Carta 1

244 25 28
                                    

Nonhyeon-dong, Seúl, Corea del Sur.

01 de Julio, 2019.

Hola.

No sé cómo expresarme a través de estas hojas de papel que saqué de mi vieja carpeta de dibujo. Créeme, mis manos tiemblan en cada palabra que escribo. Sé que no me conoces, yo tampoco te conocía hasta que cruzaste justo frente a mí, mas bien, frente a mi ventana.

Mi nombre es Doh KyungSoo, una persona que te observa desde las sombras postrado a una silla de ruedas o a la cama de mi habitación de por vida, o al menos eso dicen los médicos. ¿No te parece que son crueles? Lucho a diario para romper ese diagnóstico en mi mente y enfrentarme a todos con la cara en alto.

Pero... Me estoy resignando a estar siempre así, inmóvil ante todo, como si fuese a romperme en mil pedazos cada que camino. Aunque el aura de mi habitación cambia cuando de repente apareces en mi triste y gris panorama de todos los días.

Me cansé de observar la cafetería común y corriente. El tintineo del abrir y cerrar de esa puerta de cristal cada vez que un cliente entra o sale. El viejo jefe del local que con una sonrisa saluda a los transeúntes. Quisiera preguntarle cómo le hace para estar feliz todo el tiempo. Quiero contagiarme de su positivismo para lucir una sonrisa amigable y no la de un psicópata semi tierno.

De todas las personas que pasan, ninguna se me hacía interesante, quiero decir, nadie robó mi atención. Solo fue hasta ese momento porque segundos después... apareciste tú.

Mis ojos quedaron sorprendidos y mi corazón ni se diga. No pude quitar la vista de tu rostro somnoliento, tu piel bronceada, hermosa y única. Llevabas puesta una camisa rosa melocotón con pantalón negro de vestir en conjunto con esos zapatos que por lo que me di cuenta, eran nuevos. Y cómo olvidar tu cabello castaño despeinado.

Observé el momento detenidamente, haciendo que cada segundo se quedara grabado en mi mente. Sin embargo, se hizo presente ese detalle que acabó de matarme: tu sonrisa. Esos labios gruesos fueron lo que más me impactó, enviando sonrisas con un toque de picardía.

Solo tardaste unos cuantos segundos platicando, lo que para mí fueron los más sagrados de lo que llevo de existencia. Mi emoción era tanta que traté de levantarme de la cama y así poder admirarte más de cerca. Lamentablemente, mis piernas no soportaron mi peso y caí. Con mucho esfuerzo logré ponerme de pie, siendo la mala suerte el que golpeó mi realidad al ver que ya no te encontrabas allí, solo recibí un saludo del viejo a lo que respondí sin ánimos. Todo volvió a ser como antes.

Aun no entiendo cómo fue que alguien como tú, que apenas si pude observar, o peor, recién sabía de su existencia, llenara mi vida de color instantáneamente. Eso es algo que el destino me lo hará saber más adelante. Al llegar la noche, aterrizó en mí la nostalgia de lo que he vivido y también la música del vecino de al lado. Sus canciones me ponen de mal humor, aun así, no todo está muy mal. A veces suele reproducir pistas hermosas.

Justo cuando recordaba todo lo que había pasado esa tarde, sonaba de fondo cierta canción de Coldplay. Tu imagen en mi mente y el estéreo de mi vecino hacían una extraña pero buena combinación. Tanto que ayudó a que mis dolores de espalda los olvidara y así, poco a poco me fui albergando en mis sueños hasta caer rendido.

Temo aburrirte con mis básicas palabras, pensarás que soy un tonto empedernido que no sabe lo que está haciendo y te entiendo. Yo también no sé lo que hago en este momento cuando mis manos duelen de escribir en este trozo de papel. Mi madre dice que debo guardar mucho reposo, pero ni siquiera durmiendo toda una eternidad ayudará a que esta tortura termine.

Realmente quiero que esto llegue a tus manos, pero seré paciente hasta el día en que nos encontremos. Mientras tanto, seguiré redactando cartas que más que eso, parece un diario y es que quiero que sepas todo de mí. Espero con ansias volver a verte por aquí a iluminar mi vida con tu lejana presencia.

Con cariño y amor...

Doh KyungSoo. 

Cartas a Kim JongIn [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora