•Capítulo 47: ¡Feliz cumpleaños! (Parte 1)•

14.5K 1.6K 2.5K
                                    

•29 de agosto•

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

•29 de agosto•

SEBASTIÁN

Cumpleaaaños feliz, te deseaaamos a ti...

Me removí incómodo entre las sábanas apenas oí un sonoro coro de voces. Cubrí mi cabeza con una de las mantas que tenía encima con la intención de conciliar el sueño y suspiré por lo bajo.

Sigue durmiendo, todo está bien, aún no amanece.

Feliz cumpleaaaños, Sebita, que los cuuumplas feliz...

Bien, creo que sí es hora de despertar.

Rendido, me destapé el rostro y me incorporé sobre la cama, estirándome. Froté mis ojos en un absurdo intento de terminar de despertar por completo y los abrí poco a poco, tratando de acostumbrarme a la luz que ya entraba resplandeciente por mi ventana.

—¡¡Feliz cumpleaños!!

Esa pequeña molestia que llegué a sentir por haber tenido que despertar desapareció en el instante en que vi a Scott y mis padres frente a mí con un pastel en las manos.

—¿Vas a soplar las velas o esperarás a causar un incendio? —dijo mi hermano, divertido— Vamos, Sebitas, apenas hace unas horas terminó mi cumpleaños y siento que ya estoy envejeciendo otro año por tu culpa.

Entorné los ojos al escucharlo y solté una risita, negando. Decidí darle un vistazo a mis padres, quienes me observaban atentos con los ojos llenos de emoción. Mamá lucía igual de hermosa que siempre; con su oscuro cabello recogido en un moño que le daba un aire de elegancia, preparada y con muchísima energía para comenzar su día. Por otro lado, mi padre podría llegar a parecer intimidante con ese aspecto de hombre frío y fuerte que tenía, pero seamos honestos, papá era el ser más dulce, cariñoso y empático que había conocido en mis, ahora, dieciocho años de vida.

Ambos se acercaron cuidadosamente a mí con aquel pastel y sonrieron al mismo tiempo, logrando hacerme sonreír también.

—Feliz cumpleaños, cielo —canturreó mi madre—. Pide un deseo y apaga las velas.

Un deseo. Quizá para algunos podría parecer una estupidez, pero yo realmente creía en ellos. Todos y cada uno de los que había pedido hasta ahora lograron cumplirse, ¿el destino? ¿Suerte? ¿Casualidad? No lo sabía, pero sí sabía que, si pedías algo de corazón y ponías tu granito de arena para construirlo, de verdad podía llegar a cumplirse. Esta vez me tomó un poco más de tiempo pensar en lo que pediría, pero lo logré.

Lo tengo.

Los gritos de festejo de mi familia no tardaron en escucharse en el momento en que las pequeñas llamas de las velas se apagaron. Dejaron el pastel sobre la mesita de noche junto a mi cama y no dudaron en abalanzarse contra mí, uniéndonos en un apretado y cariñoso abrazo.

The Library Of Our DreamsWhere stories live. Discover now