capitulo 3

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Tan Shijie también vio el cambio de Li Zekun, dejó que el mesero se tomara su tiempo para apaciguar al hombre que había sido golpeado y entonces se dirigió a su amigo.
—Kunzi, primero debes calmarte.
Miró el rostro del niño. Después de pensar por un momento, supo por qué le resultaba tan familiar.
—Este es cliente frecuente de nuestra tienda, se llama Tao Ran.
Tao Ran escuchó las palabras de Tan Shijie con la cara todavía pálida, sus ojos se apartaron de la multitud y no pudo ocultar el miedo que sentía.
—No importa quién soy yo... —Golpeó la ropa del pecho de Li Zekun e inexplicablemente insistió. —Te ruego que me lleves contigo... Por favor...
Li Zekun sujetó a Tao Ran y se levantó. Ya no parece estar ebrio.
—Claro que irás a casa conmigo.
Tan Shijie no tuvo el corazón para manejar a Li Zekun después de eso. El hombre que acababa de ser golpeado era un alto ejecutivo de una compañía recién iniciada proveniente de una provincia china lejana. Tuvo que disculparse con él a profundidad y luego, observar a Song para que llevara a Li Zekun lo más lejos posible de allí.
—Llévame a mi viejo departamento.
Li Zekun se sentó en el asiento trasero y olió suavemente el cabello del niño que tenía entre sus brazos.
Song Yu soltó un largo suspiro y con la voz ronca dijo:
—Kunzi, Xia se fue hace cuatro años, lo sabes.
—Conduce. —Li Zekun no pareció escucharlo. Su tono era muy claro, estaba sobrio y parecía sensato—. No necesitas que te lo repita de nuevo. ¿Verdad?
Tao Ran no se ha movido de los brazos de Li Zekun, su mente está verdaderamente caótica este día. Se despertó después de un largo sueño, y no sabía de quién era el cuerpo en el que estaba. Determinó que no era Tao Ran, pero no sabía quién era en realidad ni qué había sucedido. Sintió que le dolía el corazón y estaba triste por alguna cosa. ¿Pero qué cosa? Cuando Tao Ran vio a Li Zekun desde el corredor, no supo por qué había alcanzado a reconocer su cara. No sabía por qué sabía el nombre del hombre, y no entendía por qué su alma se había calentado en un instante. Cuando Li Zekun tomó su rostro con ambas manos, el sonido del latido del corazón de Tao Ran cubrió todas las voces externas.
De esta manera, Li Zekun no podía dejar de mirar el rostro de Tao Ran. Cerró los ojos y puso la cabeza en el arco del cuello del niño. Escupió sus palabras empapadas con el calor del alcohol.
—No te vayas de nuevo, mi amor. Te lo ruego...
Ran sintió muchísimo dolor, apretó su mano contra la de Li Zekun y contestó:
—No te dejaré.
Song Yu soltó una risita fría.
—Niño, espera a que Kunzi se recupere de la borrachera. No te dejará quedarte ni un segundo en ese lugar.
Las pestañas de Tao Ran temblaron, pero no dijo nada. El coche se detuvo en la planta baja, Song Yu todavía tenía muchas cosas que explicarle a Ran.
—Zekun era la pareja de un niño menor. Desde su muerte nadie ha estado en esa casa así que tal vez quieras limpiar un poco. No toques las cosas de los estantes, no toques la ropa ni los juguetes, no cambies los canales de la televisión... Y estarás bien.
Tao Ran no respondió, y minutos después estaba luchando junto con Song para sacar a Li Zekun del auto. En el ascensor, Ran extrañamente había atinado a presionar el botón del octavo piso. Un dolor estaba comenzando a surgir de la parte inferior de su cabeza para cuando la mano de Li Zekun le sostuvo firmemente.
—Ten cuidado de no caer.
Tao Ran también sabe cuándo y de qué manera utilizar la huella digital de Li para desbloquear la puerta. Zekun de repente extendió la mano y empujó a Tao Ran dentro de la casa. Cerró la puerta. La parte inferior de la espalda de Tao Ran se golpeó con la esquina afilada de una mesa de café, lo que provocó que gritara suavemente. No estaba tan concentrado en el dolor como en el aspecto de la casa. Realmente parecía haber estado desocupada durante mucho tiempo porque el piso estaba oscuro y lleno de polvo.
Tao Ran besó a Li Zekun sin que pudiera evitarlo. El hombre frente a él es demasiado frágil, y los movimientos tiránicos que ejecuta parecen ocultan perfectamente bien su miedo y su pánico... La tristeza. Cuando Tao Ran pudo tener algo de control de sí mismo, ya estaba respondiendo a Li Zekun, y Li Zekun estaba demostrando ser extrañamente suave. En ese momento, Tao se sintió como un muy buen entrenador de animales. Con un increíble éxito había extinto la llama de una bestia irracional y lo había metido a la jaula. Cuando Li Zekun lo presionó contra la cama, el polvo de las sábanas se levantó y voló bajo las luces. Tao Ran tosió unas cuantas veces, luego fue silenciado por un beso caliente. Jadeó, y fue envuelto en una inexplicable sensación de seguridad.
Poco a poco se relajó y esperó pacientemente a que el hombre lo tomara. Sentía que estaba preparado, que tenía que ser de esta manera. Tras el beso y una caricia, el aliento del hombre desapareció, y el mundo se convirtió en un espacio vacío. Li Zekun sostuvo su peso en los brazos y miró a Tao Ran. Tenía lágrimas en los ojos. Se dijo a sí mismo, más como una pregunta:
—Es posible. ¿Por qué no? Claro que es posible.
Li Zekun siguió llorando.

Nadie se vuelve a encontrar.Where stories live. Discover now