|CAPÍTULO 24|

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|RECONOCIDA|

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Me di cuenta que estaba cometiendo un error nada más escuché los disparos.

   Al principio, pensé que el CCG había encontrado a Irimi y Koma donde Touka y yo los habíamos dejado para que se regenerasen (fui tan estúpida que ni siquiera me atreví a hablarles o a mirarles), pero luego caí en que estaba más lejos de ellos que de los disparos. Notaba cómo la nieve me calaba hasta los huesos, las manos entumecidas por el frío. Si bien los Ghouls éramos resistentes a ciertas temperaturas y materiales cuando nuestra alimentación era la adecuada, el tener las defensas bajas por no saber lo que estaba pasando fuera de aquellas paredes en el Distrito 4 me estaba afectando en aquellos momentos. Me froté las manos y me las acerqué a la cara, donde suspiré un par de veces para hacerlas entrar en calor.

Fue entonces cuando escuché los gritos.

   No muy lejos de mi, en lo que parecía la entrada a un calleón, los gritos de una persona resonaban acompañados de la fuerte y reconocible melodía de un arma siendo disparada. No lo dudo ni un instante y entro en él. El oscuro callejón apenas está iluminado por alguna que otra fogata o material incendiado. Incluso la anarquía había llegado a las calles. Las ventanas estaban tapiadas por el miedo de los ciudadanos que decidieron quedarse en una zona en alerta de exterminación. Cuando veo el desorden causado me pregunto una cosa: ¿habrá algún humano que esté protegiendo a algún Ghoul, o al revés?

   Evito pensar en Nishiki y en su pareja humana, Kami, y en lo que pueda pasar con ellos si descubren que están relacionados con nosotros. La ley deja las cosas claras para ambos bandos: si un humano ayuda a algún Ghoul, será sometido a una investigación a fondo y será posible su detención. Con eso en mente, me preguntó en qué habrían pensado los dos al conocerse. Nunca se lo había preguntado cara a cara, pues me daba vergüenza saberlo y que me miraran con mala cara al ver a una mocosa curioseando en su relación, pero ahora me gustaría hacerlo. Quiero hacerles cientos de pregunta: su primera cita, cómo se conocieron, su primer beso o contacto físico... Todo desde el respeto de una compañera de trabajo y la inocencia de una adolescente.

   Cojo el aire frío, lo almaceno en mis pulmones mientras camino a través de ellas, teniendo cuidado de no prederle fuego a alguna parte de mi ropa, y suspiro con fuerza cuando veo que es necesario hacerlo antes de perder el conocimiento. Si lo hiciera ahora, algún miembro del CCG exterminador podría encontrarme y darme el golpe de gracia estando idefensa.

   Una voz masculina y joven, llena de angustia a primera vista, capta mi atención en otra parte del callejón. Mis ojos terminan por acostumbrarse a la luz del lugar y siento como el pulso se me dispara. La sangre empieza a correr por mi cuerpo a toda velocidad, como si me quisiera alertar de lo que estaba a punto de pasar. Tengo que recordarme que solo estoy aquí para investigar y no para nada más. Sin embargo, si tengo que luchar, lo haré por mis compañeros, no por nadie más.

   Veo el traje blanco de Tatara al final del callejón, enfrente de una gran fogata donde varios cadáveres están repartidos y llenas el suelo con su sangre, las piedras negras cubiertas de ese espeso líquido rojo. El estómago se me revuelve cuando veo que las manos de Tatara no están vacías, sino que un cuerpo alto y delgado ocupa la zona sujetándolo por el cuello. El jadeos y sollozos del humano hace que me de cuenta que aún está vivo, y que los finos ojos de Tatara se llenan de una emoción que no reconozco cuando hace el siguiente movimiento. Su expresión neutra siempre me ha desconcertado, a la vez que atraído. Yoriko decía que los chicos misteriosos daban más juego que muchos otros.

She's Weak -[Ayato Kirshima] [TOKYO GHOUL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora