Capitulo 34: Rhiannon y Thor.

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La joven Rhiannon, avanzaba con paso firme hacia Angus, la aldea fortificada, donde estaba toda "su familia". Era casi el anochecer, el ambiente era agradable con buena temperatura,  y ya se empezaban a oír los sonidos de los pequeños animales nocturnos, que salían a por sus presas para alimentarse. El tiempo que había pasado en compañía de los dragones había hecho que agudizará sus sentidos, como el oído, el olfato y la vista. Captaba mucho más los detalles insignificantes que a otro mortal le pasarían desapercibidos. Su sentido de alerta se había agudizado profundamente.
    Mientras se acercaba al lugar, tenía sentimientos encontrados. Por una parte pensaba en sus tres últimos años en compañía de Lugaidh, Danna y los Dragones Nerubian y Zenedar. Los echaría en falta. Y sobre todo en el caso de la pareja de ancianos, sabía que era posible que ya no volviera a verlos con vida. Habían sido años de duro entrenamiento, pero también guardaba en su corazón, muchos recuerdos felices vividos en aquel lugar. Pero por otra parte ansiaba ver a Arianne, Aidan y al pequeño Thor, el que debería estar muy cambiado desde que era un bebé de pocos días.
    — Rhiannon. ¿Eres tú? — Corrió a abrazarla Catrin, que fue la primera que la vio llegar desde lejos por el sendero.
— Catrin, sí, soy yo. ¡Qué alegría verte de nuevo! — Correspondió al efusivo abrazo.
— Te hemos echado todos mucho de menos, y nos preguntábamos cuándo sería tu regreso. — Le explicó Catrin a la futura Reina.
— Yo también, os he echado de menos. Tengo muchas ganas de ver a "mamá y a mi hermanito". ¿Cómo están, hay alguna novedad? — Preguntó Rhiannon.
— Están todos perfectamente, y Thor, está hecho todo un terremoto. — Rió Catrin.
Mientras caminaban juntas, conversaron sobre las experiencias singulares que ambas habían tenido al haber sido entrenadas por los dragones. Les unía un vínculo común a la Reina y a su Protectora. Con el tiempo, se convertirían en amigas inseparables.
    Para ese momento ya habían entrado en el centro de la plaza principal de Angus. Un agradable olor impregnaba el ambiente, pues se estaba asando carne en las grandes barbacoas que había ubicadas allí.
   A la distancia Rhiannon vio a Arianne, que estaba ocupada con las tareas de la cena pública que iba a celebrarse. La coincidencia sería que la fiesta y la cena ya planeada desde  días atrás, se convertiría en un gran motivo de celebración, pues había regresado tras años de ausencia la joven Rhiannon, la futura legítima Reina de Ehazur.
  — Mamá — Gritó la joven a Arianne, siendo imposible pasar inadvertida a los ojos de los aldeanos que estaban también inmersos en los preparativos. Todos clavaron su mirada en la escena. Madre e hija se abrazaron mientras derramaban lágrimas de alegría al verse nuevamente después de tanto tiempo. Al instante se empezaron a oír muchos gritos de júbilo y empezaron a corear el nombre de  la joven y hermosa Rhiannon.
   De repente un insistente tirón de la falda de Arianne le recordó que no estaba sola.
— Mamá, ¿Quién ez? ¿Por qué abrazaz a eza chica? — Inquirió el pequeño Thor, que había corrido hasta las piernas de su madre, dejando sus juegos atrás, al ver el recibimiento que Arianne había dado a su hija, mirándola con ojos como platos del asombro.
— Soy tu hermana mayor, Rhiannon — Contestó la chica en vez de su madre, agachándose y poniéndose a la altura del niño.
— ¿Erez tú, la que eztabaz dando de comer a los dragonez?.— Contestó inocentemente Thor con su lenguaje aún no maduro por su escasa edad, sin poder evitar una carcajada de parte de Rhiannon.
— Sí, más o menos, podría decirse eso. — Contestó ella con una sonrisa aún en sus labios.
  Para ese momento media aldea se había congregado alrededor de la joven. Aidan y Neakail su padre acudieron allí al oír la noticia que había corrido como un reguero de pólvora. El emotivo encuentro se prolongó tras una serie de abrazos y besos, mientras acudían allí, muchos conocidos y familiares por parte de Aidan.
  — ¡Está cena va a ser en honor a la vuelta de mi "nieta", la futura Reina de Ehazur! ¡Id a poneros vuestras mejores galas, está noche habrá fiesta por todo lo grande, bebida música, baile!— Dijo Neakail que para él, la consideraba como si fuera parte de su propia familia.
   El pequeño Thor, no dejó en ningún momento a su recién conocida hermana para él. Estuvieron bailando largo rato. Se movía de firma rítmica pero a la vez cómica, ante los ojos de todos los espectadores, que no paraban de reír, animar y aplaudir.
La velada fue memorable. Hacía tiempo que no disfrutaban de aquella manera. La alegría y la esperanza en sus corazones había vuelto.
Tan grande fue el jolgorio que  se podía oír a mucha distancia de allí. Incluso no pasó desapercibido para algunos jinetes montados en sus dragones negros.
Desde el sueño inquietante que había tenido Gare, ordenó  modificar algunas cosas y decidió a  volver a la vigilancia que se había descuidado en los últimos tiempos.

Amaneció en Angus y era evidente los resultados de la fiesta del día anterior. Aún humeaban las barbacoas, numerosas jarras de metal donde habían consumido el vino y la cerveza, estaban desparramadas por el suelo. Los perros y gatos del lugar  se daban su propio banquete, pues aún quedaban muchos restos por  consumir de los huesos de cordero con algo de carne que aún conservaban.  El poblado estaba casi desértico, pues muchos de sus habitantes, aún estaban profundamente dormidos, por los efectos de trasnochar y por el alcohol consumido. El canto de los gallos, no los despertó siquiera.

   Solo algunas mujeres mayores se veían por el lugar, empezando a poner orden y  limpieza de los estragos de la noche anterior. No obstante hubo otra personita muy activa a esas horas de la mañana.

— ¡Rhiannon, Rhiannon, dezpierta ya ez de dia, venga levántate ya, vamoz a jugar! El inquieto Thor, de energía interminable, apremiaba a su hermana a levantarse, tirando de la ropa de cama, con la que estaba tapada ella, mientras su hermana refunfuñaba y tiraba por el otro lado  de la ropa, intentando no destaparse.

— Déjame dormir un poco más, Thor, aún es temprano. — Protestaba ella con voz medio dormida.

El tira y afloja duro unos pocos minutos, pero finalmente Thor, salió vencedor. 

— Está bien, está bien, ahora me levanto. — Finalmente dijo en señal de rendición.

— ¿Qué vamoz a hacer hoy? — Dijo el niño con una sonrisa de oreja a oreja, al haber conseguido su propósito de levantar a su hermana.

— Humm, déjame pensar...  Quizás podamos dar un paseo con mi caballo, si mamá te deja montar conmigo. — Le sugirió Rhiannon.

— ¡Bieeen! — Grito Thor jubiloso.

Tras eso, hizo que Thor esperara mientras ella se dirigia al establo donde estaban los caballos, y pudo comprobar que aún estaba allí  el caballo que Aidan le había regalado años atrás. El animal había crecido a la par que la futura Reina, y ahora se mostraba elegante y majestuoso, de pelaje blanco y brillante. A lo que pasó a susurrarle y cantarle una canción popular que había aprendido de pequeña, mientras lo cepillaba.

— La verdad es que últimamente, solo he hecho que montar en lomos de dragón, y he perdido un poco la práctica en montar a caballo.  — Le habló al animal, mientras se subía a él, como si este entendiera sus palabras.

Ahora emprendió el camino, hacia su casa donde le esperaba el pequeño Thor con ansias.
Tras obtener el permiso de Arianne su madre, el niño se montó encima del caballo, agarrándose fuerte de la cintura de su hermana. Poco después salían a las afueras de Angus, donde se encontraban hermosos senderos.

— ¡Un momento, detente! ¿A dónde te diriges? ¿Por qué no me has avisado? — Oyó una voz femenina a sus espaldas proveniente de una joven montada a caballo que la siguió, hasta ponerse a su altura.

— Catrin ¿Qué haces aquí? — Preguntó Rhiannon al reconocer a Catrin.

— Ya sabes que fui nombrada tu protectora. Voy a ser tu sombra a partir de ahora. No harás nada sin mi supervisión. — Dijo su guardiana en son de regañina.

— Solo he salido a pasear con mi hermanito. Quería cabalgar un rato por el sendero. No pasa nada. No te preocupes. Se cuidarme bien por mi misma. He estado años entrenándome para proteger a un Reino. ¿ Piensas que no soy capaz de cuidar de mí misma y de mi hermano? — Contestó con algo de arrogancia.

—Ezo, no haz oído a mi hermana. Zabemoz cuidarnoz de nozotros mizmoz. No hace falta que noz acompañez. — Dijo Thor, apoyando a su hermana.

— Jovencitos, estáis muy equivocados. Yo fui nombrada directamente para proteger a la futura Reina, y eso voy a hacer os guste o no. — Dijo con voz de autoridad.

— Yo zolo obedezco a mi hermana, ella será la reina y manda maz que tú. — Contestó desafiante el pequeño.

Pero hasta que llegue ese momento ella y tú, me haréis caso a mi— Y para añadir peso a sus palabras utilizó su poder, haciendo una bola de fuego verde, y lanzándola a un árbol cercano, al que derribó al instante.

— Oh, oh. — Se tapó la boca con la mano, el pequeño Thor, que nunca había aún observado hacer eso a Catrin.— Creo que zerá mejor hazerle cazo a tu protectora, hermanita, antez que ze enfade maz. — Añadió él.

Ahora bajó la cabeza Rhiannon en señal de vergüenza y sumisión. Sabía en el fondo que tenía razón su protectora, así que sin decir palabra dejo que Catrin les acompañará y vigilará en todo el camino.

Espero que os haya gustado este nuevo Capítulo. Agradeceré vuestros votos y comentarios.

Dragones Blancos (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora