Idiota

27. Cena familiar, Scott, y Boom.

Una vez llegamos a casa de Kyle, mi pulso temblaba y mi corazón iba más rápido de lo normal. Estaba nerviosa. Dios, estaba jodidamente nerviosa.

- Les vas a gustar. - dijo Kyle antes de llamar al timbre. - Cálmate.

Simplemente asentí. Abrió una puerta una chica extremandamente preciosa. Su cara era fina, y estaba delgada, su pelo rubio era largo y ondulado, el color de sus ojos eran más azules que los de Kyle, y sus sonrisa era preciosa. Llevaba muy poco maquillaje y me pareció una chica muy natural y muy guapa. 

- ¡Hola! - exclamó animada. - Tú debes de ser Ronnie, ¿verdad? - asentí. - Yo soy Caroline. - dijo antes de salir de su casa y darme un abrazo. - Llámame Carol. - susurró en mi oreja.

Le asentí de nuevo con una sonrisa. Carol me cogió del brazo y me llevo hacia dentro dónde me esperaban los padres de Kyle con una sonrisa. Su madre era morena, con los ojos azules, era un poco más alta que yo, no estaba delgada pero tampoco estaba gorda, llevba un vestido que marcaba las curvas que tenía, parecía tener menos de cuarenta años, era -o parecía- muy joven, su sonrisa era igual de perfecta que la de Kyle. Y su padre, era castaño, su sonrisa también era digna de admirar, sus ojos eran verdes y era alto, un poco más que Kyle. Cuando sonreía, se le formaban unas arrugas en los ojos, -a diferencia de a su madre- pero a pesar de eso, era una persona que parecían más jovenes de lo que quizá son.

- Hola querida. - dijo la madre de Kyle con los brazos abiertos, me acerqué a ella y la abracé. - Ronnie, ¿verdad? - asentí, estaba demasiado nerviosa como para hablar -  Eres más preciosa de lo que nos había dicho Kyle. - dijo sonriendo provocándo que me sonrojara. - Encantada cielo.

- Encantada de conocerla, señora. - dije rompiendo el abrazo y sonriendo. 

- ¿Cómo que señora? - exclamó riendo. - Llámame Ella, cariño.

- Esta bien. - sonreí tímidamente.

- Yo soy Patrick. -se acercó a mi y me dio dos besos en cada mejilla. - Encantado de conocerte. 

- Igualmente. - contesté sonriendo.

La cena fue muy bien. La família de Kyle estuvo bromeando toda la cena. Carol y Patrick se metían con él a la vez que él se avergonzaba y les decía cuan enfadado estaba con ellos por dejarle en ridículo delante de mi provocando que todos riéramos. Su madre estuvo contándome historias sobre como Kyle jugaba en el equipo de béisbol del colegio cuando era más pequeño. También me sacó un álbum de fotos de cuando Kyle era pequeño, él y Carol siempre salían discutiendo en el cincuenta por ciento de las fotos, y en el otro cincuenta salían llenos de barro o mojados. Me lo pase realmente bien en la cena. Antes de que Kyle me acompañara a casa, sus padres y su hermana me dijeron que les había encantado conocerme, y que quería y esperaban que volviese pronto a cenar con ellos. Yo asentí y les dije que esperaba volver a verles de nuevo.

Mientras Kyle y yo volvíamos a casa, empecé a tener frío. Mierda, esto pasa por no coger chaqueta.

- Toma. 

Kyle se quitó su abrigo y me ayudó a  ponermelo. Sonreí mientras le miraba y le murmuré un gracias. No podía pedir nada más en esta vida que no fuera él.

- ¿Te lo has pasado bien? - dijo una vez que estuvimos delante de mi casa. - Espero que sí porque mi madre ahora va a perseguirme hasta que vuelvas. - dijo riendo.

- Me lo he pasado más que genial.

- Y tú tenías miedo. Te dije que no iba a pasar nada.

- Lo sé. - reí. - Mi culpa.

- Sí. - rió. - Tu culpa.

Kyle me cogió de la cintura, empezó a darme besos por la mandibula hasta llegar a mis labios. Cuando junto mis labios con los suyos, empezó a moverlos de una manera lenta y apasionada. Me sentí en una nuve de felicidad. Cerré los ojos y le atraje hacia mi, mordió mi labio inferior, abrí los labios un poco más para dejarle paso a su lengua. Me separé por falta de aire y le abracé. No quería despegarme de él nunca.