|CAPÍTULO 18|

229 25 1
                                    

-----------------------------------

|NEGACIÓN|

-----------------------------------

-No tenía pensado decírtelo hoy, ni nunca, así que no me lo traído escrito en un papel o ensayado de memoria como estarás pensando... Ya tenemos mucho que estudiar.

-Si quieres, no me lo tienes que contar.

Ella sacude la cabeza.

-Esto no lo hago por ti, Ruby, sino por mi... Porque debo de ser capaz de contárselo a alguien que ahora está tan cerca de él sin saber de lo que es capaz -dice, con fuerza y lo suficientemente claro como para que una cerebrito como yo lo comprenda.

Asiento con la cabeza, y ella comienza narrando lo que fueron su infancia y parte de adolescencia con el rebelde de su hermano pequeño.

-Nos criamos en el Distrito 20 ya desde un principio, con nuestros padres e infiltrados en la sociedad humana como una familia más o menos bien remunerada; ahora que lo pienso, prefiero no saber de dónde sacaban el dinero para pagar el alquiler de ese pequeño apartamento que teníamos. -Se frota las mejillas, ya de por sí muy ruborizadas, para apartar los malos pensamientos. Yo tampoco quiero saber de dónde lo sacaban los míos-. Éramos felices hasta que nuestra madre murió, meses después de que Ayato cumpliera los cuatro años, al intentar protegernos. Nuestro padre se hizo cargo de nosotros, a todas horas, sin alejarse nosotros por miedo a que desapareciéramos. Supongo que es porque tenía miedo a que nos pasase lo mismo que a ella, y porque aún éramos unos críos de seis y cuatro años.

   »Cuando yo tenía seis años y Ayato acababa de cumplir los cinco, nos levantamos como solíamos hacer siempre y nos dimos cuenta de que nuestro padre no estaba. Pensábamos que estaba fuera, arreglando algunas cosas para los vecinos, pero tampoco estaba allí... A decir verdad, tuve que armarme de valor para asumir que se había ido. Que nos había abandonado a nuestra suerte en aquel apartamento roñoso y que apenas nos podíamos permitir. Tardé mucho tiempo en caer en eso, que ya era tarde. Salí corriendo del piso con mi hermano a rastras, después de enterarnos de que nuestra vecina, nuestra estúpida vecina humana, se hubiera chivado al CCG y nos tendiera una emboscada. Ayato sufrió la peor parte al ser aún un crío, pero no me arrepiento de lo que hice para salvarnos a ambos.«

   Peleábamos con cualquier Ghoul que se nos encarase, con cualquier Investigador... Solo para poder sobrevivir en aquel mundo de mierda y para comer. Humanos, sí, inocentes, también. Pero no me arrepiento de nada. Solo éramos críos, joder.»

Detengo a Touka alzando los brazos y abriendo las palmas de las manos, interrumpiéndola.

-No, para el carro -le digo-. Sería una tonta si no supiera lo que los dos habéis visto ahí fuera. Yo también estuve en la misma situación, hice lo mismo que vosotros... No tenéis porque arrepentiros de eso.

-No creo que él se arrepienta -ríe ella, seca-. Unos años después, cuando empecé a estudiar, me abandonó. Y también a Anteiku. Temo que sepa acaso lo que es el compañerismo.

   Se pasa la mano por el pelo, echando el cuerpo hacia atrás y mirando a otro lado de la habitación solo con el fin de no verme directamente a la cara. Cuando pensaba que mi vida era un completo desastre y no tenía sentido seguir haciéndome la débil, viene ella y me dice todo lo que tuvo que vivir; incluyendo la carga con un niño que es tu hermano y debes de proteger. Se nota que la educaron bien, con una ciega confianza hacia los humanos y el peso de unas responsabilidades que la harían convertirse en quién es; para hacerse cargo de él incluso en las situaciones más difíciles e inimaginables.

She's Weak -[Ayato Kirshima] [TOKYO GHOUL]Where stories live. Discover now