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Siete minutos en el Infierno (Escorpio x Acuario)

Siete minutos en el Infierno - Parte Única

Escorpio Mujer y Acuario Hombre

—¡Comencemos! —exclamó Sagitario muy emocionado, emoción que se debía mayoritariamente al alcohol que había en su sangre, pero no era el único que se encontraba así, ya que todos estaban en un estado similar.

La botella giro y todos gritaron.

Escorpio estaba nerviosa viendo como el objeto giraba y giraba en medio del círculo que habían formado todos en el piso. Llevaban unas cuantas horas bebiendo, comiendo y fumando, todos estaban en un punto en el que la incomodidad había pasado a segundo plano. Aunque por alguna razón se sentía nerviosa, tal vez era el hecho de que había peleado con su mejor amigo y todavía no lo había resulto, o tal vez era el hecho de que él había llegado a la fiesta con una chica, o tal vez era el hecho de que no le había prestado atención ni en toda la noche. De todas maneras, se sentía nerviosa y distraída. Tanto que no se dio cuenta en el momento que la botella terminó de girar y un extremo la apuntó.

—¡Escorpio! —gritó Cáncer levantando las manos en el aire, el chico estaba tan borracho que estaba rojo como un tomate, casi parecía que lo estaban asfixiando.

—¡Y Acuario! —gritó Sagitario señalando el otro extraño de la botella.

Tragó saliva y buscó con la mirada a su mejor amigo. Este miraba la botella sin emoción alguna.

—Recuerden, serán siete minutos, pueden hacer lo que quieran, pero no ensucien nada porque después no lo van a limpiar, y prometemos que no escucharemos —recordó Virgo colocando el cronómetro en su celular.

—Vayan, vayan —insistió Cáncer haciendo que los dos se levantarán y se dirigieran a una de las habitaciones que habían designado para pasar los siete minutos.

Acuario respiró hondo y entró, dejo la puerta abierta para su mejor amiga, quien no tardó en entrar y cerrar. Se sentó en la cama intentando encontrar una cómoda posición para hablar, bueno, o al menos quedarse ahí esperando que pasen los minutos más rápido. Habían pasado un par de días desde que habían discutido y no habían vuelto a hablar. Era la primera vez que les sucedía algo así, pero estaban sucediendo mucho ese tipo de cosas, demasiadas primeras veces para poder asimilar todo.

—¿Me vas a ignorar por siempre? —preguntó Escorpio cruzándose de brazos y apoyándose en la puerta cerrada.

Acuario rodó los ojos.

—Tú también me has ignorado, Escorpio —contestó él.

—Sí, pero no fui yo quien huyó como un cobarde luego de lo que sucedió —se quejó ella en un bufido.

—Sí, claro, yo soy el cobarde —aceptó con cinismo el chico.

—¿Ah, no lo eres? ¿Y cómo llamas el hecho de que luego de que me besarás te fueras sin decir nada? —Cuestionó ella indignada. Acuario suspiro pesadamente y negó con la cabeza.

—Yo no te besé —negó.

—Fuiste tú quien inicio el beso —le recordó Escorpio alzando una ceja.

—Y tú me seguiste —replicó él.

Ambos se mantuvieron en silencio. Acuario no quería admitir que había besado a su mejor amiga, y ella no quería admitir que había seguido el beso, sin embargo, ambos se besaron, y eso, era algo que no podían pasar por alto, no era un detalle menor, ni era algo que hicieron de manera inconsciente, no estaban borrachos. Entonces, ¿qué pasaba ahora?