|CAPÍTULO 2|

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|EL MESTIZO|

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A la mañana siguiente ya estoy vestida con el uniforme de la academia, con las cosas recogidas y esperando en la calle a que Touka termine las cosas que debe de hacer para irnos. Llevos cascos de música conectados al móvil colgados del cuello.

   Era una mañana de otoño perfecta. Las hojas cobrizas, amarillas y naranjas caían en una suave baila sobre el suelo; algunas se quedaban en la superficie de algún edificio u objeto. Es lo que tiene una estanción tan revoltosa. Menos mal que no es primavera, pienso, porque eso significaría coger el cubrebocas de la mesilla y salir con él a la calle. Hoy me tocaba trabajar por la tarde, lo que significaba que tendría que estudiar por la noche y no poder jugar a la consola o leer, ya que estudiar después de todo no me entretenía lo suficiente como para gustarme... Bueno, a mi y a nadie.

    Escucho la puerta de una parte de la cafetería abrirse, y luego cerrarse. Guardo el libro de bolsillo en la mochila donde guardo los libros y los estuches antes de que Touka aparezca sonriendo tranquilamente. Lleva el mechón azul de siempre suelto y el mismo uniforme que el mío, con la diferencia de que hay un pin en forma de conejo enganchado a su mochila.

-Siento el retraso, el Gerente quería hablar conmigo -se excusa abrochándose la chaqueta. Hace un frío que pela e incluso los Ghouls tenemos que camuflarlo.

Sacudo la cabeza a la negativa.

-No importa. El trabajo después de todo es el trabajo, ¿no?

Ella asiente, al igual que yo.

   Comenzamos nuestro camino a la academia en silencio. De vez en cuando hablamos sobre Kaneki, lo que hace que ella se sorprenda o frunza el ceño, lo que haremos el fin de semana y el tipo de exámenes que tenemos en las distintas asignaturas que elegimos por optativas. Sonrío cuando veo el sonrojo de Touka aparecer en sus mejillas al sacar yo un tema avergonzante para ambas: lo que queríamos ser en el futuro. Ella me había dicho siempre desde el día en el que nos conocimos que quería hacer alguna carrera fácil y que le gustase, como la biología de humanos y Ghouls, mientras que yo siempre decía que aún no lo sabía.

    Hace tiempo, Uta me había dicho que podía fabricar máscaras y hacer tatuajes con él en su local en el Distrito 4: «HySy ArtMask Studio.» Según él, soy muy buena con las cosas manuales. He de tenerlo en cuenta si en su momento no llego a elegir nada entre los humanos, aunque en su local vayan algún que otro humano inocente a hacerse un tatuaje sin sospechar que estaba al lado de un Ghoul. Las veces en los que veía a todos ellos entrar, según Uta, me acercaba a ellos y les preguntaba el por qué estaban allí si esto solo era para gente especial... Claro, el Distrito 4 es el más peligroso de todos los Distritos y cualquier humano se reiría si una niña pequeña se acercase a preguntarle qué hacía allí si no era para algún negocio ilegal.

    Una vez llegamos a la academia ambas nos separamos cuando Yoriko se acerca a ella. Aunque su mejor amiga me diga que puedo quedarme decido marcharme esbozando una sonrisa tranquila directamente a la clase de primera hora. Los viernes siempre tenemos una clase complicada, ya que es el último día de la semana. Asisto a cada una de las clases hasta que llegan las tres de la tarde, donde los alumnos tenemos que irnos a casa de una vez, estudiar -tal vez comer- y hacer los deberes. Touka ha decidido acompañar a Yoriko, como siempre, a sus clases particulares para recuperar algunas asignaturas que no consigue aprobar sin ayuda de nadie.



Cuando llego a Anteiku, hay un montón de clientes en la zona visible de la cafetería, así como Koma sacando algunas cosas del almacén de la planta baja. Saludo al personal y subo a mi pequeño y cómodo apartamento, al lado del de Touka y en frente del de Kaneki actualmente. Desde que Kaneki está con nosotros aquí no nos es muy agradable vomitar sabiendo que hay una personas más o menos humana que nos puede escuchar si hemos tomado comida humana. En especial a Touka. Se ha quejado más de una vez sobre eso mientras compartimos la comida de Yoriko, la cual casi nos mata de no ser porque la expulsamos de nuestro organismo -ya sea metiéndonos los dedos en la boca o golpeando nuestros estómagos para obligarnos a nosotras mismas-, y nos deja en cama durante semanas... En serio, preferiría comer carne pudriéndose que comerme todo aquello yo sola. Total, no sentiría diferencia alguna de la fresca o podrida.

She's Weak -[Ayato Kirshima] [TOKYO GHOUL]Where stories live. Discover now