REALIDAD

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La imagen de un gato no es suficiente para hacerme sentir mejor. Tampoco la cerveza que tengo por desayuno. ¿Desde cuándo tomo? Es decir, si, en otras versiones de mí, descubrí que me la pasaba bien tomando con amigos, pero ahora- en este que soy- no creí tener ese mismo impulso.

Pero lo tengo.

Deslizo la pantalla del móvil, revisando las novedades en el sitio web de la Academia, pero no consigo dar con ninguna notificación de que se reanudan las actividades militares. Las clases continúan normalmente, pero nada de entrenamientos ni prácticas de combate. Eso apesta.

No tengo un empleo con el que distraerme, porque no lo necesito; los Fujima me entregaron una tarjeta de crédito "ilimitada", según ellos, con la que puedo comprar lo que quiera dentro de Olympia. Excepto gomitas de dinosaurios, aparentemente...

Si pienso en ello- en la ciudad- "Olympia", me cruzo con la idea de que es solo una enorme jaula llena de pajarillos que creen ser libres, solo porque pueden moverse con libertad dentro de los límites de la jaula. No está permitido salir de la ciudad sin una autorización del Señor Fujima, lo cual no es para nada sencillo de obtener. Los enormes muros de resonancia cuántica, son los barrotes invisibles de una prisión, que dan una falsa impresión de independencia.

Según lo que aprendí en la Academia durante los últimos diez meses, después de que la Tercera Guerra Mundial estalló a finales del siglo veintiuno, y superados los tres años que esta duró, la Tierra, fuertemente golpeada por el arsenal nuclear de las partes involucradas, terminó transformándose en un yelmo muerto, rojizo y polvoriento, al menos en gran parte de los Estados Unidos, Asia, Europa y varias porciones de África y Sur América. Lo que no fue devastado por la guerra, sirvió como motor para la restauración del mundo. Las naciones comenzaron a trabajar juntas por primera vez, siendo testigos de lo que una guerra que nadie ganó, dejó tras de sí.

Olympia fue de las primeras mega ciudades en ser fundadas bajo el Nuevo Orden Mundial; una especie de acta constitutiva global que pactó el cese de hostilidades entre humanos. Algo así como un tratado por "la paz mundial" pudo ser firmado finalmente.

Fue durante ese tiempo de paz absoluta, que el Doctor Trost comenzó a experimentar con los Axiones, y todo eso que me contó Reid Iravil a bordo del Invernadero... Narciso, en la actualidad, es una colosal corporación de tecnología y desarrollo que funciona con dos rostros; uno público y adorado por millones, mientras que posee otro realmente despiadado, oculto en las sombras. De no ser por los Fujima y su contrapeso comercial, La corporación que sirve como cuna para Narciso, lo controlaría todo en el planeta.

No me gusta este "ahora", pese a que incluye cosas geniales como esos libros que todos usan; no utilizan papel, sino que cada página es una especie de membrana transparente que, una vez cargas los datos del libro que quieres leer, se vuelven blancas y llenas de letras. Incluso puedes cambiarlo a modo nocturno, con las páginas en negro y las letras levemente brillantes... A Sushi le habrían encantado, sin mencionar a Colton. Los cómics actuales funcionan casi igual, aunque las escenas son animadas, como GIFs. Es bastante genial poder leer de forma "tradicional", pero sin la necesidad de talar árboles para obtener papel. Incluso, los libros de papel que existen ahora, son hechos con una pasta reciclada.

Pero...

No es mi mundo. No es mi realidad.

Puede que no recuerde nada de cómo se supone que era mi vida- la de este Vincent que fue arrancado de su realidad-, pero, sé que debió ser muy parecida a lo que era en muchas otras de esas realidades artificiales, antes de que los Annuk jodieran la Tierra con su pandemia de guerra...

Kaiju me contó que yo fui arrancado de mi realidad original, pocos días después de mi graduación de la secundaria, y por alguna razón,no puedo evitar preguntarme si en esa realidad, también bailé con Matthew en medio de todos nuestros chismosos compañeros... Probablemente no.

DIOS DE SANGRE • Antología Vincent Foster • IVWhere stories live. Discover now