•Capítulo 19: La cita•

26.7K 2.6K 3.3K
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—Yo digo que dentro de muy poco ya tendré yerno

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—Yo digo que dentro de muy poco ya tendré yerno.

Rodé los ojos al oír una vez más el canturreo alegre de mamá y me pasé las manos por el rostro, negando repetidamente. La mujer había estado repitiendo y hablando acerca del tema durante toda la mañana.

—Mamá, basta, por favor —gruñí cansada.

—¿Por qué? —ella se encogió de hombros— Sebas es un chico muy guapo, amable y respetuoso, ¡ambos se ven tan adorables juntos!

—Es sólo un amigo.

¿De verdad, Emma? Ayer no sentías lo mismo cuando se besaban.

—Bueno, cómo sea, las miradas que se lanzan no demuestran una simple amistad —comentó divertida, posando sus verdosos ojos en mí—. Sólo hago eso que tú haces con los personajes de los libros, ¿cómo era? —fingió pensar, pasándose una mano sobre la barbilla— ¿Shisppear?

─Shippear, mamá ─le corregí─ ¡Y no es lo mismo!

Ella rio.

Suspiré rendida, observando cómo mamá intentaba arreglar su cafetera. Le hacía compañía en la cocina, aunque yo había bajado hace tan sólo unos minutos, cuando recibí el mensaje de Sebastián avisándome que ya estaba en camino.

Desperté muy temprano por la mañana y desperdicié dos valiosas horas de sueño sólo tratando de elegir lo que me pondría. Después de sacar básicamente todas las prendas de mi armario y causar un desastre en mi habitación, terminé optando por mis usuales jeans negros y un suéter holgado de color mostaza.

Antes de vestirme tomé una ducha y luego hice un intento de maquillarme, pero por supuesto que fracasé con mucho éxito y terminé por retirar todo el producto de mi rostro. Sólo pude enrizar mis pestañas, cubrir un poco mis ojeras y agregar color a mis labios, aunque supuse que no era necesario nada más, así me sentía cómoda y yo misma.

Unos golpes en la puerta de casa se hicieron presentes y abrí los ojos de par en par, sintiendo mi corazón comenzando a latir con prisa. Mamá me regaló una sonrisa divertida antes de ponerse de pie y caminar en dirección a la puerta, abriéndola sin siquiera darme tiempo de reaccionar.

The Library Of Our DreamsWhere stories live. Discover now