Ese era su refugio. Siempre lo había sido.

Cuando su madre la regañaba por algo, Lauren subía a su casita, cuando sus padres murieron Lauren se quedo una semana en su casita. Cuando Megan rompió su corazón por ser heterosexual había pasado una tarde entera llorando en su cama. Cuando sus hermanos se fueron también se quedo una semana ahí. También cuando era la felicidad de haberse graduado con honores la invadió ahí había ido. Ahora necesitaba de su lugar especial, ahora que se sentía traicionada.

Lauren se dejo caer sobre su cama. Había extrañado ese lugar, pero no había encontrado el valor suficiente para regresar.

Lo único que se podía escuchar en su casita del árbol eran las olas del mar que se rompían entre las rocas y las gaviotas que volaban sobre el océano. Todo era tranquilidad.

Lauren observo lo agresivo que estaba el mar ese día, era como sí estuviera coordinado con su estado de ánimo. Faltaban unos minutos para la puesta de sol. Y observarlo desde esa parte de la ciudad era tal vez lo más maravilloso que había visto en su vida, sin contar los ojos de Camila.

"Idiota." Se dijo Lauren a sí misma al recordar a Camila y compararla con la puesta de sol.

El cielo se pinto con los colores del sol, dejando ver un hermoso remolino de rojo y azul que se formaba en él. Poco a poco la respiración se fue haciendo tranquila y lenta, había podido relajarse en medio del lío que había en su cabeza y peor aún en su corazón.

Tomo uno de sus libros favoritos y comenzó a leerlo con su rostro totalmente ecuánime ante las palabras que algún día le habían creado tanta felicidad, ahora eran sólo palabras, palabras que escribe la gente que cree en el amor y en las personas. Palabras estúpidas que cualquiera que no se ha enamorado se atrevería a escribir.

"No existen los finales felices." Dijo Lauren y cerró el libro frustrada.

Su tranquilidad le duró poco cuando su teléfono celular comenzó a vibrar dentro de su pantalón anunciando la llegada de un mensaje de texto.

"Necesito hablar contigo ¿Podemos vernos hoy?" Camila.

Lauren dejo caer su celular al piso de madera. Su mirada se perdió en la puesta del sol, que dejaba ver los últimos rayos de luz, antes de dar paso a la luna.

Camila espero pacientemente en el automóvil de Alexander, un Chevrolet Sonic rojo. Había pasado casi toda la tarde pidiéndole a Ally que le dijera la dirección de Lauren, hasta que por fin después de horas y muchas promesas logro conseguirla.

Estaba dispuesta a aclarar todo con la fotógrafa y admitir que había sido una idiota; iba a admitir que la quería de verdad, que quería intentar algo con ella, no sólo sexo.

Camila quería conocer más a Lauren, aunque sentía que ya conocía todo de ella, era como si se conocieran desde hace tanto tiempo. Estaba dispuesta a intentar con ella algo especial.

Espero pacientemente a que Lauren respondiera su mensaje, cuando la vio.

Su rubia cabellera se agitaba de un lado a otro mientras se acercaba a su automóvil para desaparecer de la vista de Camila. Se hubiera bajado, hubiera luchado con ella, la hubiera dejado en su lugar y hubiera gritado que Lauren era suya.

Quería odiar a la fotógrafa tanto como a Stefani, quería no sentir el corazón destrozado; pero eso hubiera sido lo más hipócrita del mundo.

Lauren no es suya, Lauren jamás sería suya porque ella lo había arruinado. Había arruinado cualquier oportunidad a su lado por creerse poca cosa para ella, por falta de comunicación.

Ella había destruido lo que el destino les tenía preparado.

"Acabo de ver a tu novia, disculpa... Creo que todo será mejor si nos limitamos a lo profesional."

Camila escribió lo más rápido que pudo entre lágrimas que caían de sus ojos y nublaban su vista.

Dio un último vistazo al edificio elegante donde vivía la fotógrafa y encendió el automóvil. Había arruinado las cosas y no iba a hacer sufrir a dos tres personas que realmente no lo merecían.

-

Fue la fría brisa de la mañana lo que despertó a Lauren. Se había quedado en su casita del árbol toda la noche, había dormido lo suficiente para tomar fuerzas, lo suficiente para saber que hacer.

Cuando murieron sus padres se recuperó, cuando Megan le rompió el corazón, se recuperó, cuando sus hermanos se fueron a Miami, se recuperó. ¿Por qué no lo haría esta vez? Sólo conocía a Camila 5 días atrás. Eran sólo 5 días y no tenían porque ser importantes, eran fáciles de ser borrados de su mente. La nueva modelo era sólo eso, una nueva modelo más que ya había pasado con ella una noche. Como todas ¿no?

La única diferencia entre ella y las otras, es que Camila le había dañado el ego al dejarla por un hombre.

Una semana paso, Lauren apenas sí había regresado a su casa para recoger unas cuantas prendas de ropa, a Sookie y el cargador de su celular, que pasó una semana apagado en el suelo de la casita del árbol, en el lugar donde había caído después de que Camila le pudiera verse para aclarar las cosas.

Lauren había sobrevivido una semana lejos de todo lo que conocía porque sabía que esa semana no tendría ninguna sesión de fotos y con las prendas que su antigua habitación aún guardaba en el armario.

Había llenado la despensa con cereales y producto enlatado, el repartidor de pizzas se había hecho su única compañía 3 minutos al día, y las olas del mar su perdición cuando corría por la orilla del mar, dejado su frustración atrás. Lauren había sobrevivido una semana sin nadie más que ella misma.

Ahora Sookie estaba con ella, corriendo entre las ramas secas que Lauren había comenzado a juntar. Se había propuesto ella misma en limpiar la casa de sus padres, quería arreglar el lugar como sus padres siempre lo hubieran querido, como hubiera estado si ellos jamás se hubieran ido.

Lauren había aclarado sus pensamientos y había llegado mil veces a la misma conclusión, Camila no era más que otra modelo más.

Jamás había sido, y tampoco sería, su Camila.

A penas había conectado su celular a la corriente eléctrica comenzó a vibrar con miles de mensajes de sus mejores amigos, de Stefani, de sus hermanos, de Ally, algunas modelos y por último, un mensaje de Camila.

Lauren lo elimino antes de leerlo. No iba a dejar que la modelo irrumpiera en sus pensamientos antes de que verla en el estudio, quería estar completamente segura de que el daño a su ego había desaparecido.

Tomo una escoba del jardín y continuó con su labor de quitar las ramas secas mientras Sookie corría por todos lados.

Camila.

Una semana había pasado sin saber nada de la modelo, por ahora así estaba bien. Se lo advirtieron y no quiso escuchar, le dijeron que la mujer se iba a casar y aún así ella se entrometió en su vida; pero no se arrepentía, estar con Camila había sido algo maravilloso. Por primera vez había sentido una gran conexión con alguna otra chica, había creído que ella sería su mujer ideal, había creído que Camila sería su todo, pero jamás se había sentido tan equivocada; Camila era una mujer con compromiso, una mujer que ya tenía planeada su vida, y eso estaba bien, Lauren podía seguir con su vida tal como antes la llevaba.

Lauren era feliz antes, no había razón para sentirse herida o miserable.

Camila no era nadie especial, era sólo otra mujer más a la lista de "Modelos con las que durmió Lauren Jauregui."

¿Qué más daba seguir agregando mujeres a esa lista?

Lauren jamás se iba a enamorar, y eso había quedado claro desde hace años, jamás iba a amar.

Justo como Stefani se lo había dicho.

Y eso, eso estaba bien para Lauren.

With Me (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora