Nadie se vuelve a encontrar.

capitulo 9

Tao Ran solo sintió que su corazón estaba cálido. Desde el día en que abrió los ojos en otra persona, no tenía miedo ni estaba confundido. Era incompatible con el mundo, como un transeúnte, como un alma solitaria. Pero se encontró con Li Zekun. Cuando lo vio por primera vez, no pudo evitar querer acercarse. Escuchó y creyó firmemente en que no le haría daño cuando dijo que no lo iba a hacer. Incluso había olvidado la bofetada de la noche anterior.
Li Zekun evadió su mirada de confianza y la cercanía que estaba intentando crear entre los dos. Sus ojos eran como la madera, suaves e inocentes, y se centraban en observar todo lo que pasaba a su alrededor. La sala del hospital estuvo en silencio por un momento, y Li Zekun, quien todavía estaba sentado allí, parecía poder escuchar el sonido de las gotas en el tubo de infusión. Podía oír el sonido de cada uno de los instrumentos médicos, las pisadas, los pitidos y de pronto recibió una llamada telefónica.
Li Zekun se sentó en la silla al lado de la cama de Tao Ran y contestó el celular. No evitó que el chico lo escuchara al preguntar:
—Yan. ¿Entonces puedes ayudarme?
—Bueno, es solo que el director piensa que ya tiene bastantes jóvenes a su cargo. La clase A está repleta.
Li Zekun frunció el ceño ligeramente.
—Puede organizar una clase B entonces. ¡Si es un problema dile que yo puedo pagar para que lo haga!
—Oh, por cierto, fui al local ayer. Encontré la tarjeta de identificación de Tao Ran. ¿Quieres saber lo que me dijo un cliente sobre él?
—Dime.
Li Zekun fue discreto.
—... El viejo dijo que... Tao Ran es un prostituto muy descarado, de los que juegan de manera abierta. Tomó un trabajo privado con él y me contó que “lo hace muy sucio.
Li Zekun levantó la vista y miró a Tao Ran. El niño no estaba prestando mucha atención al contenido de su llamada telefónica. Sostenía con cuidado una caja de plástico blanco de la que bebía sopa caliente... Su rostro se veía sorprendentemente limpio.
—¿Y sobre la escuela?
Yang Yanxue estaba un poco sorprendido por la actitud de Li Zekun, pero no le dijo nada.
—Es conveniente que, si quieres que después haga el examen de ingreso a la universidad, tenga un acta de nacimiento de Beijing. ¿Le ayudarías a crearse una?
Tao Ran es de una pequeña ciudad en el noroeste, un pueblito. También es difícil cambiar las actas, pero si Li Zekun le ayuda, entonces será pan comido. Li Zekun miró a Tao Ran durante mucho tiempo, el adolescente levantó la vista y miró a Li Zekun con una mirada de asombro... Y después le sonrió.
—Yo tramito el acta, no te preocupes.
Yang Yanxue casi deja caer el teléfono.
—... Kunzi, realmente me estás preocupando. Ese niño no va a reemplazar a Cheng Xia. Es todo un cualquiera. ¿No escuchaste? No vas a llenar el vacío emocional que te provocó la pérdida de tu novio con el primer hombre que se parezca a él... Es... Es algo mental lo que tienes.
Li Zekun dijo fríamente:
—Yanxue, ¿cómo es que sabes tanto ahora? ¿Por qué no vas a la línea de educación como profesor o como psicológico?
Esto es un poco pesado, pero Yang Yanxue sabe muy bien que a Li Zekun no le gusta que la gente le pregunte sobre sus problemas emocionales. Yang aprendió a no ser pesado, sonrió y cambió el tema.
—El 17 de agosto comenzó el tercer año de clases. Hoy es el décimo. Lo llevarás a comprar los útiles escolares para prepararse para los próximos días. Es bueno comenzar la escuela con un lindo uniforme y libros nuevos.
—No hay problema... Entonces colgaré.
Li Zekun guardó su teléfono móvil y pensó que no podía confiarle esto a nadie. Miró a Tao Ran y notó que estaba muy entretenido mordiendo la pajilla como si se la quisiera comer... También era este un hábito de Cheng Xia.
—¿No estás curioso sobre a quién acabo de llamar?
Tao Ran se sorprendió, ya no mordió la pajilla y mantuvo la boca abierta para revelarle vagamente un rojo brillante en la punta de la lengua.
—Dije, ¿no estás curioso sobre a quién acabo de llamar?
Tao Ran negó con la cabeza. Li Zekun se rio entre dientes.
—Quiero enviarte a un lugar terrible, a una casa a ponerte a aprender. Es por más de un año y será gratis.