Los leales ➳ BT21&BTS

Especial: hermanos (Yoongi y Kook)

A long time ago...(Cuando Jungkook tenía dos y su hermano mayor ocho).

Para Yoongi no había sido la mejor noticia del mundo que iba a tener un hermano menor. O no lo había sido en ese momento siendo que apenas empezó a hablar pidió tener un hermano así como tenían sus primos, pero su madre decidió esperar cinco años, separarse de su padre, casarse de nuevo y tener otro hijo con ese hombre. Vaya trabajo solo para traer otro niño al mundo. Y encima uno tan llorón y feo como Jungkookie.

Es que, realmente no le importaba que su medio hermano no fuera tan lindo, pero que al menos dejara de llorar. Ni había ocasión en que no se despertara a mitad de la noche y comenzara un llanto histérico. Su madre y su padrastro siempre se turnaban para ir a atenderlo, lo que daría máximo diez minutos para que se tranquilice. Esto duró un tiempo mas hasta que una pareja amiga les recomendó dejar de hacerlo. Que el bebé se acostumbraría a las atenciones, que no habría manera de negarle nada cuando sea mayor y que simplemente debían dejarlo estar hasta que se tranquilizara solo.

Claro, para sus padres, en la otra punta de la casa, era tan sencillo como apagar el monitor del bebé y/o tomar algo que ayudara a dormirse profundamente. En cambio, para el pequeño Min, del cual la ubicación de su habitación era exactamente al lado de la del bebé acusado, comenzó a serle un poco difícil. Sin mencionar a Shooky, quien una noche le recomendó utilizar cloro... clorofo...bueno, alguna palabra demasiado difícil para un Yoongi de ocho años.

Al mismo tiempo que había llegado Jungkook, también su pequeño y extraño acompañante había aparecido. Al crecer, Suga pudo teorizar que, mas que idear un compañero ideal, Shooky solo apareció en el momento que mas lo necesitaba, tomando la forma mas abstracta que pudo en ese momento.

Como sea, el pequeño borrego tardaba una eternidad en calmarse, lo que hacía que Yoongi terminara saliendo de su cuarto y durmiera en la sala mas de una noche.

Ni su sueño pesado era capaz de soportar los alaridos de aquel crío. Así que, una noche, aunque le habían indicado que no fuera a la habitación del niño por nada en el mundo, simplemente se cansó, tomó varios de sus peluches y juguetes y se dirigió hacia el cuarto del menor, seguido por un Shooky curioso.

Una vez dentro, quiso automáticamente salir porque el bochinche era diez veces peor, pero hizo acopio de su valor y se acercó decidido hasta la cuna. Miró al niño ataviado en un entero celeste con una capucha que tenía orejitas de conejo, que no paraba de llorar.

-Ey, Kookie. Soy yo, Yoongi- No sabía por qué exactamente le decía eso, capaz era consciente de que no pasaba tanto tiempo con el niño como para pensar que lo reconocería fácilmente en la oscuridad.

Jungkook abrió los ojos grandes que tenía y lo observó unos instantes, pero instantáneamente comenzó a llorar de nuevo.

-Ok, ok. Se que no me quieres ver a mi sino a mamá, o a tu papá- reflexionó en voz alta y luego estiró su mano para tomar uno de los juguetes, una rana que al apretarse hacía ruidos y cantaba canciones cortas- Mira esto ¿No es lindo? - forzó una voz dulce para que el menor volviera a prestarle atención.

Jungkook pareció tomar la rana y entretenerse unos instantes con los sonidos, pero hubo uno en particular de la rana croando de manera grave que lo asustó e hizo que arrojara el juguete lejos.

Yoongi suspiró, creyó que tal vez lo había logrado pero tenía un contricante difícil ahí. Aún así, tampoco había pensado que lo lograría a la primera, por eso había llevado una arsenal importante, para todo tipo de contratiempos. Así comenzó a pasar un desfile de juguetes y muñecos delante del bebé, uno con menos éxito que el otro. Al pelinegro comenzaban a quedarle pocas opciones.