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Antes.

Por mucho que lo intento, no puedo dejar de revisar cada diez o quince minutos si Niall ha respondido el mensaje, o si lo ha visto al menos, hasta que llegan las 7pm. Quedan sólo dos horas para la fiesta y yo debería estar llegando a la casa de Sam para prepararme, pero en su lugar, no dejo de comerme la cabeza porque este chico egocéntrico no ha visto aún mi mensaje con la dirección del lugar.  

Sam va a matarme y yo no sé qué demonios es lo que me está pasando, pero antes de darle una segunda vuelta a la idea, tomo mi bicicleta y ando hasta la casa de Niall. Más tarde, o tal vez mañana me sentaré a pensar qué es lo que hizo para hacerme estar tan preocupada de lo que hace desde el viernes pasado. ¿Está utilizando psicología inversa conmigo o algo así?  

 Apoyo mi bicicleta en el muro y subo a saltitos los dos escalones próximos a la puerta de su casa. No pienso, sólo toco el timbre. Si voy a arrepentirme de esto, que sea después y no antes de hacerlo. 

Una mujer de mi tamaño, sonriente, de cabello corto y rubio abre la puerta.  

—Hola —digo intimidada—. Yo, ah, quería saber si se encuentra Niall. 

—Sí, está aquí. Adelante, cariño. —Se hace a un lado para darme espacio. No planeaba entrar, pero a juzgar por la expresión alegre en su rostro, tengo la sensación de que no va a aceptar un no por respuesta.  

 —Gracias —musito. Cuando Niall me vea aquí... Dios, no sé qué estoy haciendo, debería estar en casa de Sam.  

—Toma asiento. ¿Quieres algo? ¿Un vaso de agua o zumo? 

—Oh, no. Muchas gracias. Tengo algo de prisa. —Sonrío nerviosa y me siento en el sillón más cercano a la salida.  Puedo escuchar a Niall hablando desde el interior de las habitaciones, y me pregunto con quién. 

—Ya voy por él —murmura su mamá y entra al corredor.  

Cuando dejo de escuchar sus pasos me doy cuenta de que no está hablando, está cantando. Y tocando una guitarra. Su voz suena muy diferente a como esperaría que sonara en una canción; Una mezcla entre suave y rasposa. Ciertamente menos grave que como suena cuando está hablando. No puedo reconocer la canción que canta porque se detiene más de una vez en la misma palabra, repitiéndola en tonos diferentes una y otra vez y cambiando las notas del instrumento también. Supongo que recién comienza a sacar los acordes.  

No sabía que cantara también. 

Toda la casa se sume en el silencio de pronto y asumo que su mamá está hablándole ahora. Todo mi estómago está revuelto y duele por la mezcla de nervios y ansiedad que tengo por diversas razones, aunque ninguna de ellas es buena. 

Suspiro para relajarme, pero obviamente no funciona. 

Doy un bote al oír una puerta abrirse y, cinco segundos después, Niall está entrando en la sala con su madre detrás.  

—Vins —dice extrañado y me mira como si hubiese visto a un fantasma—. Hey. —Medio sonríe—. ¿Qué es esta visita? 

Tal vez se olvidó de mi fiesta y yo sólo estoy haciendo el ridículo aquí.  

—¡Con que tú eres Vinka! —interviene su mamá, haciendo espacio para acercarse a mí—. Qué gusto conocerte, cariño. 

Por alguna razón me pongo de pie al tenerla delante de mí.  

—Mamá —Niall advierte, pero ella parece ignorarlo cuando me da un abrazo rápido.  

—Niall me ha hablado de ti. 

Yo invito (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora