Epílogo

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La vida me a enseñado que tienes que pelear por lo que quieres, luchar sin descanso hasta conseguir tu meta, me a enseñado a ser fuerte, luchar contra la adversidad y un fin de cosas más.

Pero hay personas que te enseñan amar, a seguir a delante por tus seres queridos, te enseñan que no siempre tienes que luchar sola, que hay personas que cuidan tu espalda y sobre todo que el amor existe.

La Emma que no le importaba sigue ahí, pero nació una nueva Emma una que quiere disfrutar todo lo que le da la vida, que quiere aprender amar, la Emma fría, calculadora se quedó en mi pasado. Si me dieran la oportunidad de cambiar mi historia, mi pasado no lo haría, porque gracias a él soy lo que soy ahora y gracias a él conocí a mis amigos, a Matías y sobre todo conocí a Madison y eso nunca lo cambiaría.
Hoy me siento tan aliviada, tan libre de las pocas veces que estado feliz consideró esta como la mejor de todas.

El amor que Matías y yo cosechamos fue uno que creció en la adversidad, en el odio, lleno de rencor, pero ese amor venció todo eso, me orgullese saber que soy Emma Villalobos Ruiz, la mujer que hizo historia, en la vida de negocios y en la callejera. Quien se iba a imaginar que una persona como yo iba a cometer tantos crímenes, que una mujer iba a pasar por cualquier persona por más grande que sea, era muy fácil asesinar a las personas y no tenía remordimiento y no lo tengo debo admitir. Pero esa Emma me acompañara el resto de mi vida y siempre estaré orgullosa de lo que era y de lo que soy ahora.

—Voy a entrar—dice Dani en la puerta.

—Claro, entra—al entrar solo me quedo viendo, con un singular brillo en lo ojos.

—¿Qué pasa? —sonrió.

—No pasa nada, solo recordaba el día que te conocí, una persona llena de problemas con ganas de seguir adelante, llena de vida.

—¡Ay Dani ya basta me vas a hacer llorar!

—¡Ay no! No hay que llorar en un día tan importante como lo es hoy. Hay que empezar hacer la magia—dice mientras coloca mucho maquillaje en la mesita. Empieza a maquillarme, le pedí que me hiciera algo sencillo. Duro como una media hora maquillandome y peinando mi cabello. Al final había logrado algo asombroso.

—Es hora de ponerte el vestido—asenti—Chicas el vestido. —las demás entraron y me ayudaron a ponerme el vestido. Era un vestido precioso, blanco con un escote discreto, de encaje, estilo princesa, me colocaron los tacones que no eran muy altos. Hoy le tenía una hermosa sorpresa a Matías.

Todos se apartaron de mi para verme de pies a cabeza.

—Asombroso—dijo Victoria mientras sus ojos se cristalizaban.

—Solo les pido que no lloren que me van hacer llorar a mi.

—Carajo Emma como nos pides que no lloremos, si solo Victoria y yo conocemos todas las mierdas que tuviste que pesar para estar en este lugar.

Dani estaba igual o peor que Victoria.
Mi madre entró a la habitación y apenas que me vio lloro. Hoy todo el mundo quería llorar era estresante porque de cierto modo me entraban esas ganas a mi también, creo que me estoy arrepiento de esto. Pero solo imaginarme lo apetitoso que debe estar Matías vestido al pie del altar y me siento preparada para todo lo que viene.

—Mamá no llores me vas a hacer llorar a mi.

—No nena tú no llores, se te arruina el maquillaje yo si tengo derecho a llorar además soy tu madre y como toda madre llora en la boda de su hija y a Dani le costó dejarte más hermosa de lo que ya eres.

—¡Oh mamá! —mis ojos se empezaron a cristalizar.

—Vamos Emma respirar y exhala—me aconsejó Jazmín.

Obligada a ser tuya. En Edicion.Where stories live. Discover now