Capítulo 48: Vida y Muerte

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Petter detuvo y apagó el Mustang, Rebecca estaba sentada a su lado, su vista hacía la asoleada vía del frente, el sol era tan incandescente que parecía que el asfalto estuviera mojado, Petter tomó la mano encerrada en un apretado puño de su novia, Rebecca por reflejo cerró mas su mano, Petter acarició con delicadeza sus nudillos.

-"Si quieres podemos irnos, ahora que te veo aquí no creo que haya sido buena idea que vinieras"

Rebecca soltó el aire de golpe, tomó un respiro profundo y largo, no había estado conciente de que aguantaba la respiración, no quería bajarse de aquel auto, no quería ver como había terminado todo.

-"No quiero bajarme, pero tengo que ir" susurró aun viendo el pavimento engañosamente húmedo.

-"No tienes que hacer nada que no quieras linda"

Rebecca volvió a respirar profundo y tragando grueso volteó hacia Petter, su novio… Aún tenía un poco de pena de llamarlo así, se sentía algo irreal estar enamorada, pero aunque nunca se lo había dicho, no era buena con la ternura ni con las palabras bonitas, pero le gustaba mucho como se sentía cuando la tomaba de la mano, cuando le sonreía, cuando la llamaba linda y sobre todo cuando la besaba.

Sonrió a los ojos claros del chico tan diferente física e intelectualmente a ella, pero aún así tan compatible y tan almas gemelas, soltó el puño de su mano y gentilmente apretó los dedos de la mano de él que aun mantenía sobre su pierna.

-"Si, tengo que hacerlo" dijo con mas convicción, Petter asintió.

-"Voy contigo" no era una propuesta ni una pregunta, era una afirmación, Rebecca asintió apretando un poco mas su agarre, Petter se acercó a ella y compartieron un beso corto y seco en los labios, Rebecca cerró sus ojos.

-"Vamos" dijo Petter, se separó de ella y se bajó del auto, Rebecca, que aun no dejaba que él le abriera la puerta, imitó su movimiento bajándose de su bebé, esperó a que Petter se posicionara a su lado y tomando su mano con fuerza caminaron hasta la entrada.

Mercedes descansaba en el cementerio Green Wood, ubicado en el Bronx, era un lugar mágico y hermoso, que a pesar de lo trágico que guardaba, estaba lleno de caminos verdes, y estatuas de mármol dignas de admiración, para cualquiera hubiera parecido pavoroso, pero Rebecca de verdad disfrutaba ese lugar.

Pero esa sensación no se repetía mientras entraba al cementerio de Woodland, sabía que desde la colina más alta podían verse absolutamente todos los rascacielos de la ciudad, e imaginaba que gracias a lo despejado y soleado del día, seguramente podían verse por completo, sin interrupciones de nubes ni nada parecido.

Ella hubiera querido que su madre descansara ahí, pero no contó con el dinero suficiente para comprarle un lugar cuando su enfermedad la venció.

Petter volvió a apretar su mano, seguían caminando esta vez por la carretera de tierra que dividía dos campos llenos de lápidas de los primeros inquilinos de aquel lugar.

Siempre de la mano de su chico, Rebecca permaneció en silencio y un tanto asustada, había prometido que asistiría a aquel funeral aunque no deseaba ir, todo esto le parecía demasiado irreal, recordó cuando recibió la noticia y sacudió la cabeza, aún le era difícil de creer.

Mientras seguía perdida en su cabeza y esos recuerdos, sintió el cambio de temperatura en su cuerpo, estaban entrando a la oficina del administrador del cementerio, el aire acondicionado era inclemente, Rebecca tembló ligeramente, su vestido negro de flores blancas pequeñas no la salvó de aquel frío, que tan sólo aumentó el que sentía por dentro.

Petter pasó un brazo por la cintura de su chica pegándola a su costado, friccionó su mano repetidas veces por el brazo de ella en un intento de calentarla, Rebecca volteó a verlo e intentó darle una sonrisa, pero no lo logró de un todo, él le sonrió mínimamente y se agachó un poco dándole un pequeño beso.

Enamorando a Katniss (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora