Dylmas/Newtmas One-Shots.

four questions. || newtmas

AVISO: Smut (top!Newt)

Todo empezó cuando Thomas tenía diez años y Newt doce.

Habían sido mejores amigos desde siempre y todo había sido normal, claro, excepto el... cariño mutuo muy notorio entre ellos. Se conocían como la palma de sus manos; Newt sabía que Thomas era demasiado inocente para su edad y muy curioso, lo cual era una combinación tremendamente peligrosa, y Thomas sabía que Newt era muy protector en cuanto algo tenía que ver con el menor y que era un revoltoso de cuidado.

Los dos se encontraban en la casa del rubio cuando pasó por primera vez. Thomas estaba tumbado, situando su cabeza en el regazo de su mejor amigo mientras leía su libro asignado para la clase de lengua, y Newt intentaba concentrarse en hacer matemáticas mientras jugaba con los mechones color café de Thomas. De repente, este se levantó de un salto para sentarse con las piernas cruzadas mirando fijamente a Newt, conteniendo la pregunta que le iba a hacer durante el más tiempo posible, hasta que su amigo dejó el libro de matemáticaa y devolvió la mirada.

" Newt... Tú... ¿Crees que... q-que podrías ser mi primer beso? " murmuró Thomas con un ojito cerrado, temiendo por la respuesta del mayor.

Newt abrió los ojos estupefacto. Es decir, no iba a negar que sentía... Algo por Thomas. Ni siquiera él sabia el que porque, claro, tenía doce años; maldita sea, nadie sabe lo que hace con esa edad. Todos solemos arrepentirnos de nuestras decisiones preadolescentes. Lo único de lo que realmente estaba seguro Newt era de que quería a Thomas. De la manera en la que fuera, ya se preocuparía por eso más tarde.

" Yo... No entiendo... "

" ¿Puedo contarte la historia? " interrumpió el castaño, mirándole esta vez a los ojos y, cuando Newt asintió con la cabeza levemente, continuó. " En clase no paran de hablar sobre como todo el mundo ya ha dado su primer beso. Menos yo... No me importaba mucho, pero las chicas, ya sabes, Brenda, Teresa y Harriet, se han acercado a mi y han empezado a contarme como 'es el momento más memorable de tu vida', y 'debes de darlo con alguien con quien tengas mucha confianza', " comenzó a gesticular con cansancio, indicando que le aburría todo lo que saliera por la boca de sus compañeras de clase. " y he pensado que si tengo que dármelo con alguien, quiero que sea contigo. "

Newt no pudo evitar sonreír ante las palabras del castaño. ¿Realmente pensaba que era la persona en la que más confiaba? Claro, ambos sabían sus secretos más íntimos y se habían visto en sus momentos más vulnerables, pero Newt tenía tan baja autoestima que jamás habría pensado que Thomas pudiera pensar algo más allá de él que no fuera imaginárselo como su amigo de videojuegos. Era aliviante saber que no solo él sentía que su vida se derrumbaría sin tenerlo a su lado.

" Claro que quiero que des tu primer beso conmigo, Tommy. Pero... " vio como la cara alegre de Thomas cambiaba en un segundo a una de decepción. " Tengo miedo de que solamente estés haciendo esto porque te están presionando. "

" Pero yo quiero darlo. Te lo quiero dar. " recalcó, haciendo hincapié en la última parte. " Las chicas también dicen que es una muestra de amor y yo te quiero mucho. "

Newt asintió con la cabeza, sin poder contener la sonrisa asomándose por sus labios. Realmente, ninguno de los dos pensaba por aquel entonces que el amor que sentían y las mariposas que retumbaban en su estómago eran algo más que una señal de confianza y amistad verdadera.

" ¿Has dado tu primer beso ya? " le preguntó Thomas mientras se acercaba a él en la cama, dejando un espacio mínimo entre ellos, tanto que podían sentir las calientes respiraciones del otro en sus cuellos.

" Yo... Sí. " contestó Newt y sabía que se arrepentiría toda la vida por no haber compartido algo así con Tommy.

Fue con Minho, cuando ambos tenían la misma edad que Thomas. Pasaban mucho tiempo en el parque jugando al pilla-pilla juntos y cuando una vez su amigo asiático le dijo que quería casarse con él de mayor, Newt casi se echó a llorar porque lo que menos quería era rechazarlo, pero lo que le acababa de confirmar eran palabras mayores. Así que se besaron unas cuantas veces los días siguientes y el rubio decidió jamás volver al parque. Cambió las tardes allí por ratos de juego con Tommy y ayudarle a hacer los deberes mientras veían Shin Chan, algo prohibido en la casa del pequeño porque según sus padres era inapropiado.