Capítulo 16: Tu propósito.

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- Ho.. Hola - Respondió algo perpleja Catrin al anciano.
-Vamos, no tengas miedo acércate, muchacha - Le instó el hombre mayor.
- ¿ Dónde estoy ? ¿ Cómo llegué a este lugar ? ¿ Quien es usted ? - Le bombardeo a preguntas la joven.
- Tienes muchas preguntas jovencita, pero yo aún tengo que darte muchas más respuestas que preguntas que hacerme tú.
Permíteme que me presente primero. Mi nombre es Lugaidh, y mi esposa a la que pronto conocerás se llama Danna. ¿Y tú cómo te llamas? - Inquirió el hombre de ella.
- Yo, yo soy Catrin- dijo tímidamente ella.
- Te diré que tú llegada aquí no ha sido por casualidad. Pero necesitarás tiempo para asimilar el nuevo papel que se te ha asignado. - Le dijo el anciano, mientras la muchacha estaba cada vez más desconcertada, a cada palabra que salía de la boca del hombre.
- No entiendo nada, ¿ Qué papel tengo asignado ?, yo solo deseo volver a mí casa. Pero ni siquiera se en que lugar estoy, ni mucho menos como puedo regresar. - La Voz de Catrin, reflejaba su ansiedad e impaciencia.
- Todo a su tiempo, todo a su tiempo- Respondió él anciano, en cuya voz y semblante se reflejaba el don de la paciencia casi infinita.
- Hola jovencita, ya despertaste, por lo que veo y me alegra - Dijo Danna, la mujer del hombre que se acababa de presentar a la escena, llevando consigo algunas verduras que asomaban por la cesta que llevaba en su mano izquierda.
- Hola, yo también me alegro de conocerla - Respondió algo más aliviada la chica al contemplar a la mujer del anciano.
- Ven conmigo, me ayudarás a preparar la comida, mientras hablamos de todo lo que te preocupe, espero ponerte al día, con todo.- Las palabras de Danna, sonaban como un bálsamo a Catrin, impaciente por las respuestas que quería conocer.
- ¡ Gracias a Dios ! ¡Por fin ! - Exclamó la bella joven, impaciente por conocer, todo lo que le deparaba el futuro incierto en el que temía adentrarse.
- Está bien, puedes contarle algo, pero deja alguna cosa para mí.- Dijo el hombre a su mujer, antes de que ambas desaparecieran de su vista, y volvieran a la casa.
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-Buenos días - Saludo gentilmente Gare a Arianne, mientras llevaba en su mano un ramillete pequeño de flores, que le entregó junto con una sonrisa.
- Gracias, eres siempre muy amable conmigo Gare- Agradeció el gesto del hombre, la chica.
- Me preguntaba, si has estado pensando en lo que te dije.- Inquirió él.
- Pasa por favor, mientras te preparo un Té caliente - Le invitó Arianne.
- Buff, que frío hace hoy te lo agradezco mucho, y bien... ¿ Que has pensado sobre venir a vivir al poblado a la casa que te ofrecí ?
- Te lo agradezco, creo que será lo mejor, para la niña y para mí. Le he estado dando muchas vueltas, y creo que voy a aceptar tu oferta. A veces las oportunidades si no las aceptas a la primera, quizás no las vuelvas a tener nunca. - Musitó Arianne tristemente, acordándose de Aidan.
- Hola mamá...¿ Qué hace este hombre aquí ? - Preguntó malhumorada la pequeña Rhiannon al aparecer por la puerta, después de haber estado jugando afuera, y ver a Gare, sentado a la mesa con Arianne.
- Hola pequeña, ¿ Cómo estás ? - Dijo el guerrero a la niña, acercando un dedo a la mejilla de ella, acariciando el rostro de la pequeña en un gesto absolutamente hipócrita.

Rhiannon no dudo un momento y le pegó un buen mordisco al dedo de Gare.

- Rhiannon ¿ Que has hecho ? - Gritó Arianne a la niña - Perdona, por favor Gare, no sé que le pasa. No suele comportarse así con nadie - Se disculpó ella.

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Marcus, Aidan y toda la gente que con ellos estaban volvieron al poblado, sanos y salvos. Pero tenían mucho que hacer, había mucho que reconstruir, pero no solo eran casas o establos, sino que también se trataba de reconstruir sueños rotos, proyectos inacabados, e incluso volver a construir una vida sin la compañía de sus seres queridos que habían muerto en la masacre causada por sus enemigos.
Para algunos que habían perdido absolutamente todo, fue especialmente duro.
Pero en la mente de los padres de Catrin y de Aidan mismo, lo que más les preocupaba, lo que más deseaban, era saber si la joven aún continuaba con vida, pero no había manera de averiguar dónde se la llevó el dragón blanco, así como tampoco, si se encontraba, herida, pérdida, o incluso si habia fallecido.
Sea como fuere, Aidan se ofreció voluntario, junto a Marcus y un par de hombres más, a buscar a Catrin, a salir a buscarla por las montañas, poblados, casas aisladas, dónde fuera, con tal de dar con ella, o al menos saber que le había ocurrido.

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- ¿Así, que llegue a parar aquí a lomos de un dragón?
- Preguntó Catrin extrañada al oír la explicación de la mujer.
- Si, si no te hubiera traído a tiempo no habríamos podido salvarte, pero el dragón que te trajo aquí, nos dijo que teníamos que salvarte, que tú eras la elegida, para proteger a la Reina, a nuestra Reina y nuestra única esperanza. - Le continúo explicando la mujer.
- Esto no puede ser real, no puede estar ocurriendo...
¿ Dragones que hablan ? ¿ Reina en peligro ? ¿ Yo la elegida, para protegerla ? - Dijo Catrin, mientras en su mente estaba absolutamente convencida de que aquellos ancianos estaban completamente locos.

- Si jovencita, solo quedamos 3 personas que aún podemos hablar con los dragones... mi esposa, yo y la jovencita reina, y tú has sido la elegida para protegerla, aún a riesgo de tu propia vida... Además un peligro se está cerniendo sobre ella y tú deberás impedirlo- añadió el hombre que acababa de entrar por la puerta con unos troncos de leña en su mano.
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Perdón por la extensa tardanza en subir capítulo. Espero que os haya gustado el giro que ha dado la historia... Pronto más.

Dragones Blancos (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora