|CAPÍTULO 20|

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|DIFERENCIAS|

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EL DISTRITO 20 SERÁ INVADIDO A LAS 22:00 H.

Mi cerebro sólo puede pensar en una cosa.

«¿Qué hora es

   La ultima vez que había mirado el móvil había sido por el mensaje de Ayato. ¿Lo había hecho por eso? No. Imposible. Dudo que él quisiera eso. Lo que he aprendido con el tiempo de él es que no es lo que aparenta. Cuando está tranquilo te puedes esperar cualquier cosa viniendo de él; desde duras palabras hasta patadas en la boca. Y luego está la inversa. Si está enfadado es mejor no molestarlo aún más... Kaneki lo sabía de propia mano. Sabe Dios dónde estaba él ahora. Una bombilla se enciende encima de mi cabeza casi al momento.

Anteiku. El Gerente. Invasión. CCG.

   Ayato. Él sabía todo esto y no me ha dicho nada. Pero, ¿cómo decirle a alguien que la única familia que tiene está siendo atacada y que todos morirán en unas pocas horas, como máximo?

   Ahora entiendo su presencia aquí. El estúpido mensaje que más tarde borraré de mi amplia lista de contactos. Pero, ¿por qué? Las órdenes de Eto debían de tener algún límite en el que Ayato pudiera aferrase. Uno donde pudiera defender su gran orgullo y negarse a hacerlo. ¿Cuál? No tengo la menor idea. Ese es uno de las habilidades que la familia Kirishima siempre ha ocultado: la verdad. No sé cómo debo de sentirme. Mi respiración se acelera. El corazón me late con tanta fuerza que temo que se me salga de pecho en una de estas. Tengo tanto miedo de que se me salgan las lágrimas en un momento como este que me estremezco. El brazo que me rodea los hombros no parece dudar en lo que hace. En su función.

   Pero, ¿cuál es? ¿Tenerme controlada, como la persona que consideraba buena y que he dejado entrar tantas veces en mi casa porque temía que el Aogiri se echase encima de nosotros? No he pasado por alto ese detalle en ningún momento. Todo lo que he hecho estos últimos meses ha sido por el bien de Anteiku y de los demás, y quizás también el mío. Pero nunca he tenido el suficiente valor de decir algo. Y creo que nunca lo tendré.

-Eres la peor persona que he conocido -murmuro por lo bajo. No temo que me haya escuchado. Lo ha hecho. Sus orejas se han movido unos centímetros; los suficientes como para delatar su interés.

   Lo escucho responder algo, pero una sirena lo silencia y no comprendo nada. Noto su mandíbula choca contra mi hombro izquierdo un par de veces. Cuando el coche se aleja lo suficiente de nosotros como para permitirme el lujo de saber qué está diciendo, tengo el suficiente coraje como la subir los brazos hasta su pecho -entre nosotros dos- y empujarlo con todas mis fuerzas.

-No sé porque estás haciendo esto, pero espero que sepas que algún día el karma te lo devolverá. -Mi voz tiembla y el vapor que sale de mi boca deja que el aire que los separa se vuelva cálido-. Ese día tendría que haber dejado que los investigadores te matasen.

   Ayato me mira, apoyado en la barandilla medio corroída por el óxido desde la otra punta de la pequeña salida de emergencias. Sus ojos se convierten en un lago congelado, gélido e inaccesible por su parte.

-Y yo tendría que haber dejado que te violasen.

   Abro la boca, pero las palabras no me salen. Si ya tenía las mejillas rojas, ahora las tengo ardiendo. Le tiro el móvil con todas mis fuerzas esperando darle en la cara (en alguna zona sensible que tarde mucho en regenerarse, y con mucho dolor), pero él solo lo evade haciendo a un lado la cabeza. El móvil cae por el balcón y se estrella en algún lugar de la calle. Antes de que pueda devolverme el golpe, pero con más certeza que la puntería de una aficionada, entro en la habitación -ya congelada, he de decir- y cierro la ventana de un golpe. 

She's Weak -[Ayato Kirshima] [TOKYO GHOUL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora