Alumina 💎 Light Yagami

💎 XLVIII: Intercambio

❝No se puede matar a humanos con 124 años o más.
No se puede matar a humanos que les queden menos de 12 minutos de vida❞

[SPK, New York City]

En las pantallas se vio el lugar desértico donde el avión aterrizó, y luego como Soichiro bajó.

– L, tenemos la imagen del lugar de aterrizaje –avisó Near.– Te enviaremos las imágenes.

[Luxe Rodeo Drive Hotel, Los Ángeles]

– ¿Qué está pasando? ¿Harán el intercambio ahí? –preguntó Ryuk.

Tn se levantó y se acercó a él, viendo a la laptop; el shinigami estaba al otro lado de Light, viendo también a la pantalla.

– ¿El...desierto? –preguntó extrañada.

Una puerta se levantó del suelo, saliendo de entre la arena, mostrando unas escaleras que iban hacia debajo del suelo.

«Así que ese era el plan, ah», pensó ella.

«¡Mierda, una entrada subterránea! Tuvieron en consideración el satélite. No podremos ver nada de lo que ocurra dentro», pensó él.

[SPK, New York City]

– ¿Un búnker? –dijo Rester.

– Esto se pone interesante.

[Búnker]

Soichiro bajó las escaleras, entrando a aquel subterráneo. La compuerta se cerró. El hombre caminó un poco, hasta llegar a la zona de intercambio, en donde estaba su hija. Sayu se levantó y apoyó sus manos contra el cristal, asustada. Un hombre de traje y con una máscara de cuero apareció al otro lado del cristal, sacó un arma y disparó contra la joven, asustándola a ella y a su padre.

– Cristal antibalas, ¿Ve? Este lugar fue usado por la mafia para intercambios como este, aunque lo hemos modificado un poco –señaló una hendidura.– Deje aquí el cuaderno. Cuando lo haga, la puerta se abrirá, y el cristal girará quedando el cuaderno de mi lado y su hija del suyo. Si no coopera, dispararé a su hija desde aquí –señaló la hendidura que daba al lado de donde estaba Sayu.

[Luxe Rodeo Drive Hotel, Los Ángeles]

– L, ¿Tienes algún plan? –preguntó Near.– Es imposible que te quedes de brazos cruzados viendo como se llevan el cuaderno.

– Light... ¿Estás bien?

– ¡Tn, cállate y haz lo que te dije! –gritó, mirándola. Apagó el micrófono.– Te dije que continuaras castigando criminales. Sería muy sospechoso que ahora se detuvieran las muertes. Es lo último que necesitamos con ellos tratando de encontrar a Kira, ¿Lo entiendes?

– ...Claro. No te preocupes, eso hago. Pero-

– ¡¡Te he dicho que hagas lo que digo!! –gritó furioso.

– Está muy irritable –comentó Ryuk.

Tn volvió a sentarse en el sofá y tomó el cuaderno, continuando con su trabajo de castigar criminales, mientras hinchaba las mejillas molesta.

«Maldito patán, ¿Quién te crees que eres? Matas a mi hermano y luego me gritas...No sabes cómo disfrutaré verte morir», pensó ella.

Light estaba tenso, molesto, observando la pantalla de la laptopt.