XI - Los Bosques Mágicos de Valahall (Pt.1)

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—G... gracias —dijo Ereas sorprendido, se había quedado sin palabras.

Al tomar el obsequio se sintió extraño, súbitamente fuera de lugar, un tanto afeminado y pasado a llevar, aun le costaba comprender lo que estaba sucediendo con Mina. Hasta donde él sabía, en la sociedad de los hombres, era inusual y mal visto que una dama cortejase abiertamente a un varón, sobre todo para el varón, le hacía ver débil, desvalorizado y con falta de iniciativa. Aun así Ereas no dijo nada, pudo intuir que por alguna razón para la elfa era algo totalmente normal y sin motivo de vergüenza.

—¿Volverás? —preguntó Mina intuitiva.

—Lo prometo —contestó Ereas esforzándose por esbozar una sonrisa. Su estómago se estrujaba del nerviosismo, le costaba hablar.

—¡Entonces te esperaré! —le dijo la elfa con mirada coqueta.

En seguida se llevó una mano por encima del pecho izquierdo y desde debajo de su vestido sacó un pequeño y cuidadosamente sellado sobre blanco.

—Esto también es para ti —le dijo entregándoselo— ¡Ábrelo cuando te sientas preparado!

En seguida y sin despegarle su hermosa mirada le esbozó la más radiante de las sonrisas mientras azuzaba su yegua para regresar a la ciudad de los elfos. "¡Qué sociedad más extraña!" pensó Ereas para sí mismo mientras miraba embobado a Mina alejandose a través de la pampa. No pudo evitar esbozar una sonrisa de satisfacción. En ese instante y por alguna razón, por fin pudo sentir a aquel lugar como su nuevo hogar, pertenecía ahí, volvería... estaba seguro.

—¿Qué quería? —preguntó Gianelo intrigado una vez que Ereas regresó junto al grupo. El gorgo no supo que responder.

—¡Parece que alguien "va a comer chocha"! —dijo Teddy observándo la rosa que llevaba en una de sus manos.

Gianelo, Orfen y el enano rieron. Aquella era una típica y vulgar expresión de los barrios bajos de varias sociedades para referirse al acto sexual. Insgar y Othila le pegaron una dura mirada a Teddy, intuyendo sin problemas a lo que éste se refería. El gorgo se sintió avergonzado.

—Una rosa de Liz —dijo el mago sorprendido al ver el obsequio de Mina— ¿Sabes lo difícil que es conseguir una de éstas?

Ereas lo miró sonrojado, negó con la cabeza.

—¡Lo suficiente como para que llegase así de tarde! —le dijo el mago sonriendo. Teddy y Gianelo parecieron mirarlo con cierto recelo al oír aquello.

—¡Ese es mi muchacho! —dijo Demethir alegremente mientras le daba unas orgullosas palmadas en la espalda desde su caballo. Ereas prefirió quedarse callado o de seguro lo atacarían con otra broma de mal gusto.

A partir de ese momento y durante el resto del día, el viaje continúo sin impedimentos. El clima estuvo ligeramente caluroso, pero agradable. Lo que facilitó enormemente las cosas. Los guerreros estaban de buen humor y a pesar que se sentía un recelo generalizado por el nuevo e inesperado integrante, la mayoría se mantuvo optimista.

Tras un par de horas de cabalgata siguiendo el camino real atravesaron el río Elferico hacía el lado oeste a través de un buen construido puente. Por el camino habían encontrado algunos pequeños caseríos élficos y varios viñedos con sus campos cargados de parras. En aquel lugar la calzada se separaba en tres caminos diferentes; el primero, en dirección suroeste, seguía de cerca el descenso del serpenteante río hasta la ciudad de Elférica. El segundo al norte, iba directo a Cor. Sin embargo, fue el tercer camino, rumbo al oeste, el que tomaron, este se adentraba en lo profundo de los bosques mágicos de Valahall para llevarlos hasta la misma frontera con la tierra de los gigantes. Era una larga, hermosa y tranquila vía hasta allá, con tan solo un par de pequeñas comunidades élficas a lo largo que gustaban vivir de lo que les proveía el bosque y que servían de descanso y acogida a aquellas comitivas que comúnmente solían adentrarse en él para disfrutar de sus parajes. Eguaz conocía bien el camino y a sus habitantes por lo que tenían planeado dar algunos pequeños rodeos para evitarlas. Supuestamente cabalgaban a Flemister, por lo que preferían evitarse cualquier tipo de preguntas. Si todo marchaba bien no se demorarían más que unos cuantos días.

El Viaje De EreasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora