Enamorando a Katniss (COMPLETA)

Capítulo 32: Lluvia

-"Amor" llamó Katniss entrando a su habitación, Peeta veía por la ventana hacia el patio trasero, Katniss rió acercándose a él.

-"Nunca vas a dejar de ver ese lugar ¿cierto?" preguntó abrazándolo desde su espalda, Peeta se estremeció un poco por el contacto y sonrió despacio, acariciando los brazos de ella.

-"Ver hacia el jardín trasero me relaja" dijo encogiéndose de hombros sin voltearse aun, Katniss dio otra pequeña risa y se alzó en puntillas alcanzando uno de sus omoplatos, depositándole un beso.

-"¿Sólo lo vez para relajarte?" preguntó en voz baja, Peeta dio una risa torcida y finalmente se giró dándole el frente, colocó un mechón tras su oreja y acunó entre sus manos el rostro de su esposa.

-"Lo veo para recordar nuestro campamento" dijo viéndola a los ojos "pero eso creo que ya lo sabes" completó sonriéndole de nuevo, Katniss correspondió la sonrisa y se alzó de nuevo en puntillas para alcanzar sus labios.

-"Me haces sentir como una colegiala otra vez" suspiró ella con ojos cerrados cuando separaron sus labios, "esos comentarios hacen hasta que me sonroje" Peeta sonrió y besó cada pómulo para luego volver a besarla en los labios.

Kat se quedó divinamente distraída en los labios de su esposo, tanto que olvido la razón por la que lo había ido a buscar primeramente.

-"¿No tienes que buscar a Prim?" preguntó Peeta entre sus labios, les hacia falta el aire y el ambiente se estaba tornando muy caliente.

-"Dios si" dijo ella, sus bocas se separaron quedando unidos por la frente, ella tenía sus manos en el pecho de él, sintiéndolo subir y bajar rápidamente y él aun mantenía las manos es sus mejillas.

-"¿De verdad no quieres ir?" preguntó por enésima vez, él negó mínimamente con la cabeza.

-"No, la verdad prefiero no ir, pero si es muy importante para ti, dejo lo que tengo planeado para después"

Kat lo vio a los ojos, ese azul zafiro que había vuelto a enamorarla como cuando apenas tenia 14 años y era ingenua e inmadura, Peeta se dio cuenta de su escrutinio, pero no preguntó a que se debía, tan sólo se quedo ahí observando y siendo observado por su esposa.

Ella le dedicó una sonrisa, sin saber el por qué, simplemente se sentía feliz, después de tanto tiempo y de tantos problemas, que aún tocaban a su puerta a diario, podía decir que se encontraba feliz frente a su esposo.

-"¿Por qué sonríes?" preguntó él imitándola, ella se encogió de hombros manteniendo la sonrisa.

-"Soy feliz" le dijo "pensé que para mi eso era imposible"

-"¿Por qué?" preguntó él bajito, ya no sonreía, sólo la veía fijamente a los ojos.

-"Me encapsulé en una vida llena de trabajo y remordimientos, me llené de odio contra ti, contra todos y mírame" dijo encogiéndose ligeramente de hombros "viéndote como si aún fueras mi norte, admirándote no sólo como hombre, sino como padre, como esposo, te convertiste en mi héroe otra vez Peeta Mellark y eso me hace feliz"

Peeta no supo que contestar, ese despliegue de afecto era tan sorpresivo como inesperado, no tenía idea de cómo responder a aquel afecto, sobre todo hoy cuando se suponía se enfrentaría con su pasado, estaba lleno de miedo, una parte de él le decía que hiciera borrón y cuenta nueva y tomara a la mujer y a la hija que la vida le estaba ofreciendo.

Pero había otra parte, esa que le decía que todo lo que estaba viviendo era una mentira, que había cosas que tenía que saber, que tenía que enterarse, eso lo carcomía por dentro.