Capítulo 49

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Kara debió haber sospechado que algo saldría mal de un momento u otro, sobre todo si tomaba en cuenta de que Lena había accedido dentro de todo lo normal demasiado rápido a la idea de conocer a sus verdaderos padres. Por su parte, ella no sabía mucho sobre la historia de la familia Howard, solo había conocido a Lucille aquel día de la confusión en la empresa, y luego había tenido la oportunidad de tener
una larga charla con la mujer vía Skype -luego de mover cielo, mar y tierra para poder encontrar por lo menos su número de teléfono para poder confirmar que sus sospechas eran ciertas- una mañana que Lena no estaba en la oficina. Estaba dispuesta no solo a ayudar a la mujer a reencontrarse con su hija, sino que también a su novia a recuperar lo que alguna vez le fue arrebatado y ocultado durante muchos años. Pero más allá de eso y de las dudas básicas como "¿dónde vives? ¿Estas segura de que quieres conocerla? ¿Cuándo te gustaría que nos encontremos?" y bla bla bla, Kara no sabía absolutamente nada; no sabía a qué se dedicaba la mujer, si Lena tenía algún hermano o hermana, y también se olvidó de preguntar sobre el padre de la joven, algo de lo que la joven se dio cuenta de lo importante que era cuando su novia comenzó a preguntarle una y otra vez sobre el hombre en cuestión.
La ansiedad de la ojiverde era notoria, sobre todo las horas previas al encuentro. Y ninguna sabía si eso era algo bueno o malo. Esa mañana ambas jóvenes habían acordado con Lionel faltar al trabajo, algo a lo que el buen hombre aceptó de inmediato porque sabía que era parte de la sorpresa de cumpleaños que Kara le había preparado a su novia. La idea era simple; partir esa madrugada y conducir hasta la ciudad de Jacksonville, en donde la familia Howard aún residía -y eso frustró un poco a Lena a decir verdad, porque ella había estado una considerable cantidad de veces en esa ciudad recorriendo cada lugar posible intentando buscar a sus padres sin tener éxito-, se reunirían con Lucille en su departamento un poco antes del mediodía, a las once para ser más exactos, ya que según la mujer en ese horario tendrían la "privacidad necesaria para poder hablar".

-Esto es una mala idea. -Lena sabía que ya era tarde para echarse atrás, pero valía la pena el intento.

-Debiste haber dicho eso antes de que condujésemos cinco horas hasta Jacksonville. -Kara respondió sin mirarla mientras desabrochaba su cinturón de seguridad.

Habían llegado al condominio en donde Lucille, vivía. Al parecer, los cinco minutos que Lena se pasó mirando hacia el frente y apretando el volante con fuerza después de haber estacionado el auto no fueron suficientes para que Kara se diese cuenta que estaba nerviosa.

-Claro que lo es. -Recriminó. -No debimos haber venido, y menos hoy. - La mirada de confusión que su novia le dio la hizo continuar con su inútil explicación de porqué ese encuentro era una mala idea. -Mañana comienza el juicio contra Jeremiah y deberías estar preparándote para declarar en la corte.

-Oh. Entonces, ¿prefieres que pase todo el día encerrada en una oficina con Ava? La linda abogada que piensa que soy hermosa e increíble y que ha intentado coquetear conmigo en varias ocasiones incluso en frente tuyo. -Cuando Lena no respondió y sólo apretó con más fuerza el volante, Kara supo que había dado justo en su punto débil, y que había destruido por completo su intento de escapar de esta situación con la absurda excusa que había inventado. -No te preocupes por mi Lena, ya se lo que voy a decir en el estrado, y estaremos de nuevo en Miami antes de que se haga de noche.

-Ni siquiera sabemos quién es esta tipa...

-Esa "tipa" podría ser tu madre Lena. -Su novia la interrumpió y la corrigió con rapidez. -Muchas personas se esforzaron para que este encuentro sucediera, incluyéndome a mí y a tus padres adoptivos. Solo te pido que bajes, hables con ella, encuentres las respuestas a todas tus dudas y si... No te sientes convencida, nos iremos. -Lena la miró.

Sweet TemptationWhere stories live. Discover now