Capítulo 22

818 39 7
                                    

Robert PDV.

La noche anterior estuve hasta más allá de la medianoche trabajando. Pensé un par de veces en abrir el Facebook, pero debía adelantar trabajo; no sé si valió la pena ya que me encontraba en la cocina, frente a una taza de café, luchando por no quedarme dormido ahí mismo.

—¡Buenos días! -dijeron  repentinamente-

Derramé unas gotas del café gracias al sobresalto, volteé y vi a Denis sacando la leche del refrigerador y la caja del cereal de la despensa.

—Buenos días, ¿Por qué tan alegre? -pregunté dándole un sorbo a mi café y limpiando las gotas derramadas-

—Oh, nada importante -sonrió, sirviendo cereal y leche en una taza- simplemente dormí de maravilla, tú no tienes aspecto de haber dormido bien.

—Ya sabes, trabajo -termine mi café- ¿Te llevo hoy al trabajo o te vas caminando?

—«devame...ad...tdrabao...»

Hice un gesto de disgusto y reí.

—Denis, con la boca llena no, tengo once años repitiendo lo mismo.

Luego de tragar sonrió.

—Lo siento, si puedes, llévame al trabajo, hoy no quiero caminar.

—Bueno, iré por mis cosas. Termina, lávate los dientes y espérame  al lado del auto.

Él asintió, yo salí de la cocina para dirigirme a mi habitación; entré al baño, me lavé los dientes, arreglé mi cabello, me di una rápida mirada en mi ojo morado, luego de eso fui a mi estudio, tomé mi celular, mi maletín, mis lentes, después fui al garaje y, efectivamente, ahí estaba Denis.

—Vamonos -subimos al auto-

Después de dejar a Denis en su trabajo y llegar al colegio, repetí la rutina de ayer: sentarme en el receso a buscar señal de ella, pero seguía sin verla. Dejé de insistir decidiendo esperar a que terminara el receso, de seguro se había quedado en el salón con sus amigas.

—Hola Rob -se sentó a mi lado-

—¿Qué tal Jack? -pregunté con media sonrisa-

—Bien, aún duele ¿Sabes? -rió y se toco la mejilla dónde, supongo, lo había golpeado el domingo-

—Bueno, no iba a dejarme golpear tan fácilmente -sonreí satisfecho-

El volvió a reír un poco, luego, con los segundos adoptó un semblante serio.

—Estás buscándola ¿Verdad? -preguntó-

—¿Ah?

—Tanto ayer como hoy te has sentado aquí a observar a todos los alumnos, no encuentro otra explicación ya que tú nunca fuiste de esos profesores pendientes de que acaten las reglas.

—Bueno, me extraña que haya faltado ayer, ella, hasta los momentos, ha demostrado ser una alumna intachable - contesté rápidamente tropezando un poco-

Jack no sabía de lo sucedido en la biblioteca y no se lo iba a contar.

—Ella no va venir por un par de días Rob.

—¿Cómo tienes la certeza de eso? -lo miré con los ojo algo entrecerrados-

—Soy curioso, te consta; ayer, mientras estaba entregando unos papeles en la oficina directiva, llegó una representante a entregar un justificativo médico, por lo que pude oír, era la mamá de la señorita Anderson, ella, aparentemente tuvo un accidente y el médico le mandó reposo.

Tentemos A La Suerte |#1|Where stories live. Discover now