VII Adiós a Todos

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Varios días pasaron.

Star, Marco y Danielle fueron a Silver Hills, para buscar un nuevo hogar, establecerse en sus nuevos trabajos y buscar una escuela para Danielle.

Fueron días muy duros, para todos, sobre todo para Dani.

Hallamos una casa algo lujosa y acogedora en los suburbios de Silver Hills, quedaba a hora y media de Echo Creek, tratamos de animar a nuestra hija dándole una habitación más grande, pero ella seguía mal. Ya no sonreía, solo tenía la vista perdida, me mataba ver a mi hija así.

No hubo problema en arreglar donde Marco y yo íbamos a trabajar. Por suerte, logramos inscribir a Dani en la Academia Silver Hills, una escuela de excelente calidad, privada, donde creemos recibirá la mejor educación.

Había llegado el día.

Me desperté y había llegado el día que tanto temía. El día que iba a alejarme de mi amada familia.

Ya no podría comer los postres de mi abuelito Rafael y mi abuelita Angie.

Ni jugar al "guerricornio salvaje" con el abuelito River, ni hacer pays con mi abuelita Moon.

Ni jugar a las escondidas con la abuelita Eclipsa y con el abuelito Globgore.

Ni intentar revivir a los muertos con la tía Janna y el tío Tom.

Ni montar ciclodragones con la tía Mariposa y la tía Meteora.

Ya no podré hacer travesuras con Lori, con Lili, con Dante y con...Vince.

Estando en la cama, la niña rizada no pudo evitar derramar lágrimas pensando en todo lo que iba a acabar desde ese día.

La niña se limpia sus lágrimas y se sienta en su cama viendo lo vacía que estaba su habitación, solo veía cajas llenas de sus pertenecientes.

Dani: -Susurrando- Odio a mis papis.

Danielle bajó de su cama y fue directamente a la cocina, despertó con un semblante triste, aún era muy joven para entender lo que era el resentimiento.

Star y Marco ya estaban desayunando en el comedor, aun tenían que empacar algunas cosas.

Marco: ¿Puedes guardar lo que falta de la cocina, por favor? Debo ir a la cochera y guardar unas cosas pesadas.

Star: De acuerdo, amor y también falta...

Fueron interrumpidos por la presencia de su hija.

Dani: Buenos días. –dijo desganada-

Star: Buenos días, cariño.

Marco: Buenos días, pastelito.

La niña sin más se sentó en la mesa, empezó a comer sin su usual sonrisa.

Star y yo notábamos que Danielle estaba distante y triste, estaba mal. Fuera de ser psicólogo, era su padre, sabía lo que pasaba mi hija.

El ambiente se sentía pesado, se formó una tensión tan grande. Star y Marco sabían que no podían decir nada para mejorar la situación, por lo que optaron callar.

Fue el peor desayuno de la historia. Mi corazón sufría, sentía como nuestra propia hija nos ignoraba.

Como de costumbre, la niña terminó de comer, agradeció su comida y se fue a su habitación con Glossy.

La Heredera Mágica (Starco)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum