Capítulo » 24

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Melissa’s POV.

Tal y como lo esperé la tarde anterior, mi constante enojo e insatisfacción con los problemas que me estaban aquejando —Niall— me obligaron a quedarme en casa de Olive, ya que no tenía ganas de volver caminando a mi departamento ni encontrarme con Tori, Wesley, Margaret o Richard. Debo dejar en claro que Olive se portó como toda una perfecta mejor amiga y me consintió en cada estúpida cosa que yo quería. 

Cada vez que estaba triste o enojada me daba por comer chocolate en grandes cantidades, y como ella no tenía nada en su casa, partió hacia el centro de Nueva York en su auto y me trajo dos grandes barras de Sahne-Nuss. Comimos como cerdas recordando anécdotas de la secundaria por varias horas, hasta que un fuerte dolor de estómago por sobredosis de azúcar nos obligó a dormir de una vez por todas.  

Tuve una horrible pesadilla en que miraba a mí alrededor y veía blancas paredes como si se tratase de un hospital. Veía mis brazos con preocupación y estos estaban inyectados con finas mangueras transparentes y un líquido rojo corría a través de ellas. Intenté quitármelas desesperadamente, pero de pronto llegó una enfermera con la cara de Dinah a decirme que si osaba sacármelas, me mataría con una fuerte droga que esparciría por mi cara. De pronto Dinah miró fijamente hacia una puerta —la cual no sabía que existía— y aparecieron Tori y Pipper… Las tres rubias me miraban con desdén y malicia, riendo, apuntando y burlándose de mi estado. Tori fue quien desapareció por un lapsus de la sala y volvió a entrar con un chico de cabello negro y una bata de doctor; el chico tenía la cara de Zayn. Él metió sus manos dentro del bolsillo de la bata y sacó una foto mía y de… ¿Niall? Me miró con el ceño fruncido y la rompió frente a mi cara poco a poco. Las rubias comenzaron a besarlo por todas partes mientras Zayn me observaba irónicamente y pronunciaba un sólido “estás jodida”… En el sueño comencé a desesperarme y a moverme frenéticamente, hasta el grado de comenzar a llorar como desquiciada; lo mismo pasó en la vida real.

Con unas gotas de sudor en mi rostro, el pelo aplastado y la respiración desequilibrada me senté de golpe en la cama de Olive, quien aún dormía plácidamente. Tomé mi teléfono celular —el cual había dejado bajo la almohada la noche anterior— y vi la hora: dos y veintisiete de la tarde. Vaya. Amarré mi cabello en una cola alta y decidí levantarme e ir a hacer la comida para ambas… No había necesidad de perder más tiempo. 

**

—¿Qué huele tan feo? —chilló Olive desde su habitación media hora más tarde—. ¡Huele como si estuvieses asando carne! 

—Es porque eso hago —grité de la misma manera en que ella había hecho—. Sólo para mí, claro. No olvido que eres una especie de vegetariana… O eso.

—No soy vegetariana —comentó más bajito, ya que venía caminando hacia la cocina, rascándose la espalda—. Sólo no me gusta la carne, el pollo y los embutidos. 

—Seguro —alcé mis cejas de manera rápida y sonreí negando, mientras observaba la olla con carne casi lista—. Pon la mesa, ya tengo todo preparado.

—A su orden, majestad.

Tal y como le pedí, Olive puso individuales, servilletas, vasos, jugo, cubiertos y fuentes de ensalada sobre la mesa, dispuestos para que los ocupásemos. Yo serví la comida que había preparado en dos platos y los llevé, colocándolos uno frente al otro. 

Eᴊᴇʀᴄᴇ ᴇʟ ᴄᴏɴᴛʀᴏʟ sᴏʙʀᴇ ᴍí || Z.MWhere stories live. Discover now