capitulo 82

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Li Zekun respiró profundamente en el cuello de Cheng Xia. Disminuyó la velocidad de sus exhalaciones durante mucho tiempo para calmar el dolor que era extremadamente insoportable. Sostuvo el rostro de Cheng Xia y lo besó. Dijo tontamente:
—Nada... Nada...
Cheng Xia ha estado con él durante algunos años y más o menos puede vislumbrar el corazón de Li Zekun. Durante las noches, Li siempre tocó intencionalmente la herida de Cheng Xia, y sus ojos eran vagamente comprensivos mientras lo hacía. Cheng Xia sabía que Li Zekun podría haber descubierto la verdad sobre el origen de esto...
Puso a Li Zekun en sus brazos con una postura protectora y su voz fue suave.
—Estoy bien... Así que no quiero que vayas a hacer algo. Por favor. Solamente, estás logrando hacerme sentir mal...
Li Zekun negó con la cabeza.
—Ya lo hice. Te mentí.
Esta frase se siente como una bofetada, pero ambas personas saben lo que significa. Li Zekun dijo que para proteger a Cheng Xia, no olvidaría nada de lo acontecido durante estos meses.
Cheng Xia no lo persuadió y se acostó con él. Fue solo al día siguiente que dijo que no lo dejaría salir de nuevo. Pero Li Zekun estaba verdaderamente ansioso por ir a la batalla. Recolectó muchas evidencias en contra de Qiao Ming. Es solo que el agua bajo estas evidencias es demasiado profunda. Si todo sale bien, la marea no tendrá fuertes olas. En caso contrario, será una maldita tormenta. Li Zekun también estaba algo sorprendido de que Qiao Ming tuviera la capacidad de atraer a tantos líderes. Del Secretario al Ministro. Lo que se necesita en este momento es una persona que tenga un verdadero entendimiento de este círculo demasiado grande, que esté familiarizado con las operaciones políticas y que elimine con cuidado las figuras centrales. Solo de esta manera se puede presionar a los funcionarios para que supriman a la familia Qiao, en conjunto y para siempre.
Obviamente, esta persona solo puede ser Li Zekun.
—Regresaré temprano y saldremos a caminar.
Li Zekun no tomó la mano de Xia. En su lugar, se inclinó y le dio un mordisco en el cuello.
Cheng Xia lo golpeó, pero se acercó a los brazos de Li Zekun. Cerró los ojos y no se movió.
—Quédate conmigo hoy.
—Hay algo importante hoy.
Cheng Xia abrió los ojos, su voz era triste.
—Oh, entonces hay cosas más importantes que yo.
Li Zekun suspiró.
—Oye, no me puedes hacer eso.
Cheng Xia no dijo nada, su cara era fría y se levantó de la cama para comenzar a levantar sus cosas. El teléfono móvil de Li Zekun está en silencio, así que aunque lo llamen y lo llamen, la pantalla a lo sumo parpadeará. No hay opción. Extendió la mano y dejó el celular sobre la mesita de noche. Li Zekun llamó entonces a Cheng Xia.
—No voy a salir. —Empujó la puerta del baño para abrirla, Cheng Xia estaba lavando minuciosamente sus dientes y Li Zekun tomó entonces las suaves caderas de Xia por detrás y se echó a reír. Dijo—: Puedo acompañarte en la cama durante un día entero, si lo quieres así.
Cheng Xia dobló el codo y le pegó en el estómago. Se limpió la espuma de la boca y después de mucho tiempo, finalmente dijo:
—Quiero verme... A las cenizas.
La cara de Li Zekun se hundió en un instante, pareció como que estaba comenzando a asfixiarse.
—¿Por qué?
Cheng Xia se volvió hacia él y tiró de sus mejillas.
—¿Y por qué no debería?
Cheng Xia se giró y salió a cambiarse de ropa, Li Zekun suspiró y se dirigió a tomar una ducha.
Las cenizas de Cheng Xia no han sido enterradas, las colocó en el buró de la última villa en la que vivió junto con su madre. Li Zekun durmió varias noches con esa fría cajita cuadrada. Sus primeros cuatro años parecen haber estado corriendo alrededor de ella en realidad. La educación que recibió Li Zekun fue muy vaga, pero también fue regida por el marxismo. Todas las cosas ridículas que había hecho fueron después de la muerte de Cheng Xia. Espiritismo, religión... Incluso se dirigió con el viejo jefe de una tribu para pedir unas cuantas sesiones taoístas. Pidió lo que fuera, una reencarnación, incluso que regresara como un fantasma.
Li Zekun recuerda la cara actual de Cheng Xia y opina que es hermosa. De hecho, un día, después de saber sobre todo este nuevo asunto, Li Zekun tomó el dedo anular de Cheng Xia y midió entonces el largo de su mano. Esto era lo que le interesaba.
—Tu mano es un poco más delgada que antes, y el anillo debe ser rehecho.
Cheng Xia se quedó en silencio por un momento, tratando de preguntar a qué se refería. Pero aún así cerró la boca.
Li Zekun lo miró.
—¿Qué pasó?
Cheng Xia sonrió.
—Nada, me pones un poco nervioso.
✤✤✤✤✤✤
Esta vez, la congestión en la carretera es tan grande que Li Zekun tardó más de una hora en llegar al lugar. Al hacerlo, Cheng Xia abrió la puerta y salió de inmediato. Era muy extraño. No parecía haber estado lejos durante mucho tiempo.
—Mi papá me concedió este favor. —Li Zekun tomó la mano de Cheng Xia y apretó sus dedos—. Hice un gran esfuerzo para volver este lugar a su apariencia original.
—Es... Como cuando era un niño.
El pequeño jarrón de la mesa de la entrada fue comprado por Cheng Xia en MUJI por 30 yuanes. La cerámica es brillante, pero parece que la flor del interior se está rompiendo. La rosa blanca luce como si estuviera a punto de caer en trocitos cuando toca sus hojas.
—Te quiero mucho, Cheng Xia.
Xia dijo:
—¿Por qué así de repentino?
Li Zekun apretó la palma de su mano.
—Yo... Sé que tienes miedo y dudas. Después de toda esta locura supongo que es algo normal así que, yo... Quería decir... ¡No hables todavía! Me harás sentir un amante muy inútil así que déjame terminar. —Li Zekun carraspeó la garganta y dijo—: Lamento tanto... Todo lo que pasó. Cada parte y situación que tuviste que enfrentar. Por eso, creo que entiendo que es lo que te preocupa. Porque, cuando te veo, solo puedo percibir a mi Cheng Xia, no veo el rostro de Tao Ran. No siento a nadie más que a ti. Pero, no pasa lo mismo contigo. —Li Zekun negó con la cabeza y sonrió—. Me siento hipócrita diciendo esto... Pero tú no tienes la culpa de nada. No tienes la culpa de haber vuelto, Xia.
Cheng Xia parpadeó.
—Yo... Siempre siento que el tiempo de mi amnesia no fue completamente mío. Cuándo realmente amas a una persona, no quieres que te guste alguien más... No quiero admitirlo, porque no quiero tener rastros de eso. No quiero... Tener rastros de Ye.
Los ojos de Li Zekun lentamente se volvieron dolorosos, y se tomó un tiempo para restaurar sus habilidades lingüísticas y diplomáticamente correctas. Él suspiró.
—¿La razón de todo esto entonces es Ye? Esto es realmente... Algo estúpido.
—No, tienes razón. No es por Ye. Es por Tao. Es difícil de decir, pero si te encuentras por primera vez en mucho tiempo con una persona que es medianamente amable contigo pues... Entonces, Qiao Ye y Tao... Qiao Ye y yo... —Cheng Xia interrumpió sus propias palabras—. Soy muy egoísta... Siempre quise mostrar mi mejor lado delante de ti. Siempre desee alejar las cosas malas y ser perfecto. Algo que quisieras tener. Pero, fallé. Porque para Tao Ran... Soy el malo, Li Zekun. Porque tomé su cuerpo... Y luego, simplemente lo dejé. —Cheng Xia tomó aliento—. Y quiero pensar en algo... Y quiero, compensar. Porque, si yo volví... —Guardó silencio mientras subía las escaleras de su casa, luego volteó y dijo—: Pero ahora, debería mirarme primero.

Nadie se vuelve a encontrar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora