capitulo 14

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Parece que Li Zekun vino directamente del aeropuerto, todavía no se ha cambiado el traje. Está cerrando los ojos para cuando escucha la puerta del auto abrirse.

—NI HAO

La voz de Tao Ran era un poco débil, pero de igual manera intentó resaltar cada parte del saludo.

Li Zekun lo miró y sonrió.

—¿Tan rápido te volviste un niño educado?

Tao Ran no dijo nada.

—Es un poco tarde para sacarte a pasear. ¿Cierto? Estoy seguro de que estás cansado. —Li Zekun suavemente palmeó su cabeza—. ¿Qué tal la escuela?

—¡Me siento muy bien!

Tao Ran sintió que tenía cierto interés por él y no pudo evitar el decirle a Li Zekun cada parte de su día, todo sobre el talento que había descubierto. A Li Zekun no le importó en absoluto.Pensó que el niño quería hablar sobre un pequeño truco de escritura que había aprendido en clase de ortografía así que lo interrumpió de manera muy sutil.

—¿Estás hambriento? ¿Ya fue la hora de cenar?

Tao Ran sonrió, giró un poco y le mostró la mochila que colgaba tras su espalda.

—No, todavía no he terminado mi tarea así que no puedo ir al comedor.

Li Zekun examinó a Tao Ran de principio a fin. Dijo:

—Utilizas las correas de una manera muy particular. ¿Te duele el hombro?

Tao Ran lo miró de un modo extraño... Parecía aturdido. Tao Ran tuvo un fuerte mareo y ahora estaba confundido, respirando entre jadeos mientras recordaba fracciones de una vida que no sabía que le pertenecía. Li Zekun vio que parecía estar perdiendo el equilibrio e involuntariamente lo sostuvo entre sus brazos. Hizo que el niño se apoyara en él y le elevó la cara para inspeccionarlo.

—¿Te sientes mal? Te llevaré a mi otro apartamento. Mañana te regresaré a la escuela.

Tao Ran resopló, pero se aferró con fuerza al brazo de Li Zekun. El cuerpo de Li es rígido e intimidante... Pero sus ojos son absolutamente suaves.

✤✤✤✤✤✤

Cuando salió del auto, Li Zekun le dio una pequeña bolsa transparente a Tao Ran. Tenía todos los libros que necesitaba, pero no era algo pesado de llevar. Tao Ran había estado detrás de Li Zekun todo este tiempo, y entonces bostezó con ganas. Su largo flequillo estaba colgando frente a sus ojos.

Li Zekun lo miró y se echó a reír.

—Tu uniforme escolar es demasiado grande. Encontraré a alguien que te cambie el pantalón y la chaqueta.

Tao Ran suspiró, sus ojos estaban húmedos y asintió después de un rato.

La casa está en el segundo piso de un edificio, Li Zekun utiliza su huella dactilar para desbloquear la puerta.

—No vengo a menudo, eres el primero en conocer su interior. El color de la pared no es bueno, lo sé... Pero tengo trabajadores encargándose de eso. —Li Zekun le dijo con un movimiento de su mano que dejara su mochila y la bolsa en el sofá—. Vas a tomar una ducha primero.

Tao Ran dijo:

—Terminaré la tarea y me iré a bañar.

—Ve ahora. No seas necio.

Li Zekun se aproximó a él... Su mano desabotonó la camisa de Tao Ran de abajo hacia arriba.

Tao Ran no pensó en hacer nada después de ser manipulado de esa manera por Li Zekun... Se vio obligado a dejar su tarea a un lado y pensó por un momento, que darse un baño antes de tocar las cosas posiblemente era la nueva regla que tenía que seguir para no ser echado una vez más. Con rapidez, se apresuró, se desnudó y descubrió lo agradable que era tomar una ducha fría en el verano. Li Zekun entró en el dormitorio principal y no salió de allí por un buen rato. Al terminar, Tao Ran se puso una bata de cuello en V de terciopelo. No se atrevió a moverse y ni siquiera buscó el estudio o el comedor. Se sentó en el sofá y escribió su tarea gracias al soporte de una mesa de café. Cuando Li Zekun salió, Tao Ran estaba frunciendo el ceño mientras mordía la punta de un bolígrafo. Al parecer estaba teniendo serios problemas con las matemáticas.

Incluso en eso, era exactamente igual a su Cheng Xia. Li Zekun se rascó la cabeza.

—No finjas que sabes resolverlo. —Li Zekun se sentó en el pequeño sofá que estaba frente a Tao Ran y susurró—: Tao Ran, mírame.

Tao Ran se puso vacilante, pero bajó la pluma y lo obedeció. Li Zekun no esperaba que las fracciones fueran tan terribles como para hacerle llorar.

—Eres de llanto fácil, ¿eh?

Li Zekun comenzó a reír. Sacó una toalla de papel del bolsillo delantero de su pantalón y se agachó apenas un poco. Tao dijo una frase familiar.

—No sé por qué estoy llorando.

—No escribas ya, es muy tarde. El profesor se encargará de explicarte esto mañana. —Li Zekun tocó delicadamente la carita de Tao Ran—. ¿Te llevo a dormir?


Nadie se vuelve a encontrar.Where stories live. Discover now