Especial: danza (Jimin)

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Un pequeño niño de ocho años observaba desde la puerta una clase de danza infantil, la cual estaba llena de niñas con enteros elásticos y tutús rosas.

Quería entrar y bailar con ellas; aprender los mismos delicados y bellos movimientos que ejecutaban con igual fuerza y poderío. Sabía perfectamente que, como varón, habría una diferencia en movimientos y vestuario con respecto de todas ellas, pero aunque le dijeran que si o si tenía que usar una falda, él sería capaz de vestirla igual.

El problema es que nunca le había comentado a su familia de sus deseos respecto a la danza y, aunque no considerara que le pusieran peros a sus sueños, se sentía terriblemente inseguro al respecto.

¿Qué haría un niño, mas bien regordete y no muy lindo, totalmente novato respecto a cualquier tipo de baile; en medio de un bello grupo de cigueñas agraciadas y talentosas? Pasar verguenza y perder dignidad seguramente, así que ni imaginaba cómo pedirle a sus padres que lo anotaran a clases.

La única gran esperanza que guardaba dentro suyo es que su futuro acompañante fuera una proeza en el baile. No importaba que bailarín admirara, si famosos o aprendices de la clase de danza que observaba a escondidas, absolutamente todos tenían a su lado un BT21 tan prodigioso en el baile como ellos. Si su acompañante resultaba ser así, juraba por su vida llorarle a sus padres hasta que lo dejaran tomar clases.

Su gran plan hasta entonces era aguardar y seguir escabulléndose en esas clases de danza inicial de su colegio, con la excusa de que simplemente volvía por la ruta mas larga hasta su casa.

A sus ocho años aún estaba tranquilo respecto a su BT21 porque estaba aún en la edad normal de que este apareciera. La verdad no tenía tantas ideas respecto a qué podría surgir de su cabeza. No se hablaba mucho al respecto y él que mas les había contado cosas a él y a Taehyung había sido Namjoon debido a su experiencia con Koya. Pero al ser tan niños, eran mas las dudas que las certezas.

-No se si sea tan así que tu acompañante deba saber bailar para que tu también lo hagas, Jimin- le comentó una vez Namjoon, con el koala azul durmiendo en sus brazos.

-¿Pero no somos totalmente iguales, ellos y nosotros? - preguntó confundido, mas que nada por ver su teoría en peligro.

- Solo mira a Koya, duerme todo el día y no me ves a mi así todo el tiempo.

-Tiene un punto ahí- secundó Taehyung. Jimin infló sus mejillas de pura frustación y su amigo las pinchó como pequeña broma- Pero no deberías preocuparte por eso. Para mi bailas muy bien, y si practicaras serías aún mucho mejor de seguro- animó, a lo que Namjoon asintió totalmente de acuerdo con sus palabras.

Claro que sus amigos dirían esas cosas por él. Y aunque lo pensaran verdaderamente de corazón, tampoco es que sabían tanto de baile como para decir algo objetivo. Se los agradecía, pero no lo compartía para nada. No insistió mucho mas con el tema y luego de clases volvió al salón de ensayos para espiar e imitar desde afuera los pasos que marcaban con dedicación las alumnas.

Estaba tan concentrado moviendo su pie de cuarta a tercera posición que no notó que lo estaban observando.

-¿No sería mas sencillo si te nos unieras? - comentó una voz adulta desde la entrada.

Jimin tragó saliva y se giró lentamente. La maestra lo miraba con una sonrisa afable y divertida por la aparición constante de ese niño en las afueras de su clase. Pensó que en algun momento se atrevería a entrar, pero como esto no sucedía, decidió averiguar que sucedía por su cuenta.

-Yo... no fue mi intención. Lo siento- se disculpó agachando la cabeza y moviéndola al ritmo de seguidas disculpas.

-¿Por qué lo lamentas? Tal vez espiar no sea muy educado pero no estabas haciendo nada malo- regañó levemente la docente- ¿Y? ¿No nos acompañarás? Eres mas que bienvenido a ser parte.

-Yo... no, gracias. No estoy interesado- soltó esa obvia mentira antes de salir corriendo.

Se escondió detrás de una columna mientras recuperaba el aire perdido por el correteo y por los nervios que lo consumieron por un momento al verse expuesto de esa manera.

Por un lado sentía que había perdido una enorme oportunidad, pero por el otro sabía que aún tenía su plan bajo la manga. Tardara lo que tardara lo esperaría, su madre decía que la paciencia era una virtud. Él se había hecho una promesa y la cumpliría.

Si, solo tenía que esperar a que fuese el momento indicado.

Solo que nunca esperó que ese momento fuera a mitad de una aburrida clase de matemáticas. Somnoliento como estaba, se durmió a mitad de la lección y tuvo un sueño extraño de que un cachorro aparecía y comenzaba a lamerle la cara.

Grande fue su sorpresa al sentir verdaderamente su cara húmeda y al abrir lentamente los ojos, una tierna carita blanca mirándolo con los ojitos perdidos.

-Oh, que sorpresa. Debe ser el acompañante de Park- dijo la maestra desde su escritorio- Que interesante momento para aparecer.

Jimin no entendía nada. Un perrito aparentemente blanco pero con traje amarillo y orejas negras estaba enfrente suyo, totalmente salido de la nada ¿Y era su acompañante? El cachorro lo miraba con la lengua afuera y la cabeza caída hacia un costado.

Sus amigos, y en general todos sus compañeros lo miraban igual de sorprendidos. Ninguno podía decir con certeza que había pasado, el perro simplemente apareció allí de un momento a otro.

Con toda esa confusión, la maestra lo dejó salir un rato con su nuevo acompañante, para que pudiera conocerlo.

-¿Y cómo te llamas? - le preguntó una vez estuvieron solos.

- Eso lo decides tu- le respondió tranquilamente el perrito mientras se rascaba la cabeza con ahínco.

Jimin lo pensó unos instantes hasta que una idea llegó a su mente- Ah, ya se. Mi madre me decía Chimmy cuando era mas niño, creo que te quedaría bien- sugirió mientras tomaba las orejas del pequeño y las acariciaba -¿Y sabes bailar? - totalmente ansioso, soltó la pregunta que mas le interesaba.

-¿Qué es bailar? - preguntó el pequeño perrito inocentemente ya que aún sabía muy poco de todo.

Y Jimin sintió cada pequeña esperanza en su ser desmonorarse. Realmente estaba seguro de que aquel perrito enfrente suyo solo debería vivir para bailar si él mismo lo sentía así. Pero evidentemente no era así. Tendría que contentarse con ello. Aunque en ese momento sintiera unas terribles ganas de llorar.

El perrito lo miró preocupado, notando su repentino desanimo
- ¡Pero puedo aprender! Es mas, ¡Me encantaría hacerlo! Si es importante para ti, podemos hacerlo juntos.

Jimin sonrió ante ese enterncededor comentario de quien sería ahora su compañero eterno. En ese momento se sentía mas... ¿Seguro? ¿Tal vez completo? No estaba seguro de qué, pero algo nuevo y valeroso se instalaba con fuerza en su pecho.

—Entonces... ¿Aprenderás conmigo?

—¡Claro que si! Todo lo que Jimin desee, Chimmy estará ahí junto a él— soltó entusiasmado con una honestidad y calidez incomparable.

Si, definitivamente estaba mas completo que momentos antes. Y mas decidido.—Entonces lo haremos.

Los leales ➳ BT21&BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora