Capítulo IV

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Pov's Jade

    Me desperté bruscamente, miré todo a mi alrededor tratando de encontrar a esa horrenda bestia que me estaba acechando pero no había absolutamente nada. Me encontraba en el living de mi departamento una vez más, recostada en el sofá que tanto adoro.
    Aunque realmente dormir así no me estaba haciendo ningún bien en absoluto.
    Sentía que mi cabeza podría estallar en cualquier segundo, mierda.
    Con ambas manos masajeé mis sienes a doloridas; necesitaba una taza de café en este preciso momento y como si estuvieran leyendo mi mente, apareció una taza justo frente a mí.
    Levanté la vista y se trataba de Beck, tomé el objeto de porcelana negra y comencé a beber su contenido, definitivamente ésta fue la mejor bebida que pudieron inventar.
-"De nada, Jade"- se sentó a mi lado.
-"Te daré las gracias si también tienes una aspirina contigo"-
-"Por desgracia no, ¿otra vez tienes esos dolores de cabeza?"-
    Asentí sin más mirando mi taza para volver a beber de ella.
-"¿No crees que es momento de ir al doctor?"- Lo miré tan fríamente que se calló y volvió su vista al frente nervioso.
-"Si no vas a decir nada interesante, entonces cierra la boca, Beck"-
-"Bebé... Necesitas ayuda y lo sabes"-
-"Sí, pero puedo resolverlo sola, no necesito a un estúpido doctor diciéndome qué hacer"-
-"Ya se te han agotado todas las opciones, ésta es la última alternativa"-
-"Suficiente, Beck, no quiero hablar más del tema, voy a buscar una aspirina para éste maldito calvario"-
    Me levanté con mi café en mano y me encaminé hacia el baño a buscar la pastilla, no quiero seguir hablando sobre el doctor ya que por doctor quiere decir psicólogo, no voy a ir a un maldito psicólogo, sólo son personas que se meten en tu mente autoconvenciéndote de cosas que tu mismo ni siquiera crees.
-"Jade, cielo, basta, tienes que hacerme caso, por favor"-
-"Dije que era suficiente, Beck"-
-"Está bien... ¿Sabes qué día es hoy?"-
-"Lunes"-
-"A parte de eso, ¿no tienes una idea?"-
    Suspiré algo cansada por su insistencia.
-"Por supuesto que no lo sé y no me importa"-
-"¿Segura?"- Me miró con una pequeña sonrisa y de brazos cruzados.
    Levanté mi ceja perforada transmitiéndole con la mirada mi escaso interés hacia el tema.
    Me di la vuelta para seguir buscando la estúpida aspirina pero no sentí sus pasos alejarse, ¿por qué sigue parado allí?
-"Tori llega hoy a Los Ángeles"-
    Esas palabras me hicieron quedar  inmóvil. ¿Qué fue lo que dijo? ¿Vega qué?
-"¿Qué fue lo que dijiste?"- No podía asimilar las palabras de Beck.
-"Dije que Tori llega hoy aquí, a Los Ángeles desde París"-
    No puede ser.
    ¿Por qué tiene que pasar eso? ¿Y justo ahora? ¡Maldita sea!
-"¿Qué diablos va a hacer aquí? ¿Por qué diablos no se quedó en Francia?"-
-"No seas así, bebé ella deseaba tomarse unas vacaciones y pasarla con todos nosotros aquí, es por eso que hoy temprano también llegaron Cat y Robbie"-
    ¿Qué? ¡Por qué nadie me dijo nada!
-"¿Y acaso ya no soy parte del grupo?"-
-"Jade, no sabíamos si decírtelo o no, es que aún hoy en día no te llevas bien con ella, ¿No recuerdas el día de la graduación?"-
-"¡Ya te dije que todo fue culpa de Sinjin! ¡No tuve nada que ver! ¡¿Y qué tiene que ver eso de todas formas?!"-
-"Mira, el punto es este, Tori quiere hablar contigo y arreglar las cosas"-
-"Ni hablar, no quiero saber nada de ella"-
-"¿Y aún preguntas por qué nadie te lo dijo?"-
-"Una cosa es que me lo digan y otra es que quiera estar con Vega como si fuésemos amigas de toda la vida"-
-"Por favor, Jade... Hoy vamos a salir todos juntos por primera vez en años, ¿puedes venir aunque sea por un momento?"-
-"No lo haré, Beck, no insistas"-
    Sentí que me abrazó de la cintura y besó mi hombro.
    Aquí vamos de nuevo.
-"Vamos, bebé... ¿Por mí?"-
-"Pareciera como si no me conocieras para nada, dije que no y es no, Oliver"-
    Suspiró resignado y por fin me soltó, genial.
-"Como quieras, Jade, van a ser las 7:30 am y debo estar a las 9:00 am en el estudio"-
-"Bien, que te diviertas"-
    Le di un casto beso en los labios y salimos del baño; fui a la cocina tomando un vaso de agua con el fin de tragarme la aspirina.
    Saber esa noticia sólo hizo que empeorara la presión en mi cabeza, es una completa tortura, pero no deseo quedarme aquí sola y mucho menos reunirme con todos ellos.
    Así que me adentré al baño con mi toalla en mano y tomé una ducha relajante, adoraba sentir el agua tibia resbalar por mi cuerpo relajando cada músculo, se sentía tan jodidamente bien que desearía simplemente que nunca acabase.
    Salí de ahí y procedí a secar mi cuerpo y vestirme, busqué las llaves de mi auto y conduje rumbo a mi oficina.
    Quería estar un momento a solas sin tener que pensar mucho sobre lo que acontecería en este estúpido día. Y entonces, como si de un rayo de luz se tratase lo recordé.
    Esa bestia, la misma que me acechaba en mis pesadillas, sería un buen personaje para una película; al llegar al lugar y bajar de mi auto,  prácticamente corrí hacia mi oficina sin saludar a nadie, sin detenerme, me encerré en mi oficina, aquella donde nacían algunas de las historias que me han hecho famosa Nacional e Internacionalmente.
    Saqué de una gaveta de mi escritorio bolígrafo y papel, debía describir a detalle a ese monstruo.
    En primer lugar su tamaño, fácilmente le calculo unos tres metros con noventa centímetros, de contextura gruesa y musculoso; el mismo estaba completamente cubierto de pelo, era de color negro azulado, excepto por sus antebrazos y en medio de su cabeza, estos poseían un pelo más espeso y largo de color verde muy intenso y brillante.
     Esta bestia llevaba las orejas puntiagudas y caídas iguales a las de un bovino, hocico largo de unos veinte centímetros de longitud y unos colmillos que sobresalían del mismo de diez centímetros de largo.
    Sus ojos eran grandes con una línea vertical como pupila al igual que un reptil, su iris era de color turquesa; tenía unas cicatrices en el lado izquierdo de su rostro, iniciando justo a la mitad de su cuerpo bajando y pasando por su ojo, terminando a unos centímetros por debajo de este; sus cuernos eran muy parecidos a los de un carnero, eran enormes.
    Su cabello caía desde el centro de su cabeza, hasta sus hombros y se extendía por su espalda hasta desaparecer al inicio de su cola.
    Esta era larga y similar a un látigo, pero cortada en la punta, sus brazos eran fuertes y resistentes con una especie de cuernos saliendo de detrás de dichas extremidades, unas patas enormes  y musculosas parecidas a las de un lobo; en su cuello llevaba un grillete con cadenas colgando de él, al igual que en sus muñecas y... Eso fue todo, ya no había más que pensar, ahí me detuve.
    Otra vez estaba estancada como al inicio, maldición.
    No duró mucho ese momento de inspiración y estaba furiosa por eso. Pero antes de enojarme todavía más conmigo misma, escuché por el comunicador de mi escritorio que Tiana, mi secretaria, me informaba algo.
-"Srta. West, la Srta. Sikowitz solicita su presencia"-
-"Oh vamos, Tia, no necesitas decirme así"-
    Pero qué oportuna es esa cabeza hueca.
    Espera eso me vendría muy bien, sí, Alex es mi diseñadora gráfica, escultora y maquilladora de efectos especiales; ¿quién mejor que ella para hacer un boceto de esa majestuosa bestia? Era el momento perfecto.
-"Déjala pasar, Tiana"-
    Fui a abrir la puerta y ella enseguida entró al lugar.
-"Veo que estás de buen humor, Jade"-
-"Deja de coquetearle a mi secretaria de una vez"-
-"¿Por qué? A ella no parece molestarle"-
-"Es demasiado amable para decírtelo, está casada"-
-"¿Qué? No bromees con eso, Jade, no es gracioso"-
-"¿Quién bromea? Ahora mueve tu trasero y siéntate, tengo trabajo para ti"-
    Me miró curiosa e hizo lo que le pedí, yo me senté en mi sofá de cuero negro y ella frente a mí, ya tenía sus materiales de trabajo, estábamos listas para comenzar.
-"¿Y bien?"- Me miró con una sonrisa en espera de que yo comenzara, le sonreí cómplice.
-"Voy a estar diciéndote lo que escribí y tú deberás plasmarlo en tu libreta"-
-"Como siempre, West, vamos dame lo que tienes"-
    Y así lo hicimos.
    Estuvimos una hora aclarando los detalles, yo dictando y ella dibujando. Como era costumbre, Alex no me deja nunca ver su trabajo hasta que está terminado, si fuera otra persona ya la habría despedido, pero Alex es excelente en lo que hace, eso jamás se lo diré o puede que el ego se le suba a la cabeza.
-"Bueno, Jade eso es todo, aquí está el resultado de tu criatura"-
    Me mostró el dibujo, y vaya, era exactamente a como lo concebí en mis pesadillas, se veía espectacular.
    Sonreí con satisfacción al verlo; no esperaba menos de ella.
-"¿Qué te parece?"-
-"Está espectacular, como siempre, Alex"-
-"Lo sé, lo sé, Jade, ¿cómo se te ocurrió ese monstruo? Supongo que tu bloqueo pasó a mejor vida"-
-"...Sigo bloqueada, esa criatura surgió de una pesadilla..."-
-"¿Pesadilla? ¿Ahora tienes pesadillas?"-
-"Eso parece, comenzaron desde esta semana, pero hoy fue la primera vez que apareció ese monstruo"-
-"Así que ahora también tienes que lidiar con eso... Tienes muchos problemas Jade... Vas a terminar en un manicomio si continúas así, no parece algo normal"-
-"No es verdad, Alex, deja de darme tanto apoyo moral"-
-"Yo hablo con la verdad, a veces es muy áspera y cruda, al igual que tus películas"-
-"Como sea, todavía hay un asunto que me tiene algo pensativa"-
-"¿Tiene que ver conmigo? No me veas de ese modo"- supongo que no podía ocultar la mirada asesina que me acompañaba en este preciso momento.
-"¿Por qué razón no me dijiste que Vega vendría hoy a Los Ángeles?"-
-"Oohh... Te enteraste..."- ¡¿Sólo eso piensa decir?!
-"...¿Es enserio, Alex?..."-
-"¡Hey! No me juzgues, Jade, no es mi culpa, pensé que sería mejor para ti que no lo supieras"-
-"¿Qué quieres decir con eso?"-
    Estrujé mis ojos con dos de mis dedos. ¿Por qué piensa eso? No comprendo a los demás.
-"Escucha, ambas tienen un pasado... Algo tenso, no quería que volvieses a pensar en ello y menos así de jodida como estás"-
-"No tienes que pensar así, puedo manejarlo bien, Alex"-
-"Eso es justo lo que temo"-
    Ya había pasado media hora desde que salimos de mi oficina, nos subimos a su coche debido a que yo no me sentía con ganas de conducir mi auto, así que lo dejé al cuidado de la seguridad del estudio, confío en que allí no le pasará nada.
    Así que terminamos llendo a un restaurant para desayunar y como siempre, pedí unos hot cakes con helado y miel, junto a mi taza de café cargado con dos de azúcar y Alex lo habitual, huevos revueltos con tocino y una malteada de chocolate.
-"Supongo que vas a ir a reunirte con ella, ¿me equivoco?"-
-"Bueno, sí ella también es mi amiga"-
-"Es cierto, pero al principio no pensabas de la misma forma"-
-"Supongo que tienes razón en eso, pero yo no era la misma de ahora"-
-"Vaya que lo recuerdo, eras mi enemiga en ese entonces"-
-"Nunca comprenderé por qué actuaba de esa manera"- 
-"¿Y eso qué? Ya no eres la misma idiota, bueno, sigues siendo una idiota, pero no la misma"-
-"Wow, gracias, Jade de verdad"-
-"Cállate y cómete el estúpido desayuno de una vez"-
    Luego de haber devorado nuestro vital alimento, Alex se despidió y se marchó a su departamento, pues según ella, habían cosas que debía resolver, así que volví a quedarme sola con mis jodidos problemas que no tenían pinta de desaparecer.
    Pero eso no importaba, al final nunca lo hacen.
    Comencé una caminata por las calles de Los Ángeles, pasaba frente a edificios enormes, diversas tiendas y avenidas concurridas. Yo iba con un gorro y unos anteojos de sol, ya que por más que adore ser famosa, es agobiante a veces también, pues a cada lugar al que vas sin un disfraz la gente te reconoce y comienzan a aglomerarse, atosigándote hasta el punto de no poder respirar y sin mencionar a esos jodidos y molestos "Paparazzitos", como suelo llamarlos.
    Cómo los odio.
    Muchas veces me ha sucedido y en todas ellas termino mandando a todo el mundo a la mierda, pero pese a eso sigo teniendo muchos fans.
    Ese jodido dolor de cabeza estaba regresando.
    Maldita sea, ¿qué voy a hacer con ésto? Definitivamente necesito un café, y ahora.
    Me fijé mejor y en una de las esquinas de la avenida, había un vendedor ambulante con un puesto muy parecido al de Festus en el estacionamiento de Hollywoos Arts.
    Pero había una enorme fila, maldición ya estaba ahí y quería mi café, así que me formé con los demás y esperé mi turno.
     Media hora, media hora había esperado formada en esa maldita fila para conseguir un estúpido café pero por fin llegó mi turno. Pedí mi tan amada bebida y pagué por ella, por fin podía disfrutar de su exquisito sabor.
    Pero cuando me di la vuelta para marcharme de aquel sitio, ¿qué pasó? ¡Ah, sí! ¡Una estúpida mujer choca directo conmigo y lo derrama sobre mi camiseta! ¡¿Qué éste día no podía empeorar?! ¡El maldito café estaba hirviendo!
-"¡¿Qué coño te pasa?! ¡¿No ves por dónde vas?!"-
-"¡L-lo siento mucho! ¡Déjeme, le ayudaré!"-
    Y comenzó a frotar mi camiseta con una toalla de papel... ¿Enserio?
-"¡Lo empeoras! ¡Déjame ya!"-
-"Y-yo lo... ¿Jade?"-
    Esas palabras me hicieron mirarla fijo.
    La analicé por unos momentos... No puede ser. Todo pasó tan rápido, ¡no me di cuenta! ¡¿Cómo es que no me di cuenta?! ¡Que no sea verdad, por favor! ¡Que no lo sea!
-"¡Jade, soy yo! ¡Soy Tori!"-
    Me sonrió de oreja a oreja quitándose esos anteojos para sol que llevaba puestos y justo en ese momento mi corazón dio un vuelco, no podía creerlo, ella estaba ahí frente a mí sonriéndome como siempre lo había hecho, mientras que yo me quedé estática como una completa estúpida sin poder mover ni un sólo músculo y por si fuera poco, la tranquilidad se vio alterada repentinamente.
    Pues todas las personas que se encontraban allí en la calle comenzaron a darse cuenta de quién era ella. Mierda.
-"¿Qué esa no es Victoria Vega?"- Soltó uno.
-"¡Sí, sí es ella! ¡No puedo creerlo!"- Y ahí iba otro y otro, comenzaron a invadirnos por todas las direcciones, perfecto, ¡lo que me faltaba!
-"Y-yo no... Ahora no yo-"-
    No dejé ni que terminara de hablar, la tomé de la muñeca y la jalé atrayéndola hacia mí atravesando esa multitud de gente.
    Corrimos y corrimos perdiéndolos por completo, nos metimos a un callejón sin salida y como si fuese una caricatura o una película de comedia, funcionó. Ellos siguieron de largo sin percatarse de que estábamos escondidas allí, mierda por poco y no nos libramos de esto, tratábamos de recuperar nuestros alientos, respirábamos de forma agitada y erráticamente, momento que aproveché para echarle otro vistazo a mi inesperada acompañante.
    Y eso que mostraban en la TV no era nada comparado con tenerla frente a mí.
-"Vaya... Nada más apareces y ya traes problemas contigo ¿no, Vega?"- Ella sonrió por mis palabras. No debería hacerlo.
-"Jajajaja, ¿q-qué puedo decir? Hago lo que puedo y simplemente los problemas me siguen a donde quiera que voy"-
-"No tengo problema con eso, siempre y cuando se mantengan alejados de mí"-
-"Yo también estoy muy feliz de verte, Jade"-
-"¿Quién dijo que estaba feliz de verte, Vega?"-
    Me crucé de brazos con una sonrisa de medio lado, ella se rió de ello.
-"¿Tengo cara de payaso?"-
-"No y por favor no digas eso, te debo dos grandes"-
-"Claro que sí"-
-"¿Por qué no vienes conmigo? Hay una cafetería cerca y así podré pagarte el café que derramé por error"-
   La verdad me lo pensé un poco.
    Tenía unas enormes ganas por salir huyendo de ese lugar y no volver a mirar hacia atrás, pero mis ganas por recuperar mi café eran aún más grandes, por ello decidí, muy a mi pesar, aceptar su tonta oferta.
-"...Muy bien, Vega... Espero que esa cafetería sirva un buen café de lo contrario me largo"-
-"¡Trato hecho! Es por aquí"- la sujeté del brazo una vez más y ella me miró confundida, entonces puse sus anteojos de sol en su lugar.
-"Trata de mantenerlos en su sitio, no pienso armar una carrera como la de hace unos momentos para rescatarte de tu horda de fanáticos zombies"-
    De inmediato sus labios formaron una sonrisa que me hizo dejar de respirar por unos seguntos.
-"Lo haré, vamos"-
    Me tomó de la muñeca emprendiendo nuestra caminata saliendo de aquel apestoso callejón.
    Me sentía muy extraña, mi corazón no dejaba de latir muy rápido; la veía andar en silencio delante mío mientras jalaba mi muñeca, lucía muy hermosa, más que en mis recuerdos, incluso más que en esa foto que guardo con tanto recelo en mi Perapad.
    Mis mejillas comenzaron a arder y sacudí mi cabeza tratando de no tener este tipo de pensamientos hacia ella, simplemente no quería tenerlos, no quería que me invadieran a cada segundo.
    Y definitivamente no quería tenerla a ella en mi cabeza, no a Vega.
-"Es aquí, Jade, vamos"- volví a la realidad en ese instante y entramos al establecimiento.
    Era pequeño pero acogedor, tenía un ambiente rústico y algo victoriano... Muy gótico, me fascinó de inmediato.
    Escogimos una mesa de cristal e hierro en color negro al lado de una de las ventanas, debo admitirlo, es mejor de lo que esperaba, pero obviamente, Vega nunca se enterará de ello.
-"¿Y bien? ¿Cómo has estado durante todo este tiempo? ¿Algo que contar?"-
-"No recuerdo venir aquí para charlar sobre mi vida"-
-"Oh vamos, Jade"-
-"No quiero, Vega"-
-"Han pasado ocho años, Jade, ocho años desde que no hablamos..."-
-"...¿Haces ésto por todo lo que vivimos? Debes superarlo de una vez"-
-"Hago ésto porque realmente quiero saber qué ha pasado en todo este tiempo, eres mi amiga, Jade... Aunque no lo aceptes yo te sigo considerando como tal"-
    No puedo creer todo esto. ¿Ella realmente sigue pensando eso después de tanto tiempo? ¿Después de lo que le hice en la graduación?, aún después de todo... ¿Ella sigue pensando igual...? Miré al mesero que llegó con su típica sonrisa y libreta en mano, así que me adelanté a los pedidos.
-"Un café cargado con dos de azúcar y para ella un mocaccino"-
    Este asintió sin borrar esa sonrisa que traía desde un principio y se marchó, ella me veía bastante sorprendida por mi acción...
    ¡Ni se te ocurra sonrojarte, Jade!
-"¿Qué? ¿No es lo que ibas a pedir?"-
-"Después de todo este tiempo sigues recordando mi favorito"-
-"Es difícil de olvidar, considerando que estás en boca de todo el mundo... Recuerdos como ese siempre llegan a mi cabeza"-
-"¡Aaawww! Gracias, Jade"- Vega se veía muy feliz.
-"Cállate, Vega"- me crucé de brazos desviando la mirada.
    Luego de que llegaran los pedidos ambas comenzamos con nuestra plática.
    Hablamos sobre muchas cosas, especialmente lo que ocurrió después de la graduación, sí, ese tonto día en el que metí la pata hasta el fondo, pero la conversación se centró en qué ha sido de nuestras vidas siendo celebridades ahora; hablar con ella es, ¿cómo decirlo? Como si el tiempo nunca hubiese seguido su curso, seguía siendo la misma Victoria Vega que conocí en HA, esa chica simpática, risueña y de lindas mejillas que me volvía realmente loca.
    Seguimos charlando y charlando hasta que se hizo algo tarde, pero no me cansaba aún de hablar con ella y habían muchas más cosas por contarle, te maldigo estúpido tiempo.
-"Diablos..."- Dije mirando a mi Perapad.
-"¿Ocurre algo?"-
-"La hora se fue volando"-
-"¿Enserio? ¿Qué hora es?"-
-"4:45 pm..."-
-"¡¿Qué?! ¡Es tarde! ¡Se supone que debía de estar con los chicos en Nozu desde hace 15 minutos!"-
    Tomó su bolso y comenzó a indagar en él, obviamente buscando el dinero para pagar la cuenta.
    La detuve de inmediato, ella me miró algo confundida por mi repentina acción.
-"Yo pago"-
    Llamé al mesero y cancelé las bebidas; me levanté y caminamos hacia la salida de la tienda. Yo me detuve una vez que ambas estuvimos fuera, a lo que ella imitó mi acción al percatarse de que yo no me movía.
-"¿Está todo bien?"-
-"Sí, ya me voy, tengo cosas que hacer"-
-"Pero..."- La Callé de inmediato.
-"Ya pasé tiempo contigo, no necesito más"-
-"Está bien, nos vemos, Jade"-
-"Eso quisieras, Vega"- y me marché.
    Llegué a mi departamento y de inmediato me lancé a la cama boca abajo.
    Abracé mi almohada y entonces recordé su perfume, ese aroma a miel con un ligero toque a vainilla, sí, así huele ella, así huele Vega.
    ¿Qué diablos estoy pensando? ¡Deja de pensar en ella de una maldita vez, Jade! Sácala de tu mente, de tu jodida cabeza porque eso te va a hacer mal.
    Luego de unas horas en soledad sin hacer absolútamente nada, decidí prepararme una pasta con albóndigas en salsa de tomate, no soy una experta pero de hambre seguro que no moriré, también me hice un café y me senté a comer con tranquilidad y sin presión.
    Toda la tarde estuvo aburrida, por lo que luego de un rato sin hacer nada en concreto, tomé mi Perapad y entré a mi perfil de Twitter, necesitaba distraerme con algo pero me detuve al ver una foto de ella junto a todos nuestros amigos, bufé por lo bajo y lancé mi teléfono por algún lugar del living; me volví a tirar a la cama donde fui quedándome dormida poco a poco pero esta vez con ella en mis pensamientos, eres una masoquista, Jade West.

FIN DEL CAPÍTULO IV

LET'S MAKE IT SHINEWhere stories live. Discover now