No otra vez (Géminis x Capricornio)

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No otra vez - Parte Única

Géminis Mujer y Capricornio Hombre

De todos los lugares en la Tierra en que se le ocurrió en algún momento atrás cruzarse con él, claramente no fue el maldito supermercado en el que se detenía a comprar los alimentos para toda la semana. Mucho menos, maldita sea, mucho menos hubiera esperado encontrarse con él de la mano de una morena con sonrisa amable mientras ambos reían del diablo sabrá que mierda.

Tragó saliva y respiro hondo en silencio. Estaba a punto de darse de la vuelta y huir de ahí tan rápido como sus pies regordetes podían. Pero no, claro que no. Ella estaba peleada con el diablo y este no dejaría pasar la oportunidad para humillarla. Fue en ese momento en que él levantó sus ojos y la miró. Joder, la sorpresa en sus ojos era malditamente dolorosa. Y ese reconocimiento era un mal trago que no quería volver a sentir en su vida. Dio un pequeño asentimiento con la cabeza como quien se encuentra con una conocido, reconoce que conoce a la otra persona, pero no son tan cercanos como acercarse y saludarse, o al menos eso creyó que significaba dar un asentimiento, porque realmente espero que él la ignorase y permitiera que diera la vuelta por completo y que se vaya. Pero otra vez, el diablo se río de ella en su propia cara.

—¡Géminis! —exclamó él, su voz era una mezcla de sorpresa y desesperación, como si estuviera ansioso de hablar con ella.

Géminis tuvo unos dos segundos para decidir si esperar y estrellarse o soltar el carrito de las compras y correr. Treinta segundos después se arrepintió de tomar la segunda opción como algo viable, ¡ella no corría! Sus pies literalmente no sabían lo que era un movimiento más rápido que caminar, así que era obvio que se iba a tropezar con sus malditos propios pies y que se iba a caer al brillante, pero duro suelo del maldito supermercado.

—¡Géminis! ¿Estás bien? —La pregunta le llegó como una bofetada fría. Abrió los ojos ya sintiendo como sus mejillas abultadas se volvían dos tomatitos haciendo alarde de su vergüenza.

—S-sí, l-lo estoy —tartamudeo, pero ya no podía exigirse más a sí misma.

Decidió que lo mejor que le quedaba por hacer era levantarse, decir adiós e irse a su apartamento. Claro, antes debía pasar por otro supermercado para comprar lo que necesitaba, no podía dejar de comer porque se haya encontrado con su ex ¡de hace más de cuatro años! Se estaba comportando de una manera muy ridícula, y lo sabía, maldita sea que lo sabía. Logró levantarse del suelo sin ayuda a pesar de que él le había tendido la mano gentilmente, se quedó de pie mirando al suelo y esperando que sus piernas dejasen de temblar para poder irse.

—¿Estás segura de que estas bien? —preguntó Capricornio con la duda latente en su voz. Ella evitó gruñir e intento con todas sus fuerzas no ponerse más colorada por la vergüenza, lo primero lo logró, lo segundo claramente estaba más allá de lo inevitable.

—Sí, estoy segura, estoy bien —aseguró, su voz sonó firme y agradeció mucho por eso.

—¿Capricornio? —preguntó una voz femenina detrás del hombre, ella supuso que era la morena de sonrisa amable.

Él pareció darse cuenta de su presencia y la miró sobre su hombro, Géminis vio de reojo como las comisuras de sus labios se elevaban mientras giraba levemente su cuerpo hacia la chica. Volvió a bajar la mirada avergonzada por la punzada de celos que atacó su pecho. Ella tiene que salir de ahí, y esta era su oportunidad. Se dio la vuelta murmurando un 'adiós' apenas audible incluso para sus propios oídos y comenzó a caminar hacia la salida.

Su corazón se le había salido del pecho para latir fuertemente en su garganta creando un efecto de ahogo que le hacía difícil respirar con normalidad. Es malditamente irónico como le estaba afectando ver a Capricornio otra vez, incluso siendo ella quien lo había dejado, incluso siendo ella quien decidió que su relación debía llegar a su fin. Sus ojos comenzar a escocer y sus manos a temblar, diablos, ¡ella estaba a punto de llorar! ¿Algo más humillante que ponerse a llorar en medio de un maldito supermercado porque acababa de ver a su exnovio con su actual novio mientras compraban alimentos para seguramente su maldita casa? ¿Se podía sentir aún más avergonzada? ¡Ella era tan ilusa!

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