CUESTIÓN DE TIEMPO

6 0 0
                                    

Superando el choque momentáneo, me recompongo y caigo en cuenta de que Artie llamándome "papá", es por mucho lo menos extraño de todo lo que está sucediendo ahora. Tomando una bocanada de aire, la sujeto de los hombros y la separo un poco de mí.

―Vale... ―resoplo. ―Voy a necesitar que me expliques eso de "papá"... ―ella me mira, ahora luciendo desconcertada.

― ¿A qué te refieres? Soy yo- Artemisa-, tu hija... ¿Lo olvidaste?

Vaya déjà vu... Es como aquella vez que vi a Valiant, sin recordar quien era.

―Escucha... La Artie que yo recuerdo, sin importar la realidad, era mi amiga- no mi hija... Si, tuve una hija a la que llamé Artemisa en honor al sacrificio que hizo esa amiga... Pero... La Artemisa que fuera mi hija, ella moría antes de cumplir quince años... Siempre. ―es algo de lo que no he hablado mucho... De las pocas cosas que guardo en silencio, incluso para mí mismo...

El rostro de la chica se deforma y comprendo que la he asustado.

― ¿De qué hablas? Yo tengo dieciséis... Nada de lo que dices tiene sentido... ¿Qué ocurre? ―no sé cómo responderle... Aunque...

Enseguida no hace falta.

―Una paradoja. ―dice una voz a mis espaldas, que sin la necesidad de voltear, sé que le pertenece a Kaiju.

Él se acerca a nosotros, sin quitarle los ojos de encima a Artie.

― ¿Qué? ―no puedo articular nada más. Él luce ansioso por continuar su discurso lleno de cólera.

―Esta chica, es Artemisa Foster... Tu hija- sí. Pero... También es Artemisa Jenssen- Tu amiga. ―él se detiene, y la observa con cuidado. ―Ella es la prueba de que hay una peligrosa paradoja en juego... Su simple existencia, demuestra que existe una realidad donde todo lo que conoces, y conocemos- no aplica, pero... sigue siendo una realidad en la que, al menos tú- Vincent- existes. La Artemisa que recuerdas fue tu hija, según tú, moría antes de cumplir quince... ¿Recuerdas por qué? ―sus ojos perforan mi memoria.

―Si... ―mascullo, como quien no desea recordar. ―Para cuando Artie cumplía catorce años, los Devoradores comenzaron a aparecer... Ellos... Ya sabes...

―Lo sé. ―repone Kaiju. ―Entonces... ¿Cómo crees que es posible que esta chica, que recuerdas como tu amiga, diga que es tu hija?

Pienso un poco... Pero... No puedo dar con una respuesta por mi cuenta...

―No lo sé. No tengo idea... ―Kaiju sesga una sonrisa.

―Exacto. Ninguno de nosotros puede... Solo ella. ―él señala con su dedo a Artie. ―Y va a decírnoslo.

Con eso, veo como un par de Ryukami de la Policía Militar, ingresan al ambulatorio, y sin mediar palabras se lanzan sobre Artie. Ante la mirada severa de Kaiju, intento detenerlos, pero es inútil. La chica forcejea un poco, hasta que es sacada del lugar. Al tratar de ir tras ella, Kaiju me toma por el brazo, tirándome con fuerza.

― ¡Suéltame idiota! ―exclamo, lanzando un puñetazo que avanza en dirección a la cara del muchacho- pero- él es lo suficientemente rápido como para evitarlo, y justo eso hace, para luego propinarme un fuerte codazo en la boca del estómago. Me voy de rodillas al suelo, sintiendo un vacío en mi tórax.

―Esto va más allá de los planes que mi padre tiene contigo, Vincent... No pienso poner a toda Olympia en peligro, con tal de que tú puedas reunir a toda tu familia... Ya perdí la Academia... No perderé nada más- por ti.

Es como si Kaiju se hubiese transformado en una persona completamente distinta... Incluso su mirada es otra... Parece ir cargada del mismo fuego que consumió el edificio de la Academia.

DIOS DE SANGRE • Antología Vincent Foster • IVWhere stories live. Discover now