Capítulo 24: Las Vidas de un Gato (Parte 2)

1.1K 85 96
                                    


Mi respiración era agitada. Me encontraba corriendo y llevaba manteniendo un ritmo constante hace ya varios minutos. Miré a mi derecha y ella todavía estaba allí.

¡Corre Marinette, corre!

Ambos estábamos escapando. ¿De qué? No lo sabíamos, pero teníamos en claro que había que estar lo más alejados posibles de eso.

Un bosque oscuro lleno de árboles, arbustos altos, charcos de agua y mucho barro era el que componía nuestro escenario de escape.

Desconocía en dónde podía encontrar nuestra salvación, y eso aumentaba mi nerviosismo y preocupación.

La tierra mojada fue la causante de su caída. Ninguno se dió cuenta de su existencia hasta que fue demasiado tarde

¡Vamos! ¡Toma mi mano!

Sin pensarlo mucho la agarró y tiré de ella para que se incorporara rápidamente pero, antes de que pudiéramos siquiera dar un solo paso más, un ruido agudo se hizo presente en el ambiente.

Lo siguiente que pude sentir era su tibia sangre en mi rostro.

Cuando volví a abrir los ojos se me congelaron hasta los huesos. Ella había sido atravesada por... ¿Un bastón?

Sus ojos me observaban sorprendida mientras su única mano libre trataba de acercarse a dónde el arma había realizado su cometido.

Marinette, tranquila. Vas a estar bien, yo te voy a sacar de aquí y te conseguiré ayu-

Antes de que pudiera terminar mi inútil intento de reconfortarla salí despedido impactando en el proceso contra un árbol. Sin siquiera ser capaz de tocar el suelo fui tomado del cuello y elevado un metro en el aire.

El brillo verde de sus ojos me dejó paralizado del miedo. No podía ver nada más a excepción de esas dos bolas brillantes que no hacían más que atravesar toda mi alma.

No tuve tiempo ni de gritar de terror cuando sentí como algo se incrustaba en mi interior atravesando mis costillas y rompiéndolas en el acto. Lo último que ví fueron sus blancos y grandes colmillos sonriéndome provocativamente.

Abrí mis ojos rápidamente y miré desesperado a mi alrededor. Habíamos reaparecido en el bosque, ambos. ¿Qué hacía allí nuevamente?... Vivo... Con ella, como si nada hubiese pasado.

Un leve pinchazo en la base de mi cabeza me hizo reaccionar. Peligro.
De alguna manera sabía que esa cosa estaba cerca.

Tomé de su mano y comenzamos a correr una vez más, pero todo se sentía... Diferente. Cada paso que daba, cada movimiento qué hacía, sabía claramente qué teníamos que hacer para poder sobrevivir. En mi interior mi cerebro trabajaba trayendome un mapa que había estado completando, una canción que cambiaba de ritmo y compas indicándome el camino. Al parecer ya había hecho esto, múltiples veces. Muchos intentos fallidos, muchas muertes suyas en mi conciencia. Demasiados horrores y errores que estaba cansado de repetir.

Nos encontramos en el mismo lugar de antes. El mismo charco, pero ningúna víctima. Apartandola de un empujón evitamos ese fatídico contratiempo y proseguimos nuestro camino.

Ya me estaba cansando, pero no de correr. Cada recuerdo de todos los escenarios anteriores aparecían en mi mente, torturandome. Y yo ya no quería eso. No quería verla morir más.

La Viajera Del Tiempo (Miraculous Ladybug)Where stories live. Discover now