Capítulo 8

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-¡Profe enseñenos sobre reproducción humana! -grito Bárbara en un tono coqueto-

Él solo la observó por unos segundos y soltó una risa.

-Estoy seguro señorita que ese es un tema que debe conocer más que bien -soltó en un tono un tanto sarcástico-

Todos rieron y ella solo se sentó con una cara de indignación.

-Chicos, mi nombre es Jack Silverman y seré su nuevo profesor de Biología -sacó el marcador de su bolsillo.

-¿Qué ocurrió con la profesora anterior? -preguntó Amber la "cerebrito" del salón-

-Renunció, comenzó a tener algunos problemas de salud,lo más conveniente fue renunciar y aquí estoy yo para enseñarles, por favor, saquen sus cuadernos y copien.

Dicho ésto comenzó a anotar en el pizarrón y todos comenzamos a copiar, el profesor en verdad que llevó bastante información, sorprendentemente fui una de las primeras en terminar de copiar así que dejé el lápiz en la mitad del cuaderno.
Cuando todos terminaron el profesor comenzó a explicar, yo lo observaba, era divertido pero también un poco seco.

La clase transcurrió rápido y ya cuándo sonó el timbre de el segundo receso todo el mundo salió del salón, Marco se instaló al lado mío por lo que supe que me acompañaría.

Bajamos al patio y nos dirigimos a la cafetería dónde nos ubicamos en una mesa para tener una larga conversación mientras jugábamos lucha de pulgares , aunque llegó un punto en el que yo hablaba y él solo me observaba.

-Oye ¿Qué tanto me miras? -pregunté un poco nerviosa -

-¿Por qué? ¿Te molesta? -apoyo su barbilla en una de sus manos-

-La verdad, sí, me incomoda bastante -me removi ligeramente en mi asiento-

-Entonces mírame, a mi también me incomoda -sonrió-

-¿Acaso quieres hacer una batalla de miradas?

-Que gane el mejor.

Y ahí comenzó la pequeña batalla, sin soltar nunca nuestras manos.

Me sentía un poco nerviosa, jamás fui fan de que me observaran, la mirada de Marco resultaba tierna y su tacto cálido y delicado.

Pero claro, nuestra intensa batalla no duró mucho.

-Jóvenes... ¿Se encuentran bien? -preguntó esa voz profunda-

Una corriente eléctrica recorrió mi espalda al oírlo y al sentir su intenso perfume.
Marco me soltó y dirigió su mirada a Downey.

-Claro profesor ¿Por qué no habríamos de estar bien? -preguntó en un tono frío-

-Disculpa por la molestia niño, creí que estaban en estado de shock al ver tanta quietud en ustedes dos.

Marco tomó aire y se levantó para enfrentarlo.

- Disculpe pero usted no tiene porqué...

No lo dejé terminar.

-Marco, por favor, no hay que ser groseros con los profesores -me levanté y lo tomé del brazo ligeramente, estaba tenso-

-Señorita Anderson, la educación es algo que debería enseñarle a su novio -sonrió de medio lado con una mirada que reflejaba molestia-

-Disculpe, pero él solo es mi amigo y usted cómo profesor debe dar el ejemplo de la buena educación -levanté la barbilla para enfrentarlo-

-Mis disculpas, y que bueno, una jovencita tan linda como usted no debería estar con un joven tan...dejémoslo así, como dice, debo ser el ejemplo de la educación -miró su reloj por unos segundos- lo mejor será que vayan subiendo a su salón, el receso terminó.

Dicho eso tomó su maletín y salió de la cafetería caminando con el porte y la elegancia que tanto lo caracterizaba.

Pero una voz interrumpió mi momento de "apreciación".

-Y creí que eras diferente a las demás.

<¿Qué?>

Volteé a ver a Marco y con un rostro bastante molesto tomó su mochila y salió de la cafetería sin dirigirme otra palabra.

Lo que acababa de pasar en verdad me tenía atónita, ni siquiera entiendo bien que sucedió, antes de que me regañaran subí rápidamente al salón y me senté en mi lugar.

-Mack ¿Te sientes bien?

-Estás pálida.

Gia y Dani me veían fijamente, preocupadas, no me había fijado que ya la clase estaba por la mitad, mi cuaderno estaba en blanco y mi mano tenía el lápiz fuertemente apretado.

-Si, me encuentro bien, solo estoy algo distraída -me excuse y comencé a copiar rápido todo lo que había en la pizarra-

Mis amigas no quedaron muy convencidas con lo que les dije, pero no me hicieron más preguntas.

Me sentí muy agradecida cuando sonó el timbre de salida, recogí mis cosas rápidamente llevando parte de mis cuadernos en las manos y bajé las escaleras como si no hubiera un mañana.
En el patio pude ver a Robert sentado en una banca siendo enfrentado por Marco, claramente a Robert le divertía la situación, cuando volteé la mirada para seguir mi camino vi al profesor nuevo enfrente de mi pero ya era tarde para detenerme, ya había chocado con él.

Mis cuadernos estaban en el suelo y tanto él como yo, agachados recogiendolos.

-Por favor discúlpeme, no fue mi intención, estaba distraída y... -me interrumpió-

-No te preocupes, ésto le pasa a cualquiera.

Nos levantamos, acomodé mis cuadernos y noté me faltaba uno.

-Aquí tienes -me extendió el cuaderno que faltaba y sonrió amablemente-

Yo lo tomé y lo coloqué con los demás.

-Es una chica algo distraída Jack, ten cuidado que podría quemarte - dijo Downey dándole un toque en el hombro, me miró, sonrió y me guiñó el ojo-

Yo me sonroje ligeramente y abracé mis cuadernos. Ésto no es precisamente la relación Profesor/alumno que yo esperaba.

Me despedí de los dos profesores y salí del colegio, quería llegar a casa rápido para poder encerrarme en mi habitación y permanecer ahí hasta el día de mañana.

Por supuesto a mitad de camino la mala suerte tenía que llegar.

-¡Mack! ¡Espera! -gritaron detrás de mí-

Volteé y pude ver que se trataba de Marco, pero no me detuve, más bien aceleré el paso, no quería nada con él en éstos momentos, aunque mi paso rápido no pudo superar que él corriera hasta alcanzarme.

-Mack, quiero disculparme, me enojé, pero tienes razón no debo ser grosero, es solo que ese ego maníaco me cae de lo peor, y que lo hayas defendido me molestó, perdóname.

-Estas disculpado, ahora sí no te importa, quiero llegar a mi casa -intenté seguir pero me detuvo-

-Deja que te acompañe en el resto del camino -intentó tomar mis cuadernos pero me aparté-

-Hablamos mañana Marco.

Di media vuelta y seguí con mi camino dejándolo ahí plantado.

Cuando llegué a casa, fui a mi habitación y me encerré en ella, solté un pesado suspiro, dejé mis cosas sobre el escritorio y me arrojé sobre la cama.

<Éste día no pudo haber estado más raro>

Cerré los ojos por un "breve" instante ya que cuando los volví a abrir el reloj marcaba '6:30 pm' agarré una pijama y fui a darme una ducha rápida.

De regreso en mi habitación observé la laptop, hoy no me conectaría, no estaba de humor para chatear con nadie y estaba muy segura de que varios mensajes esperaban por mí.

Tentemos A La Suerte |#1|Onde histórias criam vida. Descubra agora