Una gota de pintura azul recorría lentamente el lienzo. Pasaba dejando una mancha en línea horizontal.
Introdujo el pincel en la pintura rosa y lentamente lo paso sobre el lienzo blanco, destruyendo la gota que lo recorría.
Cada pincelada la hacía sonreír.
Tenía meses sin haberse tomado el tiempo de pintar o dibujar, y ahora se sentía lo demasiado motivada para llevarlo a cabo.
Quería pintar algo bonito, algo que pudiera hacer a la fotógrafa recordarla, algo de su inspiración y algo de su más profunda pasión.
Había esperado despierta hasta las 6 de la mañana, cuando finalmente renunció a esperarlo para hablar con él. Sabía que tenía que tener un monólogo escrito, un guión que memorizar para recordar cada palabra dulce y así demostrarle que lo amaba a pesar de no amarlo como hombre.
Lo amaba como amigo, como hermanó, lo amaba como su confidente y lo amaba como nadie lo podía imaginar.
Su departamento de lujo ahora parecía vacío, parecía un departamento horrible con todos los sentimientos de culpa que la rodeaban.
Ambos había acordado que ese sería su hogar, que ahí vivirían por un tiempo antes de comprar una casa en otra ciudad, tal vez podría ser en las afueras de la ciudad, un buen lugar para criar a los hijos que en algún momento pensaron que podrían tener.
Su departamento ahora era escalofriante.
Alexander iba a tener otro día atrapado en el hospital, no iba a poder hablar hasta que se desocupará de sus interminables horas, seguramente se iría a New York sin poder hacerlo.
Introdujo otro pincel más delgado en la pintura negra y se aseguró de firmar con su nombre en una esquina del lienzo. Tenía que ser un buen regalo para la fotógrafa.
Eso era lo único que deseaba en ese momento, ser perfecta para Lauren.
El timbre de su departamento sonó justo cuando Camila se quitaba los restos de pintura de las manos.
Dinah apareció en la puerta con una amplia sonrisa.
"Hola ¿Mal momento?" Le pregunto con nervios.
Camila negó con la cabeza y se apartó de la puerta para permitirle la entrada a su amiga.
Dinah se dejo caer en el sofá y Camila saco un par de sodas de su refrigerador.
Le entrego una a Dinah y se dejo caer a su lado.
"Escucha, lo que pasó el otro día..."
"Sólo necesito saber algo." Dijo Camila abriendo su refresco "¿Lauren te dijo que está enamorada de mi?"
Dinah de frunció el ceño "No lo recuerdo."
"Te conozco desde que tenemos 6 años, Dinah, sé cuando dices una mentira, cuando eres sarcástica y hasta cuando estás excitada." Le dijo Camila "Necesito que me digas que fue lo que sucedió contigo y con Lauren."
Dinah volteo a ver la lata de soda en su mano y comenzó a abrirla con torpeza "La he visto por aquí antes, la última vez la vi salir corriendo al borde de las lágrimas junto con una rubia hermosa que trataba de consolarla..."
"¿Rubia hermosa?" Interrumpió Camila "¿Se veía agradable? ¿O parecía ser una psicópata? Ojalá que sea Megan, porque si se trata de Stefani juro que yo podría romper cada hueso de su cuerpo y luego abandonarla en Tijuana o en algún río..."
"Estás divagando." Dijo Dinah "Supuse que algo debió de pasar entre ustedes dos, pero pensé que tal vez era sólo que no habías querido trabajar para ella o algo; pero luego te vimos en el escenario, se besaron en el escenario."
