Capítulo 10: Escondidas

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Katniss estaba lista temprano, dado que casi no había podido pegar un ojo en toda la noche, estaba realmente confundida con todo lo que había ocurrido el día anterior.

Se vistió con su atuendo usual de color negro y bajó las escaleras en silencio, hoy no quería tropezarse con él, no quería enfrentarlo aún, el disque beso de la noche anterior había sido un error.

Eso se había repetido una y otra vez en la noche, mientras intentaba fallidamente conciliar el sueño.

Pero lo que ella nunca se imaginó fue que Peeta estuviera igual o peor que ella, porque para cuando posó sus pies en la sala pasadas las 7 de la mañana, él estaba ahí, en el sofá, esperándola.

Katniss se detuvo en seco, como si hubiera visto un fantasma, él no le pasó por alto la reacción de ella y se colocó de pie realmente despacio, tomó una pequeña bolsa de papel y un vaso desechable de café.

-"Buenos Días" le dijo en voz bajita acercándose "imaginé que hoy saldrías temprano, te… te preparé algo de desayuno" dijo extendiéndole ambas cosas, Katniss estiró sus manos y se dio cuenta de cómo sus dedos temblaban, apretó los dientes controlando los temblores.

-"Gracias" dijo en voz distorsionada, Peeta se acercó a ella intentando repetir lo mismo de la noche anterior, pero ella se retiró.

-"Peeta" dijo en voz baja "lo de anoche, no… no debió"

-"Shh" dijo él colocando un dedo cerca de sus labios sin tocarla del todo "si quieres no hablemos de eso ¿si?" pidió, prefería no discutirlo a que ella le dijera algo que no le fuera a gustar, Katniss lo vio a los ojos se mordió el labio nerviosa.

-"Es que…" dijo, él negó.

-"Tienes que trabajar ¿no es así?" preguntó "después de todo faltaste ayer" dijo, Katniss a su pesar sonrió, Peeta estaba haciendo todo lo posible para no tocar el tema, ella respiró profundo y asintió.

-"Tienes razón" dijo "después de todo, debería marcharme" Peeta le sonrió y le dio paso a la puerta de la cocina que daba con el garaje.

-"Pero hablamos después ¿vale?" dijo mientras bajaba el par de escalones al garaje.

-"O no hablamos en absoluto" dijo él a modo de respuesta, Katniss fue a refutarle pero él ya estaba abriendo la puerta para ella, sacudió la cabeza y se metió al auto, repitiendo el proceso diario, Katniss se quedó en el camino de la entrada, esperando pacientemente a que él trotara ligeramente hacia ella.

-"Ten un lindo día" le dijo, ella le sonrió asintiendo.

-"Tu también" le dijo "cuídate y llámame cualquier cosa" Peeta asintió y depositándole un beso en la mejilla ella arrancó dejándolo solo en el camino de la entrada de la casa, Katniss vio por el espejo retrovisor como la figura de Peeta se hacia cada vez mas pequeña, tomó con fuerza el volante, esto no podía ser cierto.

Peeta caminó entonces a la puerta principal de la casa, esa que casi no usaban por la costumbre de entrar por la otra, cuando posó su mano en la manija un papel blanco doblado a la mitad llamó su atención, lo tomó y entró a la casa, se dejó caer en el sofá y desdobló el papel, al ver que estaba dirigido al hombre blanco se dio con la palma abierta en su frente.

Hombre blanco:

Vine ayer como habíamos quedado, pero no estabas, toqué como loca la bocina y casi derrumbe tu puerta, una vieja que vive a dos casas de la tuya amenazó con llamar a los polizontes, ¡casi la insulte! Pero en fin, me dejaste embarcadísima, ve a ver si te organizas ¿ok? No soy tu chofer de a ratos, este es mi numero llámame cualquier cosa.

Enamorando a Katniss (COMPLETA)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu