•Capítulo 42: Trágame tierra•

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¿Ya han experimentado esa hermosa sensación de despertar tarde por estar de vacaciones? Porque me acababa de ocurrir

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¿Ya han experimentado esa hermosa sensación de despertar tarde por estar de vacaciones? Porque me acababa de ocurrir... y déjenme decirles que fue maravilloso. Despertar por voluntad propia y sin necesidad de ese molesto sonido de la alarma es uno de los mejores placeres de la vida.

¿Que si eso ayudaba a mi buen humor? Definitivamente. En ocasiones, solía levantarme molesta y no cambiar la pésima expresión en mi rostro hasta la hora del almuerzo, así que, más que la cantidad de tiempo que dormía, se trataba de la calidad con el que lo hacía. Descansar lo suficiente era algo fundamental para mí, de lo contrario, mi pequeño cerebro se la pasaría más dormido que despierto.

Dejé escapar un suspiro de mis labios y me removí poco a poco entre las sábanas, aún con los ojos cerrados. Pasé mi mano por encima de la mesita de noche en busca de mi celular y, cuando lo encontré, abrí por completo los ojos. Me incorporé sobre la cama y sonreí al ver la hora, cayendo en cuenta de que eran casi las doce del mediodía.

Las notificaciones en la pantalla indicándome que tenía mensajes de Sebastián fueron suficientes para hacerme comenzar bien la semana.

•Fastidioso❤️
—Buen día, dormilona.
—Espero que hayas descansado.
—Ya quiero verte :( Pasaré por la biblioteca cuando salga de clases.
—Pasado mañana me dan vacaciones, seré libre por finnn.
—Te quiero. ❤️
9:36am

Respondí de inmediato.

•Emma•
—Buenos díasss.
—Ups, acabo de despertar.
— Dormí bastante, extrañaba esto :')
—Está bien, nos vemos luego.
—Ten un buen día, fastidioso. Te quiero ❤️
11.57am

Llena de motivación y haciendo mi mayor esfuerzo por dejar durante un momento las preocupaciones escolares de lado, me puse de pie. Algunos de mis huesos sonaron cuando me estiré y pude sentir cómo mi cuerpo se relajaba mientras lo hacía. Me sentía contenta, extremadamente contenta porque, además de poder descansar, por fin tendría el tiempo que tanto había querido para leer.

Mi plan era ir a la biblioteca y pasar el resto del día allí, así que, como siempre, comencé dándole inicio a mi usual rutina. Dejé mi habitación completamente ordenada antes de dirigirme al baño, sonriendo con satisfacción al ver lo bonito que había quedado todo en cuanto terminé con ello. Al salir de la ducha, me vestí e hice mi intento diario de maquillarme, aunque por supuesto que salió fatal. Rendida, decidí agregar color a mis labios, mejillas, y enrizar mis pestañas.

Continué alistando la pequeña mochila que llevaría a la biblioteca con todo lo necesario para sobrevivir; dos libros, mis lentes de lectura, una barra de chocolate, audífonos, marcapáginas y un paquetito de adhesivos de colores para señalar frases.

Me di un último vistazo frente al espejo antes de salir de mi habitación y dejé mi cabello suelto para que secase al aire libre. Colgándome la mochila al hombro, descendí con rapidez las escaleras hasta llegar a la cocina, en donde me encontré con una nota de mamá sobre el mesón.

The Library Of Our DreamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora