LET'S MAKE IT SHINE

Capítulo XXVII

Hola, soy yo, wiiii! Por favor, no me maten :'V ya sé que me ausenté por mucho... Demasiado tiempo, peeeeeeeeero, aquí estoy, no les he abandonado ni lo haré, sé que les gusta esta historia y yo le tomé demasiado cariño también, así que bueh... No voy a dejarla tirada por más que me ausente, para que lo sepan.

Para los interesados, las cosas me fueron de la caca ;-; pero ya todo está mejorando y ahora tengo un trabajo que aunque ame, me quita mucho tiempo, parezco mapache tú >w< pero bueno, los adoro a todos! Gracias por leer esta madre XD y ahora sin más, disfruten.

PD: Feliz día de San Valentín para todos! (Lanza confetis, chocolates y flechas) se les quiere un mundo UwU

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Pov's Jade

¿Qué estaba sucediendo con exactitud? ¿Por qué en un momento me encontraba discutiendo acaloradamente con Beck y un segundo después todo se ensombreció tan estrepitosamente?

Y más importante, ¿dónde diablos me encontraba?

En el momento en el que perdí mi vista, colapsé. Desperté una vez más en ese mundo que mi cabeza había creado la primera vez que pude divisar a esa bestia acechadora con claridad. Pues estaba ahí, parada justo enfrente de ese boscoso laberinto.

Un fuerte sentimiento de recelo se instaló en mi interior, tanto así que por más que yo intentase mover mis pies, estos no me respondían...

Maldita sea.

Mis ojos no se despegaban del frente, como si pudiesen ver algo que en realidad no estaba allí... Todo era muy extraño, ¿qué demonios me ocurría? Negué con la cabeza.

Tomé una fuerte bocanada de aire y me animé a observar mis alrededores en busca de otra opción, la cual no estuviese basada en entrar en aquella trampa mortal; pero por más que intentase buscar otra alternativa, mis ojos no la encontraban.

Pues al igual que la primera vez, todo lo que me rodeaba no existía, se había ido... Como si nunca hubiese estado allí en primer lugar. Suspiré con frustración, una enorme frustración que no podía superar, perfecto, no tenía más opción, no había otra opción, sólo podía ir hacia adelante.

Sin más alternativa, me puse en marcha.

Caminé, caminé y caminé por un tiempo prolongado y con un solo pensamiento en mi cabeza, ¿dónde estaría esa enorme bestia? Y ¿desde qué sitio saldría a atacarme? No fue una caminata muy amena...

Miré en todas las direcciones posibles para asegurarme de que ese monstruoso ser no aparecería sorpresivamente a emboscarme, y gracias a todos los cielos que ese no fue el caso, sin embargo, esa desagradable sensación no desaparecía de mi interior.

Tragué grueso y seguí con mi objetivo.

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¿Cuánto tiempo habría transcurrido ya? ¿Una hora? ¿Un día? ¿Una semana? Era difícil de decir, supongo que el tiempo funciona distinto en este lugar... Pero lo que sí era seguro era el hecho de que yo no lograba salir de este odioso e insufrible lugar, maldición... Desearía estar en cualquier otro sitio en vez de este.

Mi cabeza era el último lugar al que iría voluntariamente; nunca sabes qué puedas encontrar allí...

-"Eres una maldita mentirosa, sabes perfectamente lo que puedes encontrar si te adentras lo suficiente en tu propio subconsciente, es por eso que te aterra tanto vagar por estos lares"-.