|CAPÍTULO 4|

484 42 1
                                    

-----------------------------------

|INFILTRADOS|

-----------------------------------

Me despierto cuando noto algo frío rozando mis mejillas. 

    Abro los ojos, asustada, con esperanzas de no estar viviendo la misma pesadilla de antes. Una persona me está mirando. Hay un brillo oscuro en el iris de aquella persona. Algo que me llena de alegría y satisfacción ver que está intacto. Salto sobre Kaneki, literalmente, y ambos caemos al suelo conmigo encima. Pensaba que estaría siendo torturado, inconsciente después de haber sido maltratado durante horas... O incluso muerto a manos de ese gigante rubio que lo golpeaba en Anteiku con todas sus fuerzas. Me sorprende ver lo bien que está, en la sonrisa que tiene dibujada en los labios y en que no haya perdido toda esperanza de repente.

-Me cortas la respiración -dice casi sin aire.

Lo ayudo a levantarse en cuanto yo lo hago.

   Kaneki tiene suerte de ser ligero como una pluma; a pesar de ser alto, tiene un físico bastante delgado para alguien de su edad; o quizás sea mi superfuerza de Ghoul. Es sorprendente verlo así de..sucio. Las ropas de camarero que Anteiku le dio para trabajar en ese oficio mientras aprendía a vivir como un Ghoul pacifista a nuestro lado estaban cubiertas de lodo y agua. Y su pelo negro siempre peinado y con estilo corto no está igual que siempre, impecable y perfecto. Sino de un aspecto repugnante, y más que hermoso parecía que un vendaval había pasado por su lado y jugado una mala pasada con él. Pero lo único que sigue ahí, intacto, es su mirada esperanzada. Una esperanza que cae sobre mi al ser de un tipo mejor que él, un Ghoul híbrido. Una esperanza que no sé si debería de caer sobre mis hombros.

-Pensaba que estarías muerto -murmuro sofocada aún por la impresión. Debo de estar roja como un tomate.

-No... Aunque casi -se sincera él apartando la mirada hacia un lado-. Antes de que llegaras pensaba que moriría porque me dejaron aquí, solo y sin explicaciones. Pero cuando te trajeron pensé que había hecho algo mal y que los había molestado. Tú eres la última que cayó cuando me secuestraron.

-Lo siento, Kaneki. No pude defenderte aún estando en pie -las palabras se me atascan en la garganta. Mis labios tiemblan y, por un momento, tengo miedo de su reacción-. Y no creo que pueda hacerlo ahora... Lo siento.

    Una de sus manos se posa sobre mi hombro medio desnudo, mientras que él me regala una de sus tranquilas y motivadoras sonrisas. Desde que conozco a Kaneki nunca lo he visto rendirse. Ni siquiera cuando Touka le gritaba que dejase de hacer el imbécil y se marchara a casa de una vez, que nosotras podíamos solas con lo que se nos avecinaba. Siempre se ha sido alguien optimista que busca el oso bueno de las cosas antes que el malo. Lo imito sonriendo y, con una de mis manos, rozo la suya puesta sobre mi.

-Saldremos de aquí -le digo, con una matiz de esperanza en mis palabras.

    Es entonces cuando algo lo golpea en la espalda y cae de nuevo sobre mi pecho al perder el equilibrio. Miro al frente, donde se encuentra Ayato mirándonos como siempre: superior a los demás y sin nada que aportar a parte de su silencio incómodo. Aprieto con fuerza la mandíbula. De repente ya no me siento tan eficiente como antes a solas con mi amigo y compañero de trabajo; ahora me invade una ira lo suficientemente grande como para destrozarlo con mis propias manos. Aunque me cueste la vida.

-Vamos -nos ordena más que dice-. Y tira eso. No estamos en una cafetería.

-Tampoco estamos en un gimnasio y tú lo has golpeado. Por lo menos ten la decencia de admitirlo.

She's Weak -[Ayato Kirshima] [TOKYO GHOUL]Where stories live. Discover now