Yo invito (fanfic n.h)

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Antes. 

Lunes otra vez. 

La alarma de mi teléfono dejó de sonar hace como diez minutos, pero aún no puedo quitarme la pereza de encima para levantarme de la cama.  

—¡Vinka, levántate ya! —exclama mamá y toca la puerta con insistencia. Pongo los ojos en blanco pero no digo nada. Sólo necesito unos minutos, nada más. 

—¡Última advertencia, Vinka! —dice papá esta vez. Literalmente gruño y tiro de las capas de ropa hacia adelante.  

Me topo con Tom en el pasillo, ya está listo para irse, excepto porque sigue lavándose los dientes, mientras yo estoy en pijama y por entrar a la ducha recién.  

—Oye —me dice y apunta, aún con el cepillo en la boca—. Haz tu lista paga ed viegnez. 

—Sí, ya sé. 

 * 

—¿Te habló otra vez? —Sam me pregunta apenas me alcanza en el patio del colegio. 

—No, basta —murmuro con el ceño fruncido y me acerco a una mesa de picnic para sentarnos una frente a la otra—. Te dije que sería sólo una cita. 

—Pero también dijiste que le gustas. 

—Sí, y que él mismo aseguró que no iba a intentar conquistarme. 

—Es que no puedo entender qué clase de idiota invita a una cena italiana a la chica que le gusta y se lo dice así, todo simple y directo y luego no hace ni tan siquiera una movida. ¡No tiene sentido! 

—Bueno, al menos esto sirve para que dejes de estar tan entusiasmada sobre él —respondo con el mismo tono que usa mamá para terminar una discusión—. Y para que te des cuenta de que realmente no significó nada importante —le digo. Me digo. 

Sam bufa frustrada y sostiene su cabeza con los codos encima de la mesa. Veo a Harry Styles saliendo de la cafetería junto a un par de chicos de un curso más arriba que nosotros.  

—Oye, espérame aquí —le digo a mi amiga y me levanto para echar una carrera hacia él.  

—¡Harry! —exclamo detrás de él mientras sigo aproximándome—. ¡Harry! —Al fin se da vuelta y deja de caminar mientras sus amigos continúan sin él.  

—Hey, V. 

Jadeo una vez y comienzo a hablar en cuanto me recupero. —¿Cómo estás? 

—Bien. ¿Tú? ¿Todo bien? 

—Sí. Yo, eh... —No sé si debería comenzar por darle las gracias, pedirle disculpas o asegurarme de que su amistad con Theo y la pandilla de simios siga intacta—. ¿No tienes prisa, verdad? 

—No, para nada. ¿Por qué? ¿Pasó algo? 

—Sólo quería asegurarme de no haberte metido en problemas el otro viernes. No te vi en toda la semana pasada y, bueno, no sé, quería darte las gracias también. —Sólo cuando termino de hablar me doy cuenta de lo mal que he ordenado mis ideas. 

—No hay problema. Theo había estado hablando sobre volver contigo para la fiesta y honestamente no creí que lo aceptarías de vuelta —dice y se encoge de hombros—. Me sentí un poco responsable de aunque sea ayudarte a salir de ahí. 

Ahora me siento tan estúpida por haberlo ignorado cuando me advirtió sobre él aquel día en el tren.  

—Creo que eres una buena persona, V. Y no tienes por qué soportar las cosas que hace Craig.