|CAPÍTULO 14|

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|CARPE DIEM|

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Los días que paso con Yumitsu son increíblemente tranquilos a como me esperaba. De hecho, me atrevería a decir que son más relajados que los últimos momentos que he tenido: secuestros, mentiras, alianzas extrañas,... Cualquiera de esas pequeñas cosas no se han repetido en lo que llevo de semana con ella. Al final, y de un modo relajado, nos hemos repartido las tareas del hogar con la educación que ha recibido ella en el Árbol. Después de una larga discusión por quien se encargaba de fregar los platos en los que me suelo servir la carne de suicidas, hemos dejado claro que la última que terminase de comer se encargaba de ellos. Actualmente íbamos veinte platos limpios por mi parte y siete por su parte.

   Nota: Aogiri también es un concurso por terminar de comer. Supongo que con tantos miembros y poca comida, lo último que puedes hacer es tomarte tu tiempo para recargar energías. Y más con personas capaces de romperte un par de costillas solo por unos huesos, como los que nos daban en el Anti-Aogiri.

   Las veces que Yumitsu sale del apartamento y llega tarde son los momentos en los que yo aprovecho para estudiar, hacer los deberes y leer un libro sin necesidad de que una persona necesite conversación para no aburrirse teniendo a otra mucho peor. Soy de lo peor en cuanto a conversaciones. Con decir que las veces que Uta y yo hablábamos era porque él era quien comenzaba a conversación y los temas es suficiente para explicar lo mala que soy. Como no puedo estar ni cinco minutos quieta sin hacer nada, me acerco a la nevera para coger una botella de agua potable, la única bebida que tengo a parte de café en polvo. Lo último que nos entraba en los exámenes de fin de curso era complicado, como las últimas veces que me he examinado en Física y Química. Si en matemáticas soy mala, en física y química estoy por debajo de la media. Por si fuera poco, este tema tiene lo suyo. Nunca entenderé la última rama de las nomenclaturas. Los oxoácidos nunca serán lo mío.

   Mientras recojo y bebo de la botella, el papel de las solicitudes hace su aparición entre un montón de folios esparcidos por el suelo. No recuerdo haber tocado la mochila desde la última vez si no fuese para coger y sacar los libros del día. Debe de haber sido uno de mis despistes. Últimamente tengo muchos. Demasiados. Poso la botella en la encimera, dispuesta a recoger los folios. Aún no he decidido a donde quiero ir, ni tampoco a donde estudiar en caso de que no me acepten en la primera. Antes de que me de una crisis de ansiedad o algo por el estilo, prefiero pensar que la mayoría de adolescentes son como yo y están indecisos. Además, tampoco es necesario tengamos unas excelentes notas en mi clase. Cuando termino de recoger las cosas, dejarlas en la encimera bajo un pisapapeles y con una depresiones caballo por no saber que hacer con mi vida una vez que sea independiente y mayor de edad, una sensación de vértigo sacude mi cuerpo y mi cabeza hasta puntos en los que me tengo que agarrar a la pared.

   De repente, me empieza a doler el estómago. Y la frente me comienza a sudar. Jadeo en busca de oxígeno, pero me es imposible. Es como si mi tráquea estuviera cerrada y no se quisiera abrir. Pronto siento que el oxígeno no me llega al cerebro, y que el mundo se ve borroso... Y lo último que siento es mi cuerpo golpeando la tarima del suelo, los folios volviéndose a desordenar y el ruido de unos cristales rompiéndose con un golpe sordo:

El de una voz llamando mi nombre.




Me cuesta tanto abrir los ojos que los párpados me da tirones cuando lo intento. Como si estuvieran cosidos por un hilo durísimo. También me cuesta enfocar las imágenes que vienen y pasan una detrás de otra durante un lapso de tiempo: en el que creen que estoy desmayada. Varias personas miran hacia mi cama, hablando entre ellas con tonos de preocupación y lástima. Lo primero que veo es el cabello azulado y peinado de Touka cuando cree que jadeo por el dolor que recorre mi cuerpo. 

She's Weak -[Ayato Kirshima] [TOKYO GHOUL]Where stories live. Discover now