capitulo 69

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Qiao Ye apretó los labios, pero no dijo nada. Lentamente se dirigió a la cocina. Cheng Xia arrastró la esquina de la cobija a su barbilla y después se hizo un ovillo muy lentamente para intentar calentarse al abrazar sus rodillas. Podía escuchar el sonido de los utensilios, las charolas, y luego olió el aroma del caldo amargo. Aparentemente este niño es muy tonto como para cocinar una olla de fideos. Cheng Xia suspiró y finalmente no pudo soportarlo. Levantó la manta y se levantó también. Su cintura estaba un poco cansada y agazapada, así que era realmente incómodo.
—Vas a matarnos.
Cheng Xia se ocupó primero de cerrar la válvula de gas, y cuando la línea de su visión fue llevada involuntariamente hacia la parte posterior de la mano de Qiao Ye, descubrió que ya tenía una enorme mancha roja.
—Sí, soy estúpido cocinando. Creo que debería avergonzarme.
Cheng Xia tomó la olla y vertió toda la masa en el interior. La removió un momento y luego le colocó agua. La cocina inevitablemente se llenó de humo y el ambiente se sintió también mucho más húmedo. Cheng Xia miró la olla y esperó a que comenzara a hervir... Y fue allí cuando sintió que lo abrazaban por detrás. Qiao Ye apoyó suavemente la barbilla en el hombro de Cheng Xia. Parecía un perro callejero que necesitaba una caricia.
—Quítate, vas a ocasionar un accidente.
Cheng Xia se movió, su tono era plano. Qiao Ye le abrazó por un rato más y Cheng aprovecho entonces ese momento para ponerle la mano bajo el chorro del agua. Después de eso, simplemente se alejó como si su toque le quemara. Le miró y se decidió entonces a comenzar a preparar las verduras que tenían que llevar los fideos. Afortunadamente, Qiao Ye dejó de ser tan consciente de él. Le ayudó a desmontar los palillos y luego le trajo un par de tazones. No hay muchos ingredientes disponibles en la cocina, pero la sopa de Cheng Xia logra tener un aroma rico.
Qiao Ye tiene mucha hambre, pero el estómago de Cheng Xia se siente incómodo todavía. Pensó que sería mejor si volvía a recostarse sobre la almohada y, por consiguiente, no quiere comer. Miró el cuenco de Qiao y se dio cuenta de que el niño tonto podría no tener suficiente para comer así que le dijo:
—Puedes comerte mi porción de fideos.
Qiao Ye lo miró.
—¿Por qué?
—Mi estómago no está bien, pero no hay que desperdiciar la comida —dijo Cheng Xia, caminando hacia el sofá para sentarse y cubrirse nuevamente con la manta—. Si no comes, vas a enfermarte.
Qiao Ye enterró su cabeza en el tazón y mientras comía, sus movimientos se hicieron más y más lentos. No pudo evitar mirar intensamente el cuerpo que antes le pertenecía a Tao Ran. Cheng Xia puede sentir sus deseos intensos, fluyendo sin parar, demasiado fuertes como para que pudiera ignorarlos. Después de que Qiao Ye terminó de comer, rápidamente limpió la mesa y más tarde comenzó a limpiar el tazón. Al terminar, fue a ver Cheng Xia y se arrodilló frente a él.
—No me molestes.
Cheng Xia frunció el ceño.
—Siento que eres diferente al de antes...
El cambio en el estado de ánimo de Cheng Xia fue muy obvio para Ye. A veces, aunque observamos lo feroz que una persona es en el exterior no podemos saber la cantidad de culpabilidad y debilidad que carga en el alma. Qiao Ye está indefenso. Su tristeza parece continuar creciendo mientras mete los dedos bajo el cobertor, al nivel del abdomen de Xia.
—¡¿Qué haces?!
Cheng Xia se sorprendió y se sentó de un solo movimiento.
—Quiero revisar tu estómago. Debe haber un moretón allí ahora... Me preocupa que sea muy grande.
Cheng Xia vio que estaba muy avergonzado. Aparentemente, el fuego que sentía cuando estaba junto a Tao, había vuelto a aparecer. Xia apartó a Qiao Ye y dijo:
—No es necesario. Mantente lejos de mí, no tengo nada malo.
Qiao Ye bajó la cabeza con suavidad y murmuró en voz baja:
—... Porque te dejé ir, Qiao Ming me dejó de rodillas durante dos días. Primero descubrí que el látigo es muy doloroso, pero ahora que lo pienso, creo que no estaba tan mal si lo comparamos a lo que me haces sentir cuando no me aceptas. —Qiao Ye extendió la mano y tocó la herida que ya había cerrado sobre su cuello—. Estoy enojado. Me mentiste solo para volver con Li Zekun... Si es tu hermano o tu amigo o tu amante, eso no importa. Es malo para ti. Yo te amo.
Qiao Ye no lo sabía, pero delante suyo ya no estaba Tao Ran. Él es Cheng Xia. Una persona diferente, con pensamientos que no conoce, con ideas distintas, con un amor que no puede olvidar. Li Zekun es su agua y Xia es muy capaz de gastar todas sus fuerzas y luchar de nuevo con su último aliento... Siempre y cuando eso pueda asegurarle estar con él.
Cheng Xia extendió la mano y tomó un mechón de pelo de ese niño tonto.
—Siempre hemos sido dos mundos diferentes. No pierdas el tiempo conmigo, no te pongas celoso de nada que tenga yo... Por favor encuentra a otra persona. Enamórate de alguien más.
Qiao Ye todavía es joven, le gusta Tao Ran y siempre parece encontrar la forma de decírselo. Cheng Xia siente un poco de insatisfacción con eso. Si Cheng Xia no hubiera muerto, Qiao Ye sería diez años más joven que él. A Xia, lógicamente, todavía le parece que es un niñito. Además, el temperamento de Qiao Ye se parece un poco al de Li Zekun. Cuando Li Zekun y él fueron a la escuela secundaria, sostenía su barbilla y le sonreía mientras decía lo hermoso que era. Con su personalidad, podía hacerse dueño del corazón de todas las niñas.
Las cejas de Qiao Ye se elevaron tanto que casi se juntaron. No parece estar de acuerdo con las palabras de Cheng Xia. Todavía no puede pensar con lógica, ni entender sobre cosas que no estén basadas en el mero instinto. Solo... sintió como si se hubiera golpeado contra una pared mientras corría a toda velocidad. Pensó que podía ponerse a llorar, pero nunca pasó. No hay otros efectos secundarios, solo existe el dolor.
Cheng Xia se siente incómodo, así que preguntó dónde estaba el baño y preguntó si podía enjuagarse. Probó la temperatura del agua y descubrió entonces que nunca se calentaba. Qiao Ye, que lo esperaba desde la puerta, dijo:
—El gas no funciona correctamente. Simplemente puedes optar por lavarte la cara.
Cheng Xia opina que no puede discutir contra eso y simplemente se lava con agua fría. Cuando se secó la cara, se miró el espejo y quedó aturdido. Cerró los ojos y al cabo de un rato volvió a abrirlos. Valió la pena este nuevo cambio, si se ponía a pensar en lo bonita de su piel. Si Xia siguiera siendo Xia, no importaría la cantidad de ácido hialurónico que se metiera, nunca iba a poder tener una cara tan tierna como esa.
Después de que Cheng Xia saliera, no vio a Qiao Ye. Tal vez había ido a lavar más tazones. Caminó alrededor de la casa, era un poco pequeña. Una casa de dos habitaciones, una para invitados y una que servía como almacén.
Era aburrido, así que volvió a su sofá. Qiao Ye, después de lavar la estufa, volvió y dijo:
—No puedes dormir aquí, hace frío por la noche.
Cheng Xia contestó:
—No le tengo miedo al frío.
—La cama es más cómoda. —Qiao Ye utiliza un tono de mando esta vez—. Si eres obediente, puedo responder cualquiera de tus dudas.
Cheng Xia lo miró como si en lugar de un niño tuviera a un monstruo frente a él.
—Incluso si me dices que tienes a Li Zekun en un armario, no dormiré en esa cama.
—¡Carajo! —Qiao Ye no podía soportar su actitud, así que terminó por estallar—. ¿Estás mentalmente retrasado? ¡Si te quedas en la sala vas a enfermarte! ¡Si te quedas en la sala tengo más probabilidades de que te encuentren! ¡Si te quedas aquí seguramente vas a escapar porque eres un maldito idiota!
—... Oh, lo siento. —Cheng Xia le barrió con la mirada y le dijo—: Entonces preguntaré directamente… ¿Li Zekun está bien?
—Está lejos de la mira de la pistola.
Está lejos de la mira de la pistola. Es una frase extraña.

Nadie se vuelve a encontrar.Where stories live. Discover now