Una vez finalizada la clase, Yagami salió del edificio; se detuvo un momento y miró a un lado, a donde había visto al cuaderno caer, pensó un momento y se dirigió hacia allí. Vio el cuaderno en el suelo, miró tras él para comprobar que nadie lo veía y lo tomó. "Death Note" era lo que su tapa rezaba.

«¿"Death Note"? Significa "libreta de la muerte" en inglés», pensó y lo abrió, viendo en la primera hoja, la cual era negra y contenía unas "instrucciones", «"¿Cómo usar?" "Los humanos cuyo nombre sean escritos en este cuaderno morirán"», leyó mentalmente.

Cerró el cuaderno y lo dejó en el suelo de nuevo.

«Es bastante ridículo, además de enfermo; es como esos correos en cadena que envían. ¿"Los humanos cuyo nombre sean escritos en este cuaderno morirán"? Por favor», pensó incrédulo, mientras se iba.

Se detuvo y volteó la mirada, de nuevo hacia donde estaba el cuaderno.

Light caminaba a casa, con el cuaderno negro en su bolso.

«Debo estar loco por sólo considerarlo», pensaba.

[Residencia Yagami]

Light se encontraba sentado en el escritorio de su cuarto, leyendo las instrucciones de aquel misterioso cuaderno.

– Así que, dependiendo de quién tengas en mente, puedes matarlo rápido o dolorosamente –dijo para sí. Se levantó.– Debo aceptar que esto es demasiado detallado para una simple broma –se arrojó a la cama.– Así que si escribo un nombre, esa persona morirá –cerró los ojos.– Nadie creería algo así –susurró.

Lo pensó unos instantes, abrió los ojos y miró al cuaderno sobre su escritorio; tras meditarlo, se levantó y volvió a la silla, abriendo el cuaderno de nuevo y tomando un bolígrafo.

«Un momento...si alguien de verdad muere, ¿Eso me convertiría en un asesino?», pensó y sonrió, «Sí, claro, es completamente imposible»

Tomó el control remoto y encendió la televisión, justo cuando pasaban la noticia de un ya conocido criminal que había tomado de rehén un jardín de infantes; se dijo su nombre y su edad. Light escribió aquel nombre, tan sólo para probar, y volvió la vista al televisor.

«Sólo 40 segundos. Ya veremos», pensó.

Vio un poco la noticia y observó el reloj, viendo que los 40 segundos ya habían pasado. Se levantó y tomó el control para apagar la TV, pero antes de hacerlo la reportera llamó la atención de los televidentes ante algo que acababa de ocurrir; se vio como los niños y maestras salían con prisa del edificio, y luego como los policías corrían para ingresar al mismo.

– Bien, tenemos la confirmación. El sospechoso fue encontrado muerto en el interior –anunció el reportero que se encontraba en la escena.– Repito, el sospechosos está muerto.

Light miró la libreta, con sorpresa.

– ¿Es posible que se sintiera atrapado y se hubiera suicidado?

– Según declaraciones de los rehenes, el sospechoso se colapsó repentinamente.

«¿Un ataque al corazón? Es imposible, debe ser una coincidencia...tiene que ser una coincidencia», pensó aterrado.

– ¡Light! –llamó la voz de una mujer desde las escaleras, haciéndolo sobresaltar.– Ya son las 18:30 hijo, ¿No tienes que ir a la escuela esta noche?

– ¡Sí, estaré listo en un segundo! –avisó.

Con prisa, tomó su bolso y metió el cuaderno en él, mientras pensaba en que debía probar aquel cuaderno una vez más, pero que debía hacerlo en otro criminal. Bajó, se despidió de su madre y salió de casa; pasó a una tienda y luego se dirigió a la escuela nocturna.

Mientras esperaba a que el profesor llegara, pensaba en quién probar la libreta; debía ser otro criminal, pero debía ser alguien cuyo resultado pudiese ver inmediatamente, pues existía la posibilidad de que la policía ocultara su muerte; miró a dos se sus compañeros, quienes molestaban a un tercero, ¿Debería probar la libreta en aquel bully? No, no podía hacerlo, debía ser en alguien completamente ajeno a él.

Tras la clase, regresó a casa caminando, como solía hacer cada noche.

«Una vez que miras a tu alrededor, te preguntas si le harías un favor a la sociedad deshaciéndote de todas estas personas», pensaba.

Ingresó a la tienda, justo cuando un grupo de motorizados interceptaban a una inocente joven; se acercó a la zona de revistas, la que estaba frente a la ventaba, tomó una y la abrió, poniendo en medio la libreta. Sacó un bolígrafo y escribió el nombre del líder de aquellos motorizados, el único el cual había dicho su nombre; al no saber cómo se escribía, probó utilizando varios kanjis; y, además, especificó una causa de muerte. Observó su reloj y levantó la mirada, viendo como la chica corría y el motorizado la perseguía, siendo atropellado por un camión que apareció de la nada.

Abrió los ojos con sorpresa, había comprobado que el poder de la libreta era real.

[Mundo Shinigami]

– Muy bien, ya es hora de ir –dijo para sí.

Alumina 💎 Light YagamiWhere stories live. Discover now