Capitulo 47: Cayendo a pedazos

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Rebecca estaba en casa, se había ofrecido para llevar a la niña al colegio pero Peeta dijo que se encargaría.

Al verse sola se instaló en la computadora de la familia, y abriendo Google tecleó "tumores cerebrales"

Lo que leyó la impresionó, estaba tan en shock que ni siquiera pudo llorar, las palabras vértigos, mareos, nauseas, convulsiones, perdidas de conocimiento, dolores y pérdidas motoras la tenía temblando, por lo que cuando escuchó al hombre blanco entrar, cerró la computadora de golpe y se escondió en la cocina para no verlo, metió su cuerpo en la nevera aparentando buscar algo parta comer por si Peeta decidía pasar por ahí, pero milagrosamente no lo hizo, Rebecca se asomó a la sala y logró ver como sus pies se perdían escaleras arriba, sigilosamente regresó a la mesa y borrando el historial cerró la computadora, no tenía la fortaleza de seguir leyendo.

Dejándose caer en el sofá de la sala y recostando la cabeza al espaldar dejó su mente vagar en cómo podía ayudar al hombre blanco y al resto de la familia.

Peeta era un testarudo y estaba asustado, eso era mala combinación, ella estaba asustada también, pero sabía por experiencia propia que esconder su condición no era la mejor defensa, Prim era muy pequeña y podía llegar a aceptar que por ahora se lo ocultaran, pero a Katniss no, ella debía saberlo para que entre los dos pudieran apoyarse.

Vio con la boca fruncida escaleras arriba, mientras pensaba que hacer, su celular sonó, haciéndole dar un pequeño brinco, el aparato estaba en el bolsillo trasero de sus jeans, lo pescó con dos de sus dedos y viendo la pantalla con el ceño fruncido atendió.

-"¿?"

-"Sólo llamo para decirte que eres la mujer más fuerte que conozco, que el día de hoy será magnifico y que nada ni nadie hará que te derrumbes"

La enorme y ridícula sonrisa que se dibujó en su rostro hizo que hasta sus ojos se aguaran.

-"Petter" dijo en tono de reprimenda, la había tomado por absoluta sorpresa, suspiró sintiéndose tonta y acicalando sus palabras murmuró "gracias"

-"De nada linda" contestó el chico del otro lado de la línea, Rebecca se dejó caer en el sofá acostándose.

-"¿Cómo conseguiste mi numero?" preguntó con una risa, Petter alzó sus cejas mientras caminaba por los pasillos de la escuela, se podía oír el alboroto de los chicos.

-"Prim" dijo el chico "tuve que recurrir a mi amistad con una niña de 10 años, sobornarla con un chocolate diario por lo que queda de clases y jurarle que no la metería en problemas por llamarte, me dijo muy decidida que si le reclamabas diría que le había robado el teléfono" Rebecca rió divertida.

Aunque pareciera insólito eso era cierto, la única vez que habían salido no intercambiaron números, él la había ido a visitar a casa un par de veces a casa pero la chica fue a Grecia y mientras estuvo allá, la llamó a la habitación del hotel.

Y el día de ayer, donde habían por fin formalizado su relación, estaban tan emocionados que estúpidamente habían olvidado intercambiar números.

-"Sinceramente linda" continuó Petter imitando su risa "es imperdonable que no tenga el número celular de mi novia"

Rebecca dio un respingo al escucharle decir la palabra, Petter no lo pasó por alto.

-"No te puedes echar para atrás" dijo con seriedad "me diste tu palabra y le encantaste a mi madre, además, tienes que liberarme de las tardes de jugar canasta con mi madre y las chicas" distorsionó la palabra para informarle que no eran tan jóvenes.

Enamorando a Katniss (COMPLETA)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum