", pensó. Y ahora no tenía muy claro si Miriam iba a ser su perdición o el desastre más bonito de su vida, pero que todo había cambiado desde aquella mirada, eso sí lo tenía claro.

La risa de Miriam la sacó de su ensoñación, haciendo que tuviera que acercarse a ella, para ver cuál era la causa.

- ¿De qué te ríes? - estaba confusa, hacia dos segundos que estaba cabreada, desesperada, confusa, y ahora se reía... literalmente la iba a volver loca. Miriam giraba la pantalla del móvil de mimi hacia ella, todavía riéndose

- ¿Miriam no es mi novia? ¿Eso es todo lo que se te ha ocurrido decirle? ¿que no soy tu novia? - la granadina le quitaba el móvil de las manos, agachando la mirada, avergonzada

- No lo eres, ¿Qué querías que le dijera? Yo no estoy acostumbrada a estas cosas. ¿Puedes parar de reírte? - la gallega intentaba ponerse seria, y tiraba de mimi para acercarla a ella

- ¿Qué somos mimi? - la miraba extrañada- Tu y yo ¿Qué somos? - la granadina levantaba los hombros

- No lo sé, somos esto, y eso ya es bastante para nosotros ¿No? Sin etiquetas, sin compromisos que nos aten más de lo necesario, nada que pueda ahuyentarte, nada que te comprometa demasiado.

- ¿Quién te dice a ti que yo vaya a huir? - el sonido del móvil de Miriam hacia que tuviera que dejar la conversación para contestar, pero no sin hacerle un gesto a mimi de que seguirían con eso en otro momento.

La granadina volvía dentro de aquella casa, habían dejado los platos a medio comer allí dentro, con todo, y necesitaba un trago de vino, y también un cigarro, ¿Para qué negarlo?

Bailando sobre nieve// Miriam²Kde žijí příběhy. Začni objevovat