Tonterías, había respondido Minho. Sin embargo no había podido borrar de su mente las palabras de su secretaria. Aún en aquel momento, semanas después, era incapaz de olvidarlas. No obstante tampoco terminaba de comprender lo que Yoona había querido decir ¿se trataba de buscar la satisfacción ayudando a los demás o de comprender lo bien que estaba uno en comparación con ellos?, se preguntó. 

No conocía a nadie que estuviera peor que él. 

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Lee Taemin llevó la camioneta a la cuneta al llegar a la señalización de stop. Quizá se equivocara, pero creía que se le había roto una varilla, lo cual significaba que… Taemin tragó tratando de ignorar el pánico que lo afligía. El miedo no servía de nada. El desastre ya se había producido, de modo que sólo le restaba calmarse y seguir adelante. 

—Debería de tener práctica en esto —musitó para sí mismo mientras recogía la bolsa de la compra en la que había gastado sus últimos wons y salía de la camioneta—. Quizá incluso me dedique a dar seminarios sobre cómo salir adelante en situaciones difíciles cuando el bebé haya nacido. 

Taemin continuó reflexionando sobre aquella estúpida idea mientras caminaba por la estrecha y poco frecuentada carretera hacia la cabaña que se había convertido en su refugio y prisión. De ese modo evitaba pensar en sus verdaderos problemas, el calor de aquella tarde, sus desastrosas finanzas, la camioneta definitivamente inservible… 

—Comenzaré por dar unas cuantas lecciones gratis a los grupos parroquiales, y luego daré las charlas en hoteles. Cobrando, por supuesto. Me convertiré en el rey de la supervivencia. Tendré locales propios, libros, vídeos… 

Taemin tropezó con una piedra y se tambaleó. Aquello hubiera podido ser el final. Cambió de mano la bolsa de la compra y continuó caminando. Hasta el momento había logrado sobrellevar todas las dificultades, pero en medio de aquella nada, con un tobillo roto… Era razón suficiente para rendirse. 

Sin embargo no se había roto el tobillo. Era joven, fuerte y resuelto, aunque también estuviera desgarrado, viudo, embarazado y sin empleo.

El bebé pateó en su vientre.

—Éste ha sido tu primer comentario en el día de hoy —dijo en voz alta sonriendo y poniendo una mano sobre su vientre—. Ya veo que estás bien, príncipe. Nada de compadecerse de uno mismo, encontraremos una solución. Además, casi estamos llegando a casa. 

Justo antes de llegar al cauce seco del río, Taemin giró rodeando el árbol que marcaba el inicio de un estrecho sendero de piedras. Aquel camino seguía recto durante unos cuantos metros para girar después delante de una enorme piedra y llegar por fin a su escondite, una cabaña de una sola habitación que pertenecía al tío de una compañera de clase. 

Taemin tuvo que pararse a descansar en aquella gran piedra, pero según los libros era normal que se cansara estando tan cerca del momento del término de gestación del bebé. 

—Sólo un par de semanas más, cariño —le susurró a la preciosa carga que llevaba dentro—. Luego comenzaremos una nueva vida juntos. 

Lee contempló el paisaje, tan distinto a Mokpo, donde había nacido. Una ola de añoranza lo embargó. Hubiera deseado que todo hubiera sido diferente. Por ejemplo poder dar a luz en Mokpo, su ciudad natal, y que su hijo conociera a su padre. 

Cerró los ojos. Durante los últimos seis meses el dolor por la muerte de Timoteo había dado paso a la aceptación. Timoteo se había peleado en una riña de un bar, y al día siguiente, cuando el médico certificó su muerte, todas sus esperanzas e ilusiones se marcharon con él. 

¡Y había tenido tantas!, recordó. Se había enamorado a primera vista, nada más tropezar con Kim Timoteo en la cafetería del instituto. En cuestión de semanas salían juntos y cuatro años más tarde, el día de su décimo octavo cumpleaños, se habían casado para vivir felices para siempre. 

—Para siempre —repitió Taemin en voz alta suspirando. 

Aquel para siempre había durado cinco años, y la parte feliz, bueno… fueron felices durante un tiempo, recordó.
Sin embargo, Timoteo había cambiado mucho, sobre todo durante los dos últimos años. Para cuando la historia tocó a su fin el chico al que había amado se había convertido en un completo extraño. 

—Pero no te preocupes, bebé, no volveré a cometer el mismo error —dijo Taemin.

No tenía tiempo, un bebé estaba de camino. Y por supuesto no era tan inocente como para no darse cuenta de que sacarlo adelante él solo iba a ser difícil. Sin embargo no tenía elección, de modo que aquello resolvía el problema. No tenía elección, se repitió en silencio pasándose la mano por el vientre. 

Sus padres habían muerto en un accidente de tráfico semanas después de la boda, y los padres de Timoteo… Taemin los hacía responsables de la infelicidad y del comportamiento autodestructivo de su marido. Habían ejercido una presión incansable sobre él alentandolo a ser el mejor, el primero. 

Cuando Timoteo comprendió que era incapaz de cumplir las expectativas se tiró al alcohol en lugar de tratar de buscar el consuelo y apoyo en su pareja. Pero sus suegros no iban a tener la oportunidad de hacer lo mismo con su hijo, se dijo Taemin. Por desgracia pensaban de un modo muy distinto a él, y tenían dinero y contactos. No dudarían en usar todos los medios a su alcance hasta conseguir lo que quisieran. Y lo que querían, muerto su hijo, era la custodia legal de su nieto.

Taemin se negaba a separarse del bebé, pero no tenía medios para luchar contra ellos. Por eso había huido. Una y otra vez. Había planeado esperar al bebé en aquella cabaña hasta el último momento y dirigirse luego a una ciudad grande para ingresar a un hospital a realizarse una cesárea. Pagaría un par de noches en un motel y a una niñera para que cuidara del recién nacido con sus escasos ahorros, mientras buscaba un modo serio de ganarse la vida. 

—¡Bravo por los planes! —exclamó al comprender que la camioneta estropeada se los había echado a perder—. ¿Y ahora qué? 

Un fuerte rugido lo hizo mirar para arriba. Nubes negras llenaban el cielo lanzando rayos sobre el lugar. 

—Gracias Dios —continuó en voz alta—. Estaba a punto de perder el tiempo preocupándome, como si eso fuera a arreglar la situación —las primeras gotas de lluvia cayeron sobre su cabeza—. Tenemos un techo bajo el que cobijarnos —añadió dirigiéndose al bebé y recogiendo la bolsa de la compra—, y será mejor que me apresure a llegar. 

Taemin se encaminó hacia la cabaña antes de que la lluvia incrementará. Deseaba seguir pensando de un modo positivo, pero no sabía cuánto tiempo más iba a poder resistir. Sin vehículo, sin trabajo, sin dinero, solo y con un bebé en camino… 

—Vamos, deja de lamentarte —se ordenó a sí mismo en voz alta—. Hay mucha gente que está peor que tú. No sé cómo, pero nos arreglaremos —le prometió al bebé acariciándose el vientre—. No me rendiré, pase lo que pase. 

Taemin se mantuvo ocupado haciendo lo único que sabía hacer bien, pan de Gyeongju mientras el temporal empeoraba.

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Cada uno piensa que hay personas que están peor que ellos... Qué pasará cuando se encuentren??

Espero les haya gustado el primer capítulo, prontamente se viene el siguiente. Mucho love 💕 para ustedes.🤗❤️

Yhaemin YakiBautista23 asashawol113 itsblackengel LeeAyden miracleTM Miraeitha Niccole_am... Espero sea del agrado. ❤️✌️

Un Chico EnigmáticoWhere stories live. Discover now