Dasy, mi gallina (Géminis x Sagitario)

1.1K 31 6
                                    

Dasy, mi gallina - Parte 1

Géminis Mujer y Sagitario Hombre

—¡Pero la puta madre que me parió! —gritó Géminis mientras se bajaba de su auto y se llevaba ambas manos a la cabeza al darse cuenta que había pinchado, no solo una rueda, sino dos—. ¡Lo que me faltaba! —exclamó con molestia.

Iba tarde, no, tardísimo, pero ese no era el problema principal, ni siquiera era el hecho de que tenía dos de cuatro ruedas de su auto pinchadas, más bien, el problema estaba en la reunión que tenía dentro de veinte minutos en un edificio que quedaba a treinta minutos, con; tal vez, su futuro jefe. Claro, si la asociación se daba con éxito. Pero su mala suerte parecía extenderse más allá de lo que creía posible, porque el día iba siendo fatal y recién había empezado.

—¡La re puta madre que me parió! ¿Y ahora qué carajos hago? —se preguntó mientras agitaba los brazos en el aire señalando el auto con molestia.

Ni siquiera era su auto, era el de su mejor amiga, Libra, quien la iba a matar cuando se enteré que le había pinchado dos ruedas luego de que tardó alrededor de diez minutos en convencerla de que era una idea genial prestarle el auto, a ella, quien era no solo un peligro al volante, también era una persona tan despistada que no se había dado cuenta de las botellas de vidrio rotas que había en la carretera.

Respiró hondo intentando tranquilizarse, debía proseguir como una persona normal; llamar a la ambulancia para autos y luego ir a trabajar, aunque debería avisarle a Acuario, su secretaria, que iba a llegar un poco tarde a la reunión y que haga todo lo posible para retrasarla. Ya que, si despedían a Géminis, era probable que la despidan a ella, algo sobre la cadena alimenticia o algo así.

—Bien, que no cunda el pánico Géminis, todo va a estar bien, bueno, tal vez no, pero que no cunda el pánico —se dijo a sí misma en voz alta, al tanto que volvía a abrir la puerta del auto por el lado del copiloto y buscaba en su bolso el celular.

Tecleo rápidamente un mensaje para Acuario y luego llamó a la ambulancia para autos, Libra había sido considerada al dejarle los números de emergencia en un papel, su amiga era tan buena y ella tan desastrosa, iba a tener que hacer mucho mérito para pagarle esto. La ambulancia para autos se estaba tardando en contestar, ¿cuántos autos necesitaban el servicio estas horas? ¿O es que todavía no habían abierto? Si era lo último estaba en más problemas, si era lo primero, en algún momento la tendrían que atender. Maldita ambulancia para autos.

Sinceramente, no recordaba cómo se le decía a ese servicio, pero nadie debería negar que era cómico llamarlo una ambulancia. Géminis respiró hondo una vez más al colgar, como había supuesto, iban a tardar más de lo que ella podía esperar, sin embargo, les había pedido que vinieran igual. Aunque en su mente no cabía la posibilidad de mantenerse ahí por mucho tiempo, debía llegar a esa reunión lo más rápido que pudiera, incluso si tenía que detener todo el tráfico y obligar a alguien con su gas pimienta como arma para que la llevará hasta el lugar de la reunión.

Frunció el ceño. Esa podría ser su última opción, decidió empezar por las más razonables y normales. Lo siguiente que hizo fue marcar el número de su hermano menor y rezar para que ese día estuviera disponible.

—¡Hermanito bonito! —saludó una vez descolgaron la llamada. Su voz sonó chillona y desesperada, lamentablemente no pudo enmascarar sus emociones.

—¿Qué quieres Géminis? —preguntó su hermano en un tono aburrido. La aludida rodó los ojos al cielo. La había descubierto fácilmente, su hermano siempre tan intuitivo.

—¡Tuve un accidente y necesito que me socorras Piscis! —Era mejor no retrasar lo inevitable.

—¿Un accidente? ¿Estás bien? —preguntó Piscis preocupado.

—¡Voy a llegar tarde a mi reunión de trabajo! ¡Mi cuello duele y ni siquiera puedo ir a un hospital porque si me despiden no tendré dinero para pagar el arreglo de mi auto! —exclamó aterrada.

Técnicamente si le dolía el cuello, pero porque había dormido en una posición extraña y mala, el resto tampoco era mentira, ya que tarde o temprano se quedaría sin dinero, si la despedían, además encontrar un trabajo era sumamente difícil últimamente. Así que Piscis pudo intuir que su miedo era genuino y tal vez fue por eso que acepto ayudarla. Géminis nunca admitirá que, sino la ayudaba a las buenas, utilizaría todo lo que sabe de su hermanito para que aceptará a las malas

Le avisó Acuario que ya había pedido ayuda y que pronto iba a estar ahí. Sólo esperaba que no fuera demasiado tarde y su futuro jefe no fuera un cabrón que la despediría si llegaba quince minutos tarde, porque iba a llegar mucho más que quince minutos tarde. Porque su 'pronto' estaba lejos de ser pronto.

Joder, mal día para quedarse dormida. Joder, mal día para que se quedará sin agua caliente. Joder, mal día para que se le rompiera el refrigerador y todo lo que había dentro se descompusiera arruinando su desayuno de rutina y obligarla a tomar solo un café frío, ya que no tenía cafetera, porque ¿adivinen qué? ¡Se le había roto la jarra de vidrio!

Respiro profundamente intentando tranquilizarse y levantó la mirada hacia los autos que pasaban frente a ella, casi parecía que se burlaban de su mala suerte andando tan bien.

—Bien, ahora debo pasar a la tercera fase de su plan.

Que básicamente consistía en lograr detener un vehículo y que el conductor quisiera llevarla a su trabajo. Claro, pagaría si era necesario ablandar la voluntad de las personas, pero también utilizaría su gas pimienta si debía, porque no se quedaría sin trabajo, no cuando faltaba tan poco para pagar su préstamo estudiantil y estaba a menos de un mes de Navidad, no, no se quedaría sin trabajo. Iría hasta las últimas consecuencias. Sí, amaba su trabajo, amaba lo que hacía, y le encantaba el monto de dinero que recibía a fin de mes por hacer algo que amaba.

Sacó del auto sus cosas y dejo la puerta cerrada, las llaves bajo uno de los neumáticos desinflados y le mandó un mensaje a Piscis informándole todo eso. Guardó el aparato en su bolso y respiró hondo una vez más.

Géminis esbozó su mejor sonrisa y levantó su dedo pulgar apuntando en la dirección en la que necesitaba ir. Ahora solo debía esperar. Ojalá que alguien se compadeciera de ella; una pobre muchacha que fue cagada por no uno, sino dos elefantes el día de su nacimiento. 

Get Wild #Zodiaco #EspecialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora